LIGA ENDESA

Roger Grimau desvela sus roces con Willy Hernangómez en el Barça y confirma que "había gente que no quería que le fuera bien"

El extécnico culé rompe su silencio y cuenta lo que fue la temporada y la situación que vivió con el pívot.

Roger Grimau durante un partido al frente del banquillo del Barça la pasada temporada. /ACB PHOTO/MARIANO POZO
Roger Grimau durante un partido al frente del banquillo del Barça la pasada temporada. ACB PHOTO/MARIANO POZO
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Cuando hace ya más de un año, Roger Grimau tomó las riendas del Barça de la renovación, ese que iba a apostar en un inicio por un bloque nacional con el que tratar de reconvertir -o cambiar- el proyecto del club, las dudas no tardaron en llegar. Proyecto nuevo, entrenador sin experiencia en la élite -aunque fuese de la casa-, bastantes jugares nuevos... La situación no era fácil, menos aún en un club de élite europea como es el culé, y ahí el mayor señalado fue Roger Grimau. "Creo que se me ha faltado al respeto mucho desde el primer día. Había gente que no quería que me fuera bien", ha admitido el que fuera técnico en los micrófonos de RAC1 y Catalunya Radio durante un tour mediático en el que ha confirmado lo que habían sido secretos a voces durante la temporada, como la compleja situación -y ese pulso continuo- con Willy Hernangómez.

Lo cierto es que Grimau nunca estuvo tranquilo al frente del Barça. Al menos, no a ojos de la opinión pública. Y es que los altibajos del equipo culé, como el bache de diciembre en el que incluso se produjo aquel famoso claustro interno para, básicamente, refrendar su continuidad y tratar de buscar el camino a seguir junto a él para acabar la temporada, siempre le hicieron estar en la picota. Y es que, de hecho, aquel cónclave coincide también con el estallido de la crisis Willy Hernangómez tras un encontronazo entre el técnico y el pívot en el partido contra el AS Mónaco.

"Te quedan dos telediarios", le espetó el jugador y aunque el técnico haya querido quitar hierro al asunto, "son dos o tres cosas puntuales y muy escandalosas de cara al público, pero tampoco creo que fuera un drama de relación", aseguró Grimau en antena, la realidad es que desde ahí, las cosas entre Willy y el técnico nunca fueron iguales. De hecho, basta recordar la situación que se dio durante los playoffs de la Liga Endesa en la eliminatoria ante el Lenovo Tenerife o esas declaraciones públicas de Willy Hernangómez en las que reclamó más minutos y que provocaron el efecto contrario durante el duelo siguiente: que Willy Hernangómez viese reducidos sus minutos pese a que el Barça entonces se había quedado sin su pívot titular, Jan Vesely.

"Yo he intentado que fuera un jugador importante porque le necesitábamos a un gran nivel para ganar títulos. Influyeron muchas cosas, empezando por Vesely, que tuvo una temporada extraordinaria y hay una limitación de minutos. Es difícil que los jugadores estén contentos. Cuando pasó aquello yo pensé en el club. Willy es un jugador top o franquicia, en el que se han gastado mucho dinero. ¿Qué gano apartando a un jugador? Preferí intentar ir juntos, pensando en el club", asegura pese a todo un Grimau que, eso sí, considera que ha sido "un blanco fácil" en muchas situaciones.

"En determinados momentos era un blanco fácil. Entonces pasaba de todo, pero ahora que estoy fuera pienso que algunas cosas no fueron justas", ha admitido el técnico, que, eso sí, asegura que sí que sintió, durante la temporada, ese respaldo interno dentro del club. "Es en general, no hablo del club. Hablo de lo que me llegaba desde fuera. Desde dentro me sentí muy cómodo hasta el final. Seguramente, lo clave fue la eliminación en la Euroliga. Pero cuando hablaba en rueda de prensa no decía mentiras. Me sentía respaldado por la gente de cada día. Pero es una sensación general. Idiota no soy. Depende de las preguntas que te hacían en rueda de prensa, era una sensación. Pero no quise ponerme en lugares que no tocaba. Sé dónde estaba y qué había", reconoce.

Aunque sí que confirma que se olía que su futuro, al menos próximo, no parecía que estuviese ligado al Barça después de poner fin a la temporada. "Desde el momento en que firmé, sabía que el cese podía pasar. Pero confiaba en seguir, tenía dos años de contrato, confiaba en hacer ese segundo año e intentar hacerlo mejor. Pasó una semana y yo ya me lo imaginaba, pues en toda la semana no habíamos hablado del año siguiente. Con (Juan Carlos) Navarro y Mario (Bruno Fernández) hubo buenas palabras y poca cosa más. La decisión ya era firme, no podía hacer nada. Tenían la sensación de que necesitaban un cambio de rumbo y tampoco quise preguntar".

Eso sí, pese a todo, el técnico asegura que hizo "lo que le salía del corazón" y mantiene que sí que estuvo a la altura del reto que tenía: "He hecho en todo momento lo que me salía del corazón. En muchos momentos he hecho mucho bien a los jugadores. A nivel de experiencia, yo no creo que haya habido un partido que un entrenador rival me haya sorprendido. He estado a la altura".