Shai Gilgeous-Alexander llama a la puerta de los mejores con su primer (y merecido) MVP

En una temporada en la que Luka Doncic ha sido el gran protagonista por su traspaso y por su rendimiento, en Oklahoma labraron un proyecto en silencio que acabó en el indiscutible liderato de la Conferencia Oeste y ahora en la clasificación para la gran final de la Conferencia frente a los Timberwolves. A los que, por cierto, ya han ganado su primer partido. Un año así de magnánimo en lo deportivo tenía que traducirse también en éxitos individuales. Shai Gilgeous-Alexander, su jugador franquicia, se ha llevado el MVP con total merecimiento con números de película y una sensación de superioridad aplastante.

Pese a que la NBA se había propuesto ocultar la información hasta la 1 de la mañana hora española para anunciarlo en la previa del primer partido de la Conferencia Este entre Knicks y Pacers, no han podido con el infalible Shams Charania, que anunció en su cuenta de Twitter y a través de ESPN que el base-escolta de los Thunder es el ganador del jugador más valioso de la temporada. Una noticia que ya está confirmada, por el mero hecho de que lo ha anunciado el periodista, y que se terminará de confirmar ya en la madrugada en España.

De vuelta al galardón, Shai ha sumado los siguientes números: 32.7 puntos de promedio, 5 rebotes, 6.4 asistencias, 51.9% en tiros de campo, 37.5% en triples y 89.8% en tiros libres, mejorando considerablemente los datos de su carrera deportiva. Un año en el que ha disputado 76 partidos, le han respetado las lesiones y su equipo ha volado. Tanto que sigue peleando por el título, siendo el máximo candidato a llevarse el anillo siendo uno de los conjuntos más jóvenes de todo el campeonato. Algo de mérito ha tenido el canadiense, que firmó la friolera de 31 puntos en el séptimo partido ante los Denver Nuggets.

Oklahoma City Thunder ha llevado el baloncesto a otro nivel, con un altísimo nivel defensivo, un juego fresco y dinámico y protagonismo de los especialistas desde el banquillo. Y eso que no lo tuvo fácil de inicio, con la lesión de larga duración de Hartenstein, su fichaje estrella para el puesto de pívot, y la caída de Chet Holmgren. Este último, sobre el que había puestas muchísimas esperanzas, ha rendido a buen nivel, pero no ha alcanzado la expectativa. No así Shai, que ha tirado del carro todo el año casi como si no le costara.

A sus 26 años (cumplirá 27 en julio) llama a la puerta de los más grandes de la NBA. A día de hoy, pocos pueden sentarse en su mesa. Le faltaba que Oklahoma diera un salto adelante y tanto que lo ha dado, con él a los mandos. Shai es pura fluidez con el balón en las manos, ha retomado la moda por el tiro a media distancia y físicamente es un privilegiado. La narrativa le ha acompañado, algo fundamental para esta clase de premios. Ahora, debe asentar su proyecto de jugador con continuidad y con la capacidad de hacer ruido semana sí y semana también.

Shai Gilgeous-Alexander ya está en la cumbre y el tiempo dirá el legado que deja. Ya tiene el MVP y necesita el segundo paso: un anillo de campeón para el que es el gran favorito.