Los 35 puntos que asombraron al mundo e impulsaron a Rubén Domínguez tras ser 'obrero' en la LEB: "Vi el marcador y dije… no sé qué hace ese número tan alto ahí"
El joven escolta del Surne Bilbao Basket, que ha hecho historia en la ACB, atiende a Relevo para hablar de su hito y su trayectoria.
Cuando el pasado sábado sonó el bocinazo final en Coruña, Rubén Domínguez (Puerto Real, 2003) no era realmente consciente de lo que acababa de hacer. Las estadísticas mostraban junto a su nombre unos números que ni él mismo a priori se creía: 35 puntos, 8/10 en triples y 34 de valoración. Sin embargo, lo que a sus 21 años ya es una actuación histórica para su equipo, el Surne Bilbao Basket, para su carrera y para la Liga Endesa, es simplemente fruto de su trabajo. Ese que incluso al día siguiente de lograr el ascenso a LEB Plata con el EBA del Movistar Estudiantes le hizo irse a la pista a entrenar como si fuese un día más. Ese que tras una travesía por la LEB, donde la pasada temporada acabó siendo clave para la salvación del Amics Castelló en la que ahora ya es la Primera FEB, hizo que este verano le llegase la oportunidad de formar parte de una plantilla ACB, la liga en la que debutó hace cinco temporadas con el equipo colegial ante el Barça, y que ahora ha comprobado por qué quienes han seguido desde categorías inferiores la carrera del escolta gaditano mantenían que sólo era cuestión de tiempo que se reivindicara.
Sin embargo, si algo demuestra Domínguez es que tiene los pies en el suelo y que ni siquiera una hazaña como la de la pasada jornada es capaz de hacer que los levante… aunque desde este sábado la pasta boloñesa se haya convertido ya en su comida prepartido por excelencia. El escolta tiene las ideas claras y confía plenamente en su entrenador, Jaume Ponsarnau, para seguir construyendo eso que él denomina como su "proceso".
Un viaje que empezó cuando apenas era un niño por 'culpa' de su familia -"mi padre jugaba, mi hermana jugaba, mi madre también. Fue un poco por inercia y mi padre ya vio que se me daba bien", reconoce en una videollamada con Relevo- y que lo hizo salir de Cádiz para pasar por Málaga, de la mano de Unicaja, Torrelodones, Estudiantes, Castellón y ahora Bilbao, y que tras destacar en las categorías inferiores de la Selección -se colgó la plata en el Eurobasket Sub-16 en 2018 y en el mismo torneo, un año después, logró el oro y acabó siendo MVP-, incluso le ha hecho recibir la invitación por parte de Sergio Scariolo para ser parte de la preparación de las que fueron las últimas Ventanas FIBA.
35 puntos, 8/10 en triples, 34 de valoración… ¿Qué comiste el sábado?
(Risas) Lo mismo de siempre que ponen los hoteles, lo típico, no sé, pasta, ensalada… Pasta creo que fue boloñesa, si no recuerdo mal. Y ahora, sin duda, será lo que coma antes de los partidos.
En el último cuarto, que hiciste 18 puntos, ¿tú eras consciente de lo que estaba pasando?
La verdad es que me lo han preguntado ya alguna vez y es como que yo en el último cuarto ni siquiera sabía cuántos puntos llevaba. No sabía que había metido 18 puntos en el último cuarto, no tenía ni idea. Cuando sí era un poco más consciente fue en el tercer cuarto, que estaba jugando bien y llevaba, no sé, 12, 15 puntos o así. Ahí sí que estaba ya sintiéndome bien y eso y sí que estaba siendo un poco más consciente, pero igualmente ya cuando empezó el último cuarto estaba pensando evidentemente, como en todos los partidos, en la victoria y no estaba pensando en nada individual y salía todo solo, básicamente.
Y entonces termina el partido, miras el marcador, ves lo que has hecho, tus compañeros empiezan a corear tu nombre en el vestuario… Y ya sí que te das cuenta de todo.
Claro, o sea, termina el partido, yo veo el marcador y todo y digo: bueno, no sé qué hace ese número tan alto y arriba, pero bueno (ríe). Me felicitan algunos y me viene el delegado del equipo y me dice: 'has hecho el tope de anotación histórica del club'. Y yo me quedé así… y le di un abrazo, creo, no me acuerdo la verdad, le di un abrazo y dije: 'joder, no sé...' Y bueno, luego eso, volviendo al vestuario, sí, todos mis compañeros coreando mi nombre… Al final, ellos también están muy contentos por mí, porque ven cómo trabajo en el día a día y me permitieron hacer lo que hice el otro día. Les estoy muy agradecidos por eso, porque al final el trabajo, ese ingrediente, lo pongo todo lo que puedo y más. Así que, bueno, era cuestión de tiempo y un poquito de suerte y casualidades que surgiese un partido así, la verdad.
¿Qué sientes al haber colado tu nombre en la historia de la ACB junto al de jugadores como Rudy Fernández, Alberto Herreros, Álex Abrines…?
Evidentemente, aún no soy muy consciente de eso, porque son nombres, algunos históricos, otros muy grandes que todavía siguen jugando. Entonces, da un poco de vértigo, sin duda, pero la verdad es que no lo enfoco de forma negativa en el sentido de que me meta presión ni nada por el estilo. Creo que yo, por mi forma de ser, es un partido que me va a venir muy bien a nivel de saber de lo que soy capaz y de soltarme y de no estar pensando en otra cosa más que en jugar y pasármelo bien, que es como me viene bien estar en ese estado mental. Entonces, no le presto mucha atención a esa magnitud o a esa presión que me puede causar.
¿Qué te ha dicho Jaume Ponsarnau? ¿Habló contigo tras el partido?
No tuvo ninguna charla el mismo día, pero hoy (por este lunes) en el entrenamiento sí que hemos tenido una charla de algunas situaciones defensivas y hemos visto un vídeo. Lo primero que ha hecho evidentemente es felicitarme y resaltó eso, que fue muy bonito por el tema de los compañeros, de cómo reaccionaban a cada acción y todo. Y es verdad que en los vídeos se ve que están eufóricos todos. Y yo le comentaba que eso se nota y además desde el tercer cuarto ya se veía cómo estaba el banquillo, cómo estábamos todos dentro. Y eso, especialmente en un partido fuera de casa, suma mucho. No sé por qué, pero cuesta mucho más jugar fuera de casa porque no tienes a los tuyos contigo. Y nos hicimos piña allí todos disfrutando, jugando y fue eso lo que resaltó Ponsarnau. Y bueno, me dijo que me suelte, que ahora voy a tener más atención de los otros equipos, por supuesto, y que aproveche cada 30 centímetros que tenga, que tire. Porque 30 centímetros para Rubén Domínguez en la ACB tiene que ser un tiro y estoy de acuerdo.
Bueno, ahora lo que tendrá es que darte también más minutos después de esa reivindicación sobre el parqué…
Como siempre he dicho desde el principio, tengo plena confianza en él. No estoy preocupado por eso. Sé que lo va a gestionar de la mejor forma para el equipo y para mí personalmente. Porque sé que quiere darme esa confianza que un joven necesita para explotar. Sé que él quiere que yo explote con él, así que tengo toda la confianza en él y no estoy preocupado por eso, incluso aunque vuelvan los jugadores de las lesiones. Yo pienso que esta liga no premia a los equipos que tienen jugadores que juegan 30 minutos. Llega un momento, a partir de los 22-23 minutos, que los minutos que se juegan no son tan eficientes. Creo que se puede ser muy eficiente teniendo rotaciones cortas, jugando cuando tienes un equipo de nivel con todos prácticamente de 17 a 23-24 minutos. Entonces no me preocupa mucho, la verdad.
El tema de los minutos y la relevancia de los jóvenes españoles en la Liga Endesa es algo que está siendo vox populi con asiduidad. Tú que eres, digamos, un jugador que lo vive en primera persona, ¿crees que se está gestionando bien?
Creo que cada jugador o cada joven español en ese sentido es un poco distinto. Y cada situación es distinta también. Pero yo, personalmente, sí siento que hay varios casos en la liga en los que sí se está queriendo hacer de verdad y hacer con pasos firmes y quemando etapas también. Que no todo es venga a jugar o de forma egoísta también, que a veces puede pasar en algunos equipos. Por ejemplo, hablo del caso de Mario Saint-Supery, que pertenece a Unicaja, pero no está allí, quieren que se desarrolle en otro sitio. Lo está haciendo superbién su entrenador con él y está creciendo a pasos agigantados. Al igual que creo que Ponsarnau lo está haciendo muy bien conmigo, paso a paso. Creo que antes de venir aquí, todo el mundo, incluido yo, habría afirmado que las cosas estén yendo como están yendo hasta ahora. Todo está yendo a su tiempo. No se puede pedir que todo el primer día ya salga solo. Ni siquiera se va a poder pedir que a partir de ahora sea algo extraordinario todos los días. Creo que todo lleva un proceso. Por supuesto, tengo la capacidad para que haya días como los del otro día. Ya lo he demostrado, pero eso pasa porque la base es buena y la base es el día a día. No tiene otro secreto. Es el día a día, es hacer las cosas bien, trabajar y confiar en ti, en tu entrenador, en tu entorno y en todo.
Pero aunque digas que todo está yendo a su tiempo, de hecho es cierto que unos jugadores explotan, por así decirlo, antes que otros, ¿crees que esto lo podrías haber demostrado antes si hubieras tenido la oportunidad o algo más de suerte?
Es una buena pregunta. La verdad es que no lo sé. Como dices, no sé si por suerte o si hubiese tomado otras decisiones o lo que sea, a lo mejor podría haber pasado otro gran partido hace dos años. Sin duda, el don que tengo ahora lo tenía ya hace dos años. O sea que a lo mejor un partido bueno, podría haber pasado, seguramente. Pero no es algo con lo que me coma mucho la cabeza porque al final cada jugador tiene su trayectoria. Y hayan sido acertadas o no las decisiones que he ido tomando junto con mis agentes y con mi familia a lo largo de mi carrera, todo eso me ha llevado hasta donde estoy ahora, que es cumpliendo mis sueños, persiguiendo mis objetivos cercanos y lejanos. Al final, estoy donde quiero estar y no es algo que me pese mucho decir: tengo 21 y no tengo 18. Como dices, no es tarde. De hecho, es bastante pronto para haber hecho el partidazo que hice. Entonces no es algo que me pese mucho, la verdad.
Has mencionado dos veces eso de «las decisiones» que has tomado, ¿es porque quizá haya alguna que hubieras tomado de otra manera?
La verdad es que a lo mejor alguna decisión pequeñita lo habría hecho de otra forma, quizás. Puede ser. Ahora mismo no tengo ninguna en mente. Lo digo porque la experiencia te da un poco de sabiduría y de cómo hacer las cosas, pero la verdad es que no me arrepiento de nada porque, sea lo que sea, o haya sido mejor o peor, todo lo que he vivido me ha llevado a ser la persona que soy ahora. Ya no solo jugador, hablo ya como persona, porque también las personas que he conocido, experiencias más duras que he tenido que vivir que a lo mejor que otros jugadores a mi edad… la verdad es que no me arrepiento de nada y siento que todas esas pequeñas decisiones o grandes que he ido tomando han creado una buena base que ahora me hace tener una cabeza como la que considero que tengo. Así que no cambiaría ninguna decisión de las que he tomado la verdad.
En eso es algo que la LEB (ahora Primera FEB) también curte bastante, porque es una liga bastante dura y tú eso bien lo sabes, porque has estado ahí tres años…
Sí, es muy difícil porque para los que no la conocen tiene un nivel bastante alto, sobre todo los equipos de arriba tienen un nivel bastante alto. Es muy difícil jugar contra ellos. En general, todos los partidos son difíciles, es un juego un poco más... no es más sucio en el sentido de más faltas o peores faltas, sino como más atropellado. Es distinto, al final también es acostumbrarse y no es nada fácil. Al principio me costó. También la situación del Estudiantes era un poco difícil, que yo lo comprendo. Luego en Castellón, que es donde tuve un poco más de espacio para fallar, también me costó lo suyo entrar en dinámica y todo. Es muy difícil y también se agradece que haya equipos como Bilbao u otros que están valorando mucho estas actuaciones y esta regularidad en la LEB.
¿Gracias a esa regularidad te llegó la oportunidad de Surne Bilbao Basket?
Básicamente… Tuve una gran segunda vuelta en la LEB, que surgió un poco a raíz de la situación complicada que tenía el equipo. Tuve que dar un paso al frente a nivel de carácter, asumir más tiros, más balón y todo. Me vino muy bien. Es algo que durante mi carrera no lo había hecho mucho, en el sentido de que siempre había sido un muy buen tirador, pero el año pasado tuve que decidir: voy a coger el balón y voy a generarme un tiro o lo que sea. Me vino muy bien para desarrollarme también en otras facetas en las que no estaba tan cómodo y ahora sí que lo estoy.
¿Y ahora qué facetas crees que debes mejorar?
Yo diría lo que justo mejoré el año pasado. Me sentía más cómodo el año pasado generándome mis tiros en LEB, empezar a hacerlo a raíz de que ahora me van a apretar un poquito más al tiro de catch and shoot, empezar a hacerlo en ACB, empezar a calcular mejor las distancias, que son más grandes, más físicos, más rápidos… Empezar a tomar ese tipo de decisiones, equivocarme también. Creo que es un poco esa parte del proceso que me toca. Y, por supuesto, seguir mejorando esos detallitos en defensa que te hacen ser más sólido, saber cuándo hay que hacer una falta o saber cuándo contactar. Ese tipo de cosas que se van aprendiendo con la experiencia. Diría que estoy en ese momento del proceso de equivocarme en ataque, queriendo aprender a desarrollar todo mi juego y en defensa a captar esas cositas que dan la experiencia.
Aunque, como dices, todavía estás en el proceso… ¿te has marcado alguna meta de futuro o tienes algún sueño que te gustaría alcanzar?
Sí, siempre he querido jugar en la NBA, sin duda. Ha sido algo que lo he tenido presente años atrás, el tema del draft y todo. Ahora no es algo que lo tenga tan en mente el draft, siendo drafteable este año, pero es algo que lo tengo en mente el tema de la NBA como sueño y como objetivo a largo plazo. A corto plazo, por supuesto, es Andorra, sin duda. Es de los partidos más importantes de la liga, diría, junto con el último que hemos ganado y con el anterior que también ganamos. En esta liga ya vemos que es todo un poco así. Hay que ir partido a partido, porque, si no, se van victorias y, luego, cuando eches la vista atrás, dices: 'ojalá hubiese ganado ese partido'. Ahora se me viene a la cabeza el de Murcia, no sé si alguien se acuerda. Pero bueno, a largo plazo, NBA, Euroliga… es lo que más ilusión me hace y es en lo que me veo en unos años, sin duda.
¿Y la Selección absoluta?
Siempre me ha hecho mucha ilusión la selección desde que soy pequeño. En el momento del himno se me ponen los pelos de punta y todo. Desde pequeño me siento muy orgulloso de representar a mi país y de haberlo hecho de una forma tan buena. Incluso consiguiendo títulos y todo. Me hace mucha ilusión, sin duda.
Hablando de cuando eras pequeño, ¿tenías algún jugador que fuese tu ídolo o tu referente?
Cuando era más pequeño, Juan Carlos Navarro. Cuando estaba en Unicaja, ya que empezó a salir un poco más, Bogdanovic. Me fijé mucho en él. Creo que además somos bastante similares y sí, me fijo mucho en él para también hacer cosas que hace él y yo no las hago tan bien. Diría que es un poco mi referente real.
Si ahora, con lo que has ido aprendiendo, tuvieras que darle un consejo a un chaval que, a lo mejor, está en ese punto en el que tú estabas, por ejemplo, hace unos cuatro años, ¿cuál sería?
Recalcaría primero que disfrute, que lo disfrutes sin duda, porque si no, no tiene sentido hacerlo. Hay que disfrutarlo. Y si de verdad has tomado esa decisión de tomártelo en serio, esto es algo que me lo dijo mi psicólogo deportivo y me ha ayudado mucho a ser consciente de que todo tiene su tiempo, y es el tema de que hay un proceso en todo proyecto a largo o corto plazo, hay un proceso. No quieras saltarte ese proceso, vívelo, disfrútalo y trabaja como el que más. Si de verdad quieres ser muy exitoso, tienes que volverte loco y trabajar. Si no quieres ser tan exitoso, pues bueno, ya tú considerarás cuánto trabajar, pero disfrútalo, vive ese proceso, equivócate, cree en ti y no hay otra forma, sin duda.
Mencionas la figura del psicólogo deportivo, que aunque es verdad que se vaya hablando más de eso, sigue habiendo todavía mucho tabú. ¿Cómo de importante es tener este tipo de ayuda?
El tema del psicólogo deportivo, para que veas la importancia, yo de las primeras cosas que hago cuando termina el partido y todo es escribirle a mi psicólogo, decirle: 'cuándo podemos hablar, cuándo podemos vernos', también un poco para gestionar ahora la situación de un éxito en mi carrera, un superéxito y cómo afrontar el tiempo que viene ahora y cómo enfocarlo. Es muy importante porque hay momentos, depende de la persona, que puede comerse más la cabeza o querer hacer las cosas de una forma y no es lo más eficiente o lo que más te va a venir a ti personalmente. Y eso solo lo sabe una persona que tiene conocimientos de cómo gestionar grupos o cómo gestionar ambiciones o presiones. A mí, personalmente, mi psicólogo me ayuda también a sentirme más libre, menos presionado, que yo no tengo necesidad de demostrar nada. Simplemente, mi propósito es mostrar el talento que tengo y disfrutar. En fin, creo que son detalles, pero que eso te lo da una persona desde fuera, profesional, que te dice: 'mira, esto tienes que hacerlo así y te va a ayudar a ser más feliz, te va a ayudar a que te vaya mejor, a gestionar mejor las cosas'. Son todo pros e igual que a un deportista le gusta cuidarse comiendo bien, es muy importante cuidarse también la cabeza y los pensamientos, o sea que es superimportante.