BÁSQUET GIRONA 91 - FC BARCELONA 90

La derrota del Barça en Girona deja tocado a Joan Peñarroya y pone en la diana la gestión de Juan Carlos Navarro

Las dudas sobre la gestión del general manager por parte de la cúpula del club se agravan ante la crítica situación del equipo de cara a la Copa y los resquicios por el caso Heurtel 2.0.

Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Cuando quedaban 38,5 segundos para el final, Joan Peñarroya tuvo que pedir un tiempo muerto al ver cómo el Bàsquet Girona volvía a ponerse por delante en el marcador (89-88). En ese momento, la retransmisión de Movistar Plus+ enfocó a la zona colindante con el banquillo culé, donde siempre se sientan el general manager, Juan Carlos Navarro, y el director deportivo, Mario Bruno Fernández. Ahí estaban ambos, como únicos representantes institucionales del Barça en Fontajau. Porque ningún directivo -y eso que la distancia entre Barcelona y Girona es de una hora de coche- se desplazó a un partido que era clave… y le volvió a salir rana. Por eso, que en ese momento las cámaras captaran a Navarro con el rostro absolutamente serio y Mario Bruno con la cabeza gacha y las manos en el cuello no era baladí. Porque si, como ya contó Relevo el pasado lunes, Joan Peñarroya estaba en la cuerda floja, el batacazo en Girona también aumentaba el runrún que ya había hace tiempo en torno a la gestión de ambos. Sobre todo tras el escándalo por el 'caso Heurtel 2.0'. Tras el partido, hubo una reunión de 20 minutos a tres bandas entre Peñarroya, Mario Bruno y Juan Carlos Navarro, como informó RAC 1.

Hace semanas que las dudas sobre la gestión deportiva del Barça empezaron a elevarse cada vez más en la cúpula del FC Barcelona. Y es que si Peñarroya era el principal señalado de puertas hacia afuera, el hecho de que una posible salida del técnico pudiera suponer que su sustituto se convirtiera en el cuarto entrenador en dos años en el banquillo culé tras Saras Jasikevicius, Roger Grimau y Peñarroya, hacía que hubiera más nombres que se pusieran también en la diana. Y con lo ocurrido hace sólo unos días con el finalmente no fichaje de Thomas Heurtel, junto a las dos derrotas consecutivas -tres si se cuenta también el Clásico- en Liga Endesa del Barça, que además lo deja en una situación totalmente crítica de cara a la clasificación a la Copa del Rey, todo se ha incrementado.

La plantilla no termina de convencer. Y sí, aunque la lesión de Nico Laprovittola fue un revés absoluto para el equipo, la apuesta por Raúl Neto acabó siendo un fracaso por parte de la dirección deportiva (de Juan Carlos Navarro y Mario Bruno Fernández), que no ha logrado reaccionar de la forma esperada para reforzar una plantilla que, además, no termina de rendir ni siquiera con los recursos que tiene. Y de ahí que incluso desde arriba se empezase a hablar de que la planificación, otra vez, no hubiera sido la correcta.

"Tengo el apoyo de la gente que trabaja en el club, pero es evidente que con los resultados que llevamos existen las dudas. Es un momento complicado y el único camino es seguir trabajando y picar piedra. Estamos en una situación no esperada y eso anímicamente afecta. Estamos tensos, estamos en una situación no esperada, que no agrada y eso afecta a todos los miembros del equipo", decía Joan Peñarroya tras ser preguntado por la situación en rueda de prensa, y la realidad es que ese sentir no es sólo del vestuario, sino que asciende incluso escalones algo más arriba. Concretamente a los que ocupan tanto Mario Bruno Fernández como Juan Carlos Navarro.

Ambos han quedado también bastante tocados internamente después de que en la rueda de prensa de Thomas Heurtel y su agente, David Carro, para explicar la caída de lo que parecía el regreso del francés a Barcelona, este último asegurase que dentro de la sección sí que se validaba la llegada de Heurtel. Y es que desde arriba ya no sólo se señala al técnico como culpable de los resultados, sino que también a los dos principales encargados de gestionar el equipo culé. Horas tensas en la Ciudad Condal, que podrían traer consigo más de un movimiento.