Los desafíos que le quedan a LeBron James para regatear la retirada: "No será hoy"
El alero de los Lakers aprovecha una entrega de premios para anunciar que seguirá en activo al menos una temporada más.
El pasado 23 de mayo, a sus 38 años, LeBron James regalaba su enésima exhibición al público de la NBA. El alero de los Lakers se quedaba a las puertas del triple-doble (40 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias) y, sin embargo, no evitaba que los Nuggets barrieran a los Lakers en las Finales de la Conferencia Oeste. Un partidazo sin premio que dejó a los aficionados angelinos con el amargo sabor de la derrota… y de las palabras de 'King' James.
Quién sabe si presa de esa frustración o si de verdad el peso de la edad empezaba a hacer mella en sus piernas, lo cierto es que el alero de Akron cerraba su vigésima temporada en la liga con una frase que dejó a todo el mundo descolocado: "Veremos lo que pasa más adelante. No sé, no sé. Tengo mucho en lo que pensar, siendo honesto, tengo mucho en lo que pensar".
Dos meses después de una declaración que congeló el ánimo de los aficionados, LeBron prendió la mecha y dio marcha atrás en sus intenciones, asegurando que todavía no ha llegado el momento de colgar las botas. Lo hizo en Los Ángeles, la ciudad que seguirá disfrutando de él, en la gala de entrega de los premios ESPY en la que el jugador de Akron fue premiado por su trayectoria tras superar a Kareem Abdul-Jabbar como máximo anotador en la historia de la NBA.
"Lucky for you guys, that day is not today."
— ESPN (@espn) July 13, 2023
Go off, Bron 😂 pic.twitter.com/4X1Fqs0PqX
"No me importa cuántos puntos más anote, ni lo que pueda o no pueda hacer en la pista. La verdadera pregunta para mí es: ¿puedo seguir jugando sin engañar al baloncesto? El día que no pueda darlo todo en la pista estaré acabado. Pero por suerte para todos vosotros ese día no es hoy", aseguró el jugador de los Lakers, cuyas palabras le valieron una atronadora ovación de toda la audiencia que se dio cita en el auditorio angelino.
Eso sí, LeBron no dejó escapar la oportunidad para mandar un mensaje a los más críticos y a aquellos que celebraban ya su adiós al baloncesto. Algo que, por el momento, no sucederá: "Escuchen... pueden quererme y sé que algunos de vosotros también me odiais. Pero lo único que siempre vais a hacer es respetarme y valorar la forma en que me centro en el baloncesto y todo lo que le he dado a este juego", sentenció mientras se colocaba una corona imaginaria antes de bajar del escenario.
LeBron James finished his ESPYS speech by putting the crown on 👑 🔥pic.twitter.com/XUNYT0uuVM
— ClutchPoints (@ClutchPointsApp) July 13, 2023
LeBron sólo necesita una cosa para seguir en la cancha: motivación. Es la gasolina que le ha movido durante toda su carrera y de la que todavía le quedan litros en el depósito. A pesar de haber ganado cuatro anillos, cuatro MVP, de ser el máximo anotador en la historia de la liga, de sus 19 presencias en el 'All Star', de sus cuatro MVP de las Finales y un sinfín de reconocimientos más, el alero todavía tiene ganas de más.
El desafío de jugar con sus hijos
LeBron sigue encontrando desafíos a los que aferrarse para no colgar las botas. Y el primero es el que más le lleva a seguir adelante. Quizás sea el mayor reto de toda una carrera conquistando títulos y que nada tiene que ver con una copa o un trofeo: llegar a jugar en la NBA con su hijo mayor Bronny James. Incluso ya ha dejado caer la posibilidad de hacerlo también con Bryce, que todavía tiene 16 años.
A LeBron le quedan dos años de contrato en Los Angeles Lakers y, pese a que el equipo no está en la mejor situación competitiva, el futuro del alero y la franquicia parecen ir de la mano para cumplir el gran objetivo que le queda en su carrera NBA. "Quiero jugar con mi hijo, quiero compartir pista con Bronny" decía sobre su hijo mayor, en su último año de instituto ahora mismo y que tendrá que esperar hasta el draft de 2024 para entrar en la NBA. Al menos hasta que cambie la norma de la elegibilidad que exige al menos una temporada en la NCAA o esperar hasta los 19 años.
"Quiero jugar con mi hijo, quiero compartir pista con Bronny. Ya sea en el mismo equipo o jugando uno contra otro, en el mismo partido"
"Ya sea en el mismo equipo o jugando uno contra otro, en el mismo partido, no defendiéndonos porque él juega de base y yo soy más interior" explicaba el alero en una entrevista reciente. James sigue soñando con una situación en la que su hijo y él puedan ser compañeros de equipo. "Me encantaría una situación como la de Ken Griffey Sr y Jr (compartieron vestuario en los Mariners en 1990), sería lo ideal". También ha dejado claro que no es algo que hable con su hijo habitualmente, pero que Bronny sí tiene el sueño de jugar en la NBA.
Pero eso no es lo único que motiva a LeBron para seguir jugando. Los títulos también tienen mucho que ver. La posibilidad de ser el ganador de la primera Copa de la NBA o el poder ganar un quinto anillo para igualar a Kobe Bryant son más combustible para un motor que todavía no ha gripado.