NBA

¿Qué hacemos con Ben Simmons? De superestrella a injugable en dos años

El australiano ha pasado de ser irremplazable en Philadelphia a un apartado en Brooklyn en cuestión de dos temporadas. Y Jacque Vaughn no tiene respuesta a los problemas.

Ben Simmons, durante un partido de los Nets ante los Bulls./EFE
Ben Simmons, durante un partido de los Nets ante los Bulls. EFE
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

No es habitual ver a Ben Simmons jugar solo 13 minutos desde el banquillo. No es tampoco lo normal que, en un equipo completamente nuevo, que busca su nueva identidad, el australiano no jugara ni un segundo en los últimos minutos en la derrota ante los Knicks, la primera en diez partidos ante los vecinos. Ben Simmons ha pasado, en dos años, de ser un jugador de nivel All NBA y All Defense a estar en el mercado, ser considerado un jugador de rol y uno de los contratos más tóxicos de la NBA. Y acaba de cumplir un año en Brooklyn. El base llegó a los Nets en el traspaso de James Harden para acompañar a Kyrie Irving y Kevin Durant en busca del anillo, un proyecto extinto ya.

Se perdió el final de la primera temporada, no debutó hasta octubre y en los cinco meses que lleva en el equipo, todavía no ha encontrado la manera de aportar. Ni con Steve Nash primero, ni con Jacque Vaughn ahora. Y la realidad es que quizá nunca hemos sabido con seguridad cuál era la manera de aportar de Simmons, tampoco en Philadelphia. Su último año, con un runrún constante y rumores sobre su posible salida acabó con una semifinales de conferencia perdidas ante Atlanta, una donde se le señaló como culpable. Desde entonces, Simmons no ha vuelto a ser el mismo jugador, algo que está notando el staff técnico de Brooklyn mientras busca una solución. 

Vaughn, entrenador de los Nets, era claro con la situación del australiano. "Va a ser un trabajo que vamos a tener que hacer al respecto", empezaba el entrenador. "Porque solo hay que mirar las alineaciones que podríamos tener en pista. Si ponemos otro hombre alto al lado de Ben, nos quedamos sin spacing a su alrededor. Si ponemos otro generador a su lado, ¿qué jugador es Ben sin balón? Si jugamos bajito con él, ¿podemos coger suficientes rebotes?". La situación es complicada porque cada hipotético tiene un inconveniente mayor que los beneficios de tener a Simmons en pista. "Tenemos retos delante de nosotros, pero lo analizaremos y encontraremos la solución mezclando opciones".

Y es que tras los traspasos de Kyrie Irving y Kevin Durant, los Nets han perdido a sus dos estrellas, pero han ganado cuerpos para llevar a cabo el plan de Vaughn. Tanto Dorian Finney-Smith, llegado desde Dallas, como Cam Johnson y sobre todo, Mikal Bridges, la joya de la corona. Se unen a Royce O'Neale, Cam Thomas y el mejor defensor interior, Nic Claxton. Un proyecto que podría contar con el talento de Ben Simmons como colofón si alguna vez vuelve a encontrarse como jugador. Hasta entonces el jugador, que tiene contrato hasta 2024/25 y cobrará casi ochenta millones de dólares por dos temporadas más, es una losa para los Nets.

El objetivo es recuperarlo para la causa. No es fácil adquirir jugadores de la clase de Simmons, capaz de rozar el triple-doble en su carrera, y que desde su llegada a los Nets es una sombra. "Tenemos que descubrir qué es lo mejor para Ben, qué alineaciones podemos poner a su alrededor, qué posición es la que mejor se adapta. Ese es el objetivo", insistía Vaughn. "Todavía estoy tratando de descubrirlo y eso es mi culpa". Y esa es la clave, al final. Lleva siete años en la NBA, de los cuales se ha perdido dos, ha tenido cuatro entrenadores y nadie consigue descubrir a este Ben Simmons. Y se ha convertido en un misterio que no se puede resolver.