Dinero, lesiones y reencuentros: los motivos detrás del traspaso de Karl-Anthony Towns a los Knicks
La llegada del dominicano a New York ha podido ser una sorpresa deportiva, pero tiene sentido desde cualquier otro punto de vista.
Por segundo año consecutivo, en mitad de la semana de inicio de los training camp de la NBA ha habido un bombazo en forma de traspaso. El dominicano Karl-Anthony Towns es nuevo jugador de los New York Knicks, un movimiento en el que Julius Randle acaba en Minnesota junto con Donte DiVincenzo, Keita Bates-Diop y una primera ronda, y con la involucración de Charlotte Hornets como tercer equipo, recibiendo a DaQuan Jeffries. Un movimiento que llega a última hora, apenas 25 días antes del inicio de la temporada regular, y que puede sorprender desde un punto de vista deportivo, pero no si se analiza el trasfondo.
Karl-Anthony Towns está en el primer año de su nuevo contrato, que firmó el pasado verano por $220 millones y cuatro temporadas (con opción de jugador en 2028). En Minnesota, que ya tiene a Rudy Gobert y Anthony Edwards por encima de los $40 millones anuales, se vieron con una de las tres plantillas más caras. Y Glenn Taylor, propietario de los Timberwolves y una de las personas más agarradas de toda la NBA nunca pagará un dólar de más si puede evitarlo. La salida de Towns, viendo la construcción de la plantilla y la renovación de Naz Reid el pasado año, era cuestión de tiempo, pero uno podría llegar a pensar que tras meterse en unas finales de conferencia, apostarían por competir. La realidad es diferente.
En New York la situación salarial también era interesante, con Julius Randle siendo elegible para extender y entrando en último año de contrato. Los Knicks han decidido evitar el problema y enviarlo a Minneapolis por un jugador con dinero garantizado por cuatro años, prácticamente la misma duración que Jalen Brunson y OG Anunoby. Leon Rose, general manager en el Madison Square Garden, ha cerrado un verano muy movido donde consiguió primero a Mikal Bridges y ahora a Karl-Anthony Towns, cambiando el 40% del quinteto inicial alrededor de Brunson. Y no es casualidad que el elegido sea Towns, por dos motivos. Porque Leon Rose y KAT ya se conocen.
Porque la agencia de representación del ya exjugador de los Timberwolves es Creative Artists Agency (CAA), donde trabajaron Leon Rose y Williams Wesley, las dos cabezas visibles de la gerencia de los Knicks. De hecho, Rose fue el agente de Towns hasta 2020 y la relación con Karl-Anthony Towns senior, padre del jugador, sigue vigente. En 2020, en el primer partido de los nuevos Knicks de Leon Rose, KAT padre fue uno de los invitados de honor y desde este verano está trabajando como entrenador en St. Joseph High School en Metuchen, New Jersey, donde jugó su hijo en instituto. Podrá volver a estar cerca de su padre tras el traspaso de un Towns que es nativo de New Jersey y creció como aficionado de los Knicks.
Los Knicks llevaban años intentando conseguir a Towns, y se pasaron el verano entero negociando por el jugador, pero solo la aparición de una tercera franquicia para facilitar la llegada de jugadores ha podido permitir cerrar el acuerdo. Uno donde se reencontrará Karl-Anthony Towns con un viejo conocido, Tom Thibodeau. Jugador y entrenador compartieron época en Minnesota entre 2016 y 2018, y la relación no quedó muy bien. El propio Towns aseguró que no queda resentimiento, aunque será una narrativa a seguir. Igual que Randle, que en Minnesota se verá con Chris Finch, quien era asistente en New Orleans cuando se vio al jugador a nivel All Star por primera vez en su carrera. Randle, todavía en proceso de recuperación tras perderse el final de curso.
En el dominicano, que según el medio The Athletic se vio muy sorprendido por el traspaso, los Knicks encuentran un interior necesario. Towns llega para suplir la ausencia de Isaiah Hartenstein, quien se fue a Oklahoma en la agencia libre, y sobre todo para el hueco dejado por Mitchell Robinson, lesionado y de baja hasta diciembre. Llega para darle un salto de nivel al equipo, que pierde profundidad, pero gana en techo, y para cubrir el puesto más débil en un quinteto con Brunson, Bridges y Anunoby, a falta de decidir el quinto. Otra historia muy diferente será en Minnesota, que si bien consiguen dos piezas, ninguna tiene el nivel de Towns. DiVincenzo puede aportar tiro exterior y defensa desde el banco, un problema este último tras la salida de Kyle Anderson.
Pero Randle no se acerca al mejor Towns, especialmente a la hora de abrir el campo. Los Wolves, que fueron uno de los equipos que menos triples tiró (32.7 por partido), pierden a su mejor referencia y consiguen a un Randle que en los dos últimos años ha tirado un 33.4% (por un 40% de KAT). Será el mayor reto para un Finch que usó a las dos torres para frenar a Jokic, pero que vio como Dereck Lively y Daniel Gafford les pasaban por encima en las finales de conferencia. Es, sin duda, un traspaso pensando en el dinero y no en la pista para los Timberwolves, y veremos cómo resulta en el juego para uno de los favoritos para ganar el anillo. Al menos hasta esta madrugada.