Un All Star sin Stephen Curry

Llegaban el pasado sábado los Mavericks a San Francisco sin Luka Doncic. El equipo de Jason Kidd, que arrastraba un récord de 0-6 sin el esloveno disponible, se presentaba como una presa fácil, un rival asequible y un partido de trámite para Golden State. Uno perfecto para volver al récord positivo. Primero porque los Warriors habían vencido en 19 de los 25 partidos disputados en casa y segundo, porque además de Doncic, faltaba también Christian Wood, el para muchos segundo mejor jugador de la franquicia texana. Y todo parecía indicar que el trámite se podía solucionar rápido: a mitad del tercer cuarto los locales vencían por 20 puntos, 98-78. Y entonces todo cambió.

En una defensa con McKinley Wright IV en el final del tercer cuarto, Steph Curry y el jugador de los Mavericks chocaban rodillas. Y la pierna izquierda del tirador de los Warriors salía afectada. Curry dejaba el partido, directo a vestuario, caminando por su propio pie aunque acompañado por dos miembros del cuerpo técnico de la franquicia. Una jugada que cambió el partido y que puede cambiar el futuro de los Warriors. Del +20 pasaron a un +5, 116-111 en los últimos noventa segundos de partido, un parcial de 33-18 para Dallas. Sobrevivieron, pero de milagro.

Las primeras pruebas de rayos X fueron negativas, por lo que se evita cualquier posible lesión de gravedad, y tras las definitivas realizadas el domingo, se ha descartado tal importancia. La resonancia magnética ha desvelado unos desgarros parciales "en los ligamentos tibioperoneos y en la membrana interósea", además de una contusión en la parte inferior de la pierna. La valoración es de unas semanas de baja, algo imprecisa, pero que le dejará fuera con casi total seguridad, además de de varios partidos de su equipo, del All Star de la NBA en Salt Lake City, que se disputa del 17 al 19 de febrero.

Principalmente porque el equipo de Steve Kerr, cuando le falta su mejor jugador, no rinde al mismo nivel. Los Warriors tienen un récord negativo sin Steph esta temporada, 7-8, con derrotas ante Orlando, Detroit, Utah o Knicks. Incluso ayer, ante Dallas y jugando solo tres cuartos, le dio tiempo a ser el mejor jugador del partido con 21 puntos, seis rebotes y siete asistencias en algo menos de 26 minutos en pista. Ese es el nivel del vigente MVP de las NBA Finals, y eso es lo que pueden perder los Warriors. La ventaja para la franquicia es que en una semana llega el parón del citado All Star.

 

Los Warriors son séptimos en el momento, empatados con Minnesota y con medio partido de ventaja sobre Utah Jazz y New Orleans, uno sobre Portland y uno y medio sobre los Thunder, duodécimos. Por arriba, LA Clippers está cuarto a solo partido y medio (y jugando ante ellos la próxima semana). El Oeste es una batalla campal con trece equipos jugándose el acceso a los playoffs y en el momento clave de la temporada, Golden State pierde a su mejor jugador. Normal que se activen las alarmas.