Stephen Curry desciende de su nave nodriza para volver a reinar en el Oeste... recuperando una faceta poco reconocida

Los mejores Warriors de la última década tenían algo diferencial, más allá de contar con Steph Curry, Kevin Durant, Draymond Green y Klay Thompson. Aquella versión demoledora de Golden State era un equipo que defendía como muy pocos. El que se recuerda como uno de los mejores ataques nunca vistos, por polifacético y revolucionario, siempre tuvo en la defensa un motor diferencial. En 2015 fueron la mejor defensa de la NBA... y el segundo mejor ataque. Repitieron fórmula durante el siguiente lustro: sextos en 2016, segundos el primer año de Kevin Durant, y solo en 2018 y 2019 cayeron fuera del top-10, undécimos en ambos casos. Incluso en 2022 volvieron a ser segundos. ¿Qué tienen todos esos años en común? Que los Warriors pisaron las finales.

*ASÍ ESTÁN LAS CLASIFICACIONES DE LA NBA

En los primeros 15 partidos de temporada los Warriors de Steve Kerr son la cuarta mejor defensa de la NBA. Solo Oklahoma, que roza lo histórico aunque se ha normalizado las últimas semanas, Orlando y Houston, tiene un mejor registro defensivo que el equipo de Steve Kerr. Tras el triunfo de anoche ante Atlanta, han dejado al rival en menos de 100 puntos en tres ocasiones, en recitales defensivos liderados por su ancla, Draymond Green. Y por mantener todavía más la esencia de los mejores Warriors, lo han conseguido siendo el quinto mejor ataque de toda la NBA. Son más de 16 triples por noche con un 39% de acierto, cifras nunca vistas. 

En la primera noche sin De'Anthony Melton, que la franquicia anunció que pasaría por quirófano y se perderá la temporada, Kerr siguió la tradición de apostar por la profundidad de su plantilla. Once jugadores disputaron más de 13 minutos y los 13 disponibles pisaron la pista, y porque perdió a Brandin Podziemski a mitad de partido por un golpe durísimo en la cara. Andrew Wiggins metió 27, el mejor de todos, con un 12/17 en el tiro y metiendo la mitad de sus triples, pero favorecido siempre por el imán que es jugar alrededor de Steph Curry. En 30 minutos, el base metió 23 en 10 tiros (4/6 en el triple) con 8 asistencias, 4 rebotes, 2 robos y +27 en pista.

Y la tranquilidad de saber que el partido estaba sentenciado en el primer tiempo. El 41-22 de arranque, con nueve jugadores anotando, era un colchón que se agrandaba a los 25 puntos al descanso. Históricamente, y eso incluye esta temporada, el mejor parcial de Golden State llega siempre tras el descanso (+20.8 por 100 posesiones este año), pero no hizo falta. Lo ganó Atlanta, de hecho, por 10 puntos de diferencia con Trae Young mostrando señales de vida, y ni por esas el partido se sintió en peligro. Apareció Steph, con dos triples más, y Andrew Wiggins para rematar la faena. Y queda espacio para mejorar, como siempre, cuando van solo 14 partidos.

Permitieron 65 rebotes a los Hawks, 21 de ellos en ataque, y perdieron 15 balones, siendo un tercio cosecha de Steph Curry, pero estos Warriors tienen aristas de equipo muy serio. Recuerdos de la mejor época en Golden State, aunque Kevin Durant y Klay Thompson sean parte del pasado. Porque ha vuelto la defensa, y han vuelto los mejores Warriors.