Los Nets de Jordi Fernández pueden colgar el cartel de 'en venta' antes de lo esperado "por ser demasiado competitivos"
Dennis Schröder, Bojan Bogdanovic, Dorian Finney-Smith y Cam Johnson, todos en venta.
La primera experiencia de Jordi Fernández en un banquillo NBA está siendo un éxito rotundo. El técnico catalán tiene a los Nets en puestos de playoff, con un balance de 4-6 y habiendo competido hasta el último segundo ante Boston y Denver, a los que llevó a la prórroga, y los todavía invictos Cavaliers. El equipo juega con una intensidad nueva, la defensa aplica alternativas constantes y los rivales no pueden confiarse. Una versión demasiado competitiva para lo que la propia franquicia buscaba y que puede acabar con los veteranos de la plantilla saliendo antes de lo esperado. Algo que se sabía que podía pasar, pero no a mitad de noviembre.
Brooklyn empezó la temporada mandando un mensaje claro de sus intenciones. Tras traspasar con los Rockets, los Nets recuperaron sus elecciones del draft de 2025 con el objetivo de controlar su propio futuro. Un traspaso en el que salían perdiendo a largo plazo, ya que enviaron rondas de 2027 y 2029, pero confiando en poder crear una plantilla de nivel competitivo en los próximos dos años mediante el tanking. Como más pierdan, un supuesto que viendo la plantilla se veía posible, mejor a la hora de elegir a Cooper Flagg en junio. Y entre el nivel de la conferencia, con 12 equipos en récord negativo, y las victorias de los Nets, igual es momento de tomar medidas.
El insider de la NBA Marc Stein publicaba este fin de semana en su newsletter que los Nets son "demasiado competitivos para lo que la gerencia realmente quiere" tras casi romper el invicto de Cleveland. Y si bien Jordi está intentando hacer su trabajo lo mejor posible y ganar partidos, Sean Marks y el resto de ejecutivos de la franquicia están menos interesados en las victorias y más en el desarrollo de los jugadores jóvenes, especialmente Cam Thomas, Nic Claxton, Ziarie Williams y los elegidos en los últimos dos drafts, Noah Clowney, Jalen Wilson y Dariq Whitehead. Algo que no funciona tan bien con jugadores de la veteranía de Dennis Schröder, Bojan Bogdanovic, Dorian Finney-Smith o Cam Johnson. Por eso todos ellos podrían salir.
Es una mecánica habitual en la NBA, que los equipos de la parte baja traspasen a sus jugadores que más pueden ayudar a un candidato al anillo el mes de febrero. El 6 se cierra el mercado y durante esa jornada, contenders saquean a los equipos con récord negativo a cambio de rondas de draft y jugadores jóvenes, activos de futuro, en muchos casos sobre-pagando. Lo que no se esperaba en Brooklyn era tener que plantear la salida de alguno de los cuatro jugadores antes de tiempo por el buen rendimiento de los Nets. De todos ellos, el base alemán y Finney-Smith, por salario y nivel, se presumen las presas más fáciles para los grandes equipos, algunos desesperados. Como Milwaukee (2-8), Philadelphia (2-7) o Dallas Mavericks (5-5), todos ellos fuera de playoff ahora mismo.
Y es momento de exprimir al máximo a los compradores como ya hicieron en verano. El otro gran traspaso que firmaron los Nets en la off-season fue la salida de Mikal Bridges, a cambio de Bojan Bogdanovic (lesionado), Shake Milton, Mamadi Diakite y seis primeras rondas, una de ellas vía intercambio. Un pago monstruoso, comparable a lo visto por Kevin Durant o Rudy Gobert en años anteriores. Y hasta en eso han tenido suerte, con Bridges estando lejos de su mejor nivel, el que mostró en Brooklyn el último año y medio al llegar desde los Suns. Porque cuando una franquicia hace bien las cosas, la diosa fortuna le sonríe. Y desde que decidieron contratar a Jordi Fernández como entrenador en jefe, Brooklyn Nets ha sido uno de los equipos al que mejor le están yendo las cosas. ¿Casualidad? Para nada.