Stephen Curry dinamita el emotivo y lacrimógeno regreso de su 'hermano' Klay Thompson a San Francisco

Volvía la Copa NBA y con ella la magia copera. El epicentro de la noche era San Francisco, con la vuelta de Klay Thompson al Chase Center, ahora como visitante, pero la jornada no decepcionó, al contrario. La locura se apoderó de la NBA que dejó momentos que se recordarán toda la temporada. Como la remontada de Atlanta en Boston, sin Trae Young, o la derrota de Miami por pedir un tiempo muerto que no tenían. La vuelta de Embiid que se convirtió en la venganza de OG Anunoby y mucho más. Pero nada más importante, más emotivo y más atractivo que la visita de Klay a Golden State como jugador de los Mavericks. Y la noche la robó Steph Curry. 

Metió el base 37 puntos, con cinco triples, además de repartir 9 asistencias en un recital de baloncesto. Le siguió el ritmo Doncic, con 31, y Kyrie Irving con 21. No fue tan dominante en ataque, pero el nivel de Draymond Green fue clave, autor de 11 puntos con 7 rebotes, 6 asistencias, 3 robos y 2 tapones. Pero los ojos estaban en Thompson. Metió 22, seis triples y fue por mucho tiempo el centro de una noche para el recuerdo. 

Porque para la mayoría, todos menos el propio Thompson, el partido estaba marcado en el calendario en rojo, una fecha imperdible. Por ejemplo los centenares de trabajadores de los Warriors y el Chase Center, que se alinearon para recibir a Klay en su entrada al pabellón, todos con el sombrero de capitán a mano. Las imágenes de la llegada del jugador avisaban que iba a ser una noche para la historia. Se anunció a última hora que finalmente Curry no hablaría ante el público como parte del homenaje, pero nadie se quiso perder el vídeo que los Warriors prepararon. La ovación fue a la altura de una leyenda como Klay.

Hubo abrazos, hubo imágenes impensables, como el saludo de Curry y Thompson con camisetas diferentes y en la primera posesión el escolta de los Mavericks se jugó un aclarado al poste defendido por Steph. Pero como dijo el propio Klay, "es un partido más". Y uno importante, con dos candidatos a la parte alta y el añadido de contar para la Emirates NBA Cup. Y no decepcionó para nada, como el resto de la noche. Empezando con un duelo entre Luka Doncic y Steph Curry en el primer cuarto, con ambos metiendo doce puntos. Fueron los secundarios, sobre todo Draymond Green, los que desequilibraban la balanza para Golden State de salida.

Pero Doncic tenía otros planes antes del descanso. Metió 10 en el segundo cuarto para poner a los Mavericks cuatro arriba. En estado de locura total, el esloveno se ponía el equipo a la espalda y el partido en el bolsillo, imparable por la defensa de Golden State. Aparecía Klay, con dos triples seguidos y celebrando con el baile de Curry que resoplaba en el banquillo. Su turno llegaría después del descanso, donde por fin se ponía el traje de anotador tras acabar el primer tiempo con seis asistencias. La versión más altruista de Curry no iba a ser suficiente ante estos Mavericks, se necesitaba la supernova de las noches grandes.

Apareció, como casi siempre. No tiene días libres Curry a la hora de hacer magia, de sorprender con lo que para él ya es mundano y para el ojo común es imposible. Un robo suyo abría la remontada, con los Mavericks siete arriba y cuatro minutos por jugarse y el primer triple era obra de De'Anthon Melton, pero sería la última canasta de alguien no nombrado Curry. Un tiro de media distancia dejaba el partido en cuatro puntos, un triple lo ponía en una posesión y una pérdida de Klay le daba la oportunidad a los Warriors de ponerse por delante. Era, por supuesto, Curry que daba el mando del partido y todavía faltaba el triple final y la celebración marca de la casa. Night, night, victoria de los Warriors.

La mayor sorpresa saltó en Boston, en el único partido del grupo C en el Este. Los Hawks, sin Trae Young, asaltaron el TD Garden con Jalen Johnson logrando un triple-doble y Dyson Daniels firmando el mejor partido de su carrera. Ni los 37 puntos de Jaylen Brown, que falló el tiro para ganar, ni los 31 de Derrick White con sus siete triples valieron para sacar la victoria. Y los Celtics ya suman 3 derrotas en doce partidos, a tres de los Cavaliers, su próximo rival en la Copa.

Otra sorpresa fue el triunfo de los Pistons, no por ganar, sino las maneras. Estuvieron 11 arriba a 4 minutos del final antes de que Tyler Herro explotara con seis triples en el último periodo. Acabó con 40, forzó la prórroga e incluso anotó el tiro, a seis segundos del final del tiempo extra, para poner a los Heat por delante, y ahí empezó el declive total. Se dejaron empatar en una puerta atrás y del enfado, Erik Spoelstra pidió tiempo muerto cuando no tenían. El castigo fue una técnica, tiro libre y posesión para los Pistons, que sentenciaron desde el tiro libre. Se colocan segundos del grupo B porque Milwaukee por fin ganó, sin Lillard, ante unos Raptors que siguen teniendo más lesionados que titulares disponibles. 23 puntos de Giannis y 17 de Bobby Portis para el tercer triunfo del año de los Bucks.

El grupo A se presume que será el más igualado, al menos de salida. Los Magic arrasaron ante Charlotte, imponiéndose por 25 pese a no contar con Paolo Banchero, y son el primer líder. Franz Wagner metió 32 y su hermano Moe 18 para superar el esfuerzo de LaMelo, autor de 35 tantos. Más emocionante el duelo en Philadelphia, por la vuelta de Joel Embiid. El camerunés de pasaporte americano acabó con 13 puntos en 11 tiros de campo, 2 pérdidas y 3 rebotes en una mala noche. Paul George fue el mejor de los de Nurse, insuficiente. OG Anunoby se fue a los 24, uno de los seis jugadores de los Knicks en dobles figuras, con Towns firmando un doble-doble de 21 puntos y 13 rebotes, y Josh Hart un triple-doble con 14 puntos, 12 rebotes y 10 pases de canasta. 

Hubo menos partidos en el Oeste, tres exactamente, uno de cada grupo. En el B hicieron los deberes los Suns, todavía sin Kevin Durant, ganando en Utah y consiguiendo ocho puntos en el diferencial. Devin Booker metió 31 y Bradley Beal 24, claves ambos en el último periodo para evitar la remontada de los Jazz. No pudieron remontar los Timberwolves, que se llevaron un buen varapalo en Portland. En parte porque los Trail Blazers metieron 18 triples con un 56.4% de acierto, insostenible a largo plazo pero demoledor en una noche. Nadie superó los 21, pero siete jugadores acabaron en dobles figuras en unos Blazers que perdieron a Anfernee Simons en el primer cuarto. Anthony Edwards, con 26, la única nota positiva en Minny.