NBA

Boston Celtics y un cambio identitario: de la defensa al ataque

Llegaron a las últimas finales de la NBA con la mejor defensa de la liga, pero han empezado la temporada centrados en el ataque. Por el camino han perdido la identidad.

Jayson Tatum diaolga con Marcus Smart en el último partido de los Boston Celtics. /GETTY IMAGES
Jayson Tatum diaolga con Marcus Smart en el último partido de los Boston Celtics. GETTY IMAGES
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

En julio, tras los fichajes de Malcolm Brogdon y Danilo Gallinari, Boston parecía ser el gran candidato a conseguir el anillo. Venían de perder las finales ante Golden State por una mezcla de falta de anotación, dirección de juego, piezas de rotación y experiencia. Con la llegada de los dos veteranos suplían las cuatro de golpe y lo hacían virtualmente gratis, no tuvieron que dar ni un solo jugador de rotación a cambio. Era todo de color de rosa. 

Dos meses más tarde, a finales de septiembre, el panorama era muy distinto. Gallinari se rompía el ligamento cruzado anterior con la selección italiana y no jugará, salvo sorpresa, en toda la temporada. Rob Williams, el pívot titular del equipo, tenía que pasar por quirófano para solucionar un problema en el menisco de la rodilla, el mismo que le hizo perderse la primera ronda de playoffs y estará fuera entre ocho y doce semanas. El mundo se volvía gris y faltaba el gran golpe. 

La última semana de septiembre llegaba el golpe final. Se confirmaba la noticia de que Ime Udoka, el entrenador que había llevado a Boston hasta las finales y que había sido el máximo protagonista del cambio radical de la franquicia, era suspendido un año. ¿El motivo? Saltarse el código interno de la franquicia en varias ocasiones. El club no publicó mucha más información, pero se llevó una investigación interna. Joe Mazzulla, asistente de Udoka pasaba a ser entrenador interino. De rosa a negro en un mes.

De la mejor defensa al mejor ataque

El curso pasado, Boston cerró la temporada con el mejor 'defensive rating' de la liga. Los verdes permitieron 106.2 puntos por 100 posesiones, ligeramente interior a Golden State y Phoenix. Desde que el calendario giró a 2022, la cifra es incluso más baja: 105.2, tres puntos y medio mejor que cualquier otra franquicia. Los Celtics hicieron de su defensa una seña de identidad, como fue en la época de los sesenta, cuando ganaron 11 anillos casi consecutivos o en 2008, cuando levantaron el último título.

Al contrario, era un ataque por encima de la media. No muy bueno, pero sí que podía presumir de anotar más que los Nets de Kevin Durant y Kyrie Irving por ejemplo, o que los propios Warriors que luego les robarían el anillo. Boston ganaba desde la defensa, asfixiando al rival, evitando que sumaran puntos. Y en ataque, moviendo el balón y por el talento de Jayson Tatum, Jaylen Brown o Marcus Smart, sobrevivía.

Jaylen Brown.  GETTY IMAGES
Jaylen Brown. GETTY IMAGES

Pero empezada la nueva temporada, la dinámica ha cambiado. Sin Ime Udoka, el artífice de la defensa que sorprendió a la NBA, y con la baja de Robert Williams, el corrector defensivo en la pintura, el equipo ha tenido que mirar al ataque como una prioridad. En la actualidad, Boston tiene el cuarto mejor ataque, por detrás de Dallas, New Orleans y Memphis... y lo grave, la quinta peor defensa de toda la NBA. Los Celtics permiten 117.9 puntos por 100 posesiones al rival, 12.7 más que en la segunda parte de la temporada pasada.

El cambio es preocupante. A los Sixers les permitieron 117 puntos, Miami se quedó en solo 104, Orlando y Chicago se fueron a 120 cada uno y en su último partido los Cavaliers han anotado 132 en el TD Garden de Boston. Solo un ataque por encima de la media, liderado por Jayson Tatum, ha permitido a Boston empezar el curso con balance positivo. Pero no funciona. La historia dice que el ataque gana partidos, pero la defensa es la que te lleva lejos en los playoffs, los Celtics de 2022 son la prueba y con este cambio identitario, o hay una corrección rápida, o Boston dejará de ser favorito para luchar por el campeonato.