NBA

Patrick Beverley y la cultura Bulls, la mezcla perfecta para playoffs

La llegada del base a Chicago, la ciudad que le vio crecer, ha cambiado la cara de una franquicia que apuntaba a caer en la mediocridad y sueña con los playoffs.

Patrick Beverley habla con Patrick Williams y Zach LaVine./Reuters
Patrick Beverley habla con Patrick Williams y Zach LaVine. Reuters
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

Entre los nombres de Kyrie Irving, Kevin Durant, Russell Westbrook y compañía, el suyo no brillaba, pero Patrick Beverley era traspasado en la fecha límite del mercado de la NBA. Los Lakers lo mandaban a Orlando en un movimiento que hacía llegar a Mo Bamba a California. Apenas días después, los Magic y el base decidían de mutuo acuerdo cortar el contrato que le vinculaba por lo que queda de temporada y era libre para buscar destino para acabar el curso. Entre todas las opciones había una que sobresalía. Por fin, tras una década en la NBA, Pat Beverley podía jugar en casa: firmaba por Chicago Bulls. Lo que nadie sabía era que iba a cambiar al completo la identidad del equipo.

Desde el 23 de febrero, fecha en la que Beverley debutó con los Bulls, solo hay cuatro equipos mejores que Chicago (8-4): Sacramento (11-2), Milwaukee (10-3), Philadelphia (10-4) y New York Knicks (9-4). Y casualmente ayer los Bulls superaron a los Sixers en doble prórroga en uno de los peores partidos de James Harden esta temporada: cinco puntos (2/14 tiros de campo, 0/6 triples) con cinco perdidas y sí, doce asistencias. Su principal defensor casi todo el partido fue Bev, un jugador especial con todo lo que implica el adjetivo, para bien y para mal. Un jugador que cuando forma parte de tu equipo, la cultura de la franquicia cambia, sin ser el mejor en nada.

En los doce partidos que lleva en Illinois, Beverley es sexto en anotación, segundo en rebotes, tercero en asistencias, octavo en robos y sus porcentajes son absolutamente normales. Pero desde su llegada, el equipo es mejor y Chicago, en un punto de la temporada marginada con pensar en el próximo curso y llorando todavía por la baja de Lonzo Ball, puede volver a mirar el playoffs como un objetivo real. Están décimos a solo medio partido de Toronto, noveno, y un partido completo de los Hawks, octavos y el último de los equipos de la parte alta del play-in. Y les queda jugar contra Atlanta todavía a principios de abril.

Con Beverley en pista el equipo es +9.4 puntos mejor que el rival, el mayor diferencial por 100 posesiones del equipo en los últimos partidos desde la llegada del base. La defensa sube varios decibelios y el ataque es más eficiente que el promedio de Chicago (112.7 toda la temporada, 116 con Bev). Al mismo tiempo, Patrick es uno de los dos jugadores junto a Nikola Vucevic que tiene un ratio neto negativo cuando se sienta en el banquillo. Su llegada ha disimulado por completo la baja de Lonzo Ball y le ha dado a Billy Donovan más herramientas para sacar la mejor versión de unos Bulls insulsos por mucha parte de la temporada.

"No sé cuanto ha influido, pero su mensaje y su disposición todos los días influyen", decía el entrenador sobre Beverley. "Tiene un motor infinito, un gran entusiasmo, y me encanta estar cerca de él porque es un tipo genuino". No solo Donovan, DeMar DeRozan también se deshacía en elogios hacia su nuevo compañero. "Hace todo. Es electrizante, especialmente cuando jugamos en casa".

A Beverley, además, le encanta jugar en casa. Esta pasada semana tuiteaba sobre el sueño que es jugar para la franquicia a la que creció animando. "Tengo la oportunidad de volver a casa y representar la ciudad en la que crecí. He intentado llegar a Chicago por mucho tiempo, igual hago alguna locura que nadie ha visto todavía". Por ahora parece que la locura será meter a los Bulls en el play-in cuando todos los dimos por muerto.