Descifrando a Awa Fam, la gran promesa del baloncesto español

Awa Fam no puede ocultar su edad. A pesar de que en la cancha se desenvuelve con la dureza de una veterana, cuando el balón deja de botar sobre el parquet, Awa recupera la sonrisa y la timidez propia de una chica de 16 años que comparte vestuario y vida con jugadoras que la doblan la edad y que hasta hace poco sólo alcanzaba a ver por televisión. Hoy es una más de ellas.

Sus padres llegaron a España, a Santa Pola concretamente, hace tres décadas. Buscaban una vida mejor para ellos y a orillas del Mediterráneo encontraron el ambiente perfecto para formar una familia. Primero fue Tala, luego Karim y después, en 2006, llegó Awa. Una niña que crecía bajo el paraguas y la influencia de unos hermanos con los que descubrió el baloncesto. El deporte que la atraparía desde el principio y para el que pronto mostró unas aptitudes que sólo había que pulir, pero que ya dejaban entrever a una estrella en ciernes.

Siempre con los pies en el suelo, Awa no tardó en brillar en la cancha. Su físico, pero sobre todo su capacidad de aprendizaje llamó la atención del Valencia Basket. Hace cuatro años, con sólo 12 en su carnet de identidad, el club taronja le abrió las puertas de L'Alquería para seguir con su formación y Fam no dudó. Le dolía dejar atrás a su familia como a cualquier niña de su edad, pero el sueño merecía la pena.

Infantil, cadete… y a los 15 años debut con el primer equipo, convirtiéndose en la jugadora más joven en vestir la camiseta naranja en un partido profesional. Se estrenó en la Eurocup frente al Ensino en un encuentro en el que hasta fue titular. Y desde entonces se ha convertido en una más en la plantilla de Rubén Burgos, hasta el punto de entrar a formar parte del primer equipo ya esta temporada, con sólo 16 años.

Una edad en la que los estudios siguen ocupando una parte importante en su vida. Se levanta a las 7 de la mañana y como cualquier adolescente acude al instituto para continuar con su formación. Sin embargo, entre medias hay algo en lo que difiere con el resto de chicas de 16 años y es su entrenamiento con el Valencia. Un equipo que la ha acogido como a una hermana pequeña y que incluso ha cambiado parte de sus entrenamientos para adaptarlos a los horarios de Awa.

"Se está adaptando ella y el equipo a ella porque creemos que es primordial su formación. Tanto en lo personal como en lo deportivo y eso implica horarios de instituto y que adaptamos algunos entrenamientos porque creemos que es menos trastorno que el equipo entrene una hora más tarde y ella pierda menos clases", confiesa Rubén Burgos, técnico del Valencia Basket, a Relevo.

El entrenador taronja y sus compañeras saben que para el desarrollo total de la jugadora es necesario que no pierda la perspectiva de su futuro. Mantener los pies en el suelo. Y por ello Burgos cree que es fundamental "que no caiga, que no se vea absorbida por esta dinámica de que los resultados son lo más importante, de que el mundo acaba en la liga y la Euroliga". Y añade Burgos: "Creemos que para ella no debe ser así y lo estamos haciendo con mucho tacto, para normalizar todo mucho".

Esa palabra es clave en su desarrollo: normalidad. Igual que madurez. Dos elementos necesarios para llevar la presión que conlleva jugar a este nivel con sólo 16 años. Sin embargo, lo que podría pesar sobre otras personas a ella parece no afectarle, como señala la capitana del equipo Queralt Casas: "Maneja bien la presión. Le veo un futuro espectacular. El que ella quiera. Tiene una madurez que me alucina. Tiene los pies en el suelo. Todo el mundo habla de ella porque es un caso de esos que pasan raras veces y ella lo lleva tan natural".

Fam no sólo ha tirado la puerta abajo en el Valencia Basket. También ha ido derribando barreras en las categorías inferiores de la selección española con las que este verano se ha proclamado subcampeona del Mundo U17 y de Europa U16, siendo una de las jugadoras más dominantes de ambos torneos, donde compartió cancha con jugadoras más mayores que ella.

En su primer Mundial, la pívot alicantina rozó una media de de doble-doble con 10.7 puntos y 9.9 rebotes acompañando la estadística con otra de sus grandes cualidades: el pase. Con 2.6 asistencias por choque, Awa fue una de las mejores pasadoras interiores de la cita. Finalizó el torneo en 18.4 créditos de valoración. La jugadora siguió destacando con su generación en el Europeo de Matosinhos. Allí su aportación fue de 13,1 puntos, 10.6 rebotes, 1.7 asistencias para 19.6 créditos de valoración que en esta ocasión le valieron para ser incluida en el Quinteto Ideal del campeonato.

Con un físico dominante, lo mejor para Fam es el amplio margen de mejora que todavía tiene por su corta edad: "Tiene que mejorar muchas cosas. Con las jugadoras jóvenes tendemos a maximizar lo bueno y a dejar pasar cosas porque es joven y tiene muchos aspectos por mejorar. Y eso es lo bueno, que lo veamos y lo identifiquemos y así se lo exijamos. Cuando los entrenadores te corrigen poco creemos que es bueno y es al revés. Tenemos que estar encima de ella. Ha crecido muy rápido, pero no lleva tanto tiempo jugando. Tiene que mejorar físicamente y tiene margen para ello. Una jugadora de su nivel y de la capacidad que le suponemos tiene que ir ampliando el rango de tiro", apunta Burgos.

Un perfil único en el baloncesto español gracias a un físico que le permite dominar la pintura gracias también a su juego de pies y a su 'timing' para el rebote, como ha demostrado siendo una de las mejores en este aspecto estadístico en los dos torneos celebrados el pasado verano. Ahí su dominio físico fue clave para el éxito de España. Pero Awa es mucho más.

"Lo que me ha llamado la atención de Awa en este poco tiempo que llevo compartiendo vestuario con ella es su talento, su conocimiento del juego y la serenidad que transmite siendo una jugadora tan joven", señala Alba Torrens. "No creo que haya que hablar de límites o expectativas y sí de que Awa haga su proceso y su camino, el que ella elija y nosotros tener la suerte de disfrutar de su baloncesto". Un juego que pese a su corta edad ya no tiene secretos para Awa Fam, una jugadora de futuro. Y no sólo del baloncesto español.