Hasta las leyendas de la NBA piden la igualdad salarial gracias a una Caitlin Clark a la que ya ven como la Jordan femenina

Caitlin Clark ha cambiado por completo el paradigma del baloncesto femenino. Da igual cuando leas esto. La novata de las Indiana Fever se ha convertido en la piedra angular sobre la que la WNBA quiere edificar su última revolución y sobre la que quiere construir un edificio que comparta cimientos con sus homólogos masculinos. Sobre todo en lo que a igualdad salarial se refiere.

La jugadora de Iowa es el mayor reclamo para esta lucha y lo ha conseguido a base de números, de imagen y de récords para la historia. El último lo consiguió ante las Dallas Wings. Sus 12 asistencias y 28 puntos le sirven para convertirse en la mejor 'rookie' anotadora en la historia de las Indiana Fever con 589 puntos y situarse a las puertas de ser la séptima jugadora en la historia en alcanzar los 600 tantos anotados en su primera temporada en la élite.

Los números de Clark, además, no son sólo para lucimiento individual. También tiene reflejo en los registros del equipo. La jugadora de Iowa, que ha batido el récord de dobles-dobles de una base en la historia de la NBA, ha liderado a las Indiana Fever a tener un balance positivo (17-16) por primera vez en nueve años y a las puertas de conseguir el billete a los playoffs por primera vez desde 2016.

Su impacto en el juego y en los resultados es innegable. Pero también lo es en cuanto a la relevancia que le está dando a la WNBA. Hasta el punto de que ha puesto el debate sobre la igualdad salarial con respecto a los jugadores de la NBA en boca de todos. Y ha sido capaz de sumar a las leyendas de la liga masculina a su causa para luchar por los mismos contratos que tienen los hombres.

"Me alegra que tengan este nivel de exposición. Se lo merecen". Son palabras de Shaquille O'Neal, uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA, que pide que estas jugadoras tengan los mismos contratos que los nombres. "Ahora solo tenemos que conseguirles contratos similares a los que ganan algunos de estos muchachos de la NBA", aseguraba el pívot después del duelo entre Clark (tiene un contrato de 338.000 dólares por cuatro temporadas) y Angel Reese (324.000 dólares por cuatro años).

Para hacerse una idea de las diferencias entre una y otra liga sólo hay que ver los mejores contratos. En la WNBA la jugadora de Las Vegas Aces es la mejor pagada con un contrato de 254.450 dólares, mientras que en la liga masculina el puesto número 1 del ranking es para Stephen Curry, que se embolsará 55 millones de dólares esta próxima campaña. Demasiada diferencia entre dos mundos que todavía están a años luz de distancia.

Por eso, cada vez son más las voces que abogan por apoyar a Clark en su carrera por elevar el baloncesto femenino. Y cada vez son más quienes defienden a la jugadora de Iowa frente a los ataques de los 'haters'. Es el caso de Nancy Lieberman, leyenda del baloncesto estadounidense y que llegó a jugar en una Liga de Verano con los Lakers. La exjugadora y exentrenadora está convencida de que Clark "algún día hará multimillonarias a todas estas mujeres. Como lo hicieron Tiger y MJ. No deberíamos odiarla, deberíamos celebrarla".

Y es que Clark lleva combatiendo contra el 'hate' desde que aterrizó a la NBA. Tanto por parte de las aficiones como de las rivales. Y para muestra un botón: la jugadora de las Fever ha recibido un 17% de las faltas flagrantes que se han cometido esta temporada. En total 5 en 33 partidos, siendo las Chicago Sky las que más la 'han tomado' con Clark con cuatro. Un equipo en el que, por cierto, milita Angel Reese, su gran rival por ser la Rookie del Año y que esta pasada madrugada ha batido el récord absoluto de rebotes capturados en una sola temporada con 405.

Clark y Reese es la rivalidad sobre la que la WNBA quiere construir el futuro, al igual que en los 80 fueron Bird y Magic los que reescribieron la historia del baloncesto estadounidense con sus duelos. Dos jugadoras generacionales ante las que se rinden hasta las hinchadas rivales, lo que ha provocado el recelo de los equipos, como sucedió en el último duelo de las Fever en Dallas. La afición de las Wings pobló de camisetas de Clark la grada del recinto texano, lo que provocó el toque de sus propias jugadoras.

"Es molesto porque había muchos aficionados de Caitlin en nuestro pabellón. Creo que nuestros fans podrían haberlo hecho mejor. Tuve sentimientos encontrados al ver tantas camisetas de Caitlin en nuestra propia casa", aseguró Satou Sabally, jugadora de las Wings y que expone la relevancia de una jugadora que va camino de trascender la historia no solo de la WNBA, sino del baloncesto.