Los cronometradores ACB cuentan cómo fue el debate entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, desde dentro: "Fue un caos"
Aurora Macho y Carlos Rodríguez cuentan su experiencia en el cara a cara entre los candidatos a la presidencia de los dos grandes partidos.

El pasado lunes se celebró el único debate que mantendrán Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo antes de las elecciones del 23 de julio. Un cara a cara en el que ambos candidatos intentaron mostrar todas sus cartas para convencer a los indecisos, pero que terminó confundiendo a buena parte del electorado en un diálogo en el que las interrupciones fueron la tónica general.
Una percepción que se tuvo al otro lado de la pantalla, pero también en el propio estudio de Antena 3 donde tuvo lugar el encuentro. "No hubo un momento tranquilo. Como no había un tiempo limitado, fue un caos. No sé si os enterásteis de algo de lo que dijeron, pero allí en directo nos enterábamos poco porque no dejaban de interrumpirse", asegura Carlos Rodríguez.
Él, junto a Aurora Macho, fue uno de los encargados de medir y controlar el tiempo de intervención de los dos políticos. Dos cronometradores con más de dos décadas de experiencia en la ACB que vivieron uno de sus partidos más complicados a la hora de poner en marcha y detener el reloj cada vez que hablaban los dos grandes candidatos a la presidencia del Gobierno.

"Este debate ha sido más complicado por el grado de interrupción", afirma Aurora Macho a Relevo. Ella también fue una de las encargadas de llevar el tiempo en el debate a cuatro de 2019 entre Albert Rivera, Pablo Iglesias, Mariano Rajoy y el propio Sánchez. Y pese a ser cuatro candidatos fue más tranquilo que éste. "El otro estaba más reglado y aquí hemos tenido que estar más atentos".
El objetivo en este debate no era tanto cumplir con que los dos candidatos tuvieran el mismo tiempo. Se buscaba la proporcionalidad. De hecho la mecánica del mismo también era diferente. En esta ocasión no había un tiempo determinado para hablar de un bloque concreto. Los dos candidatos podían departir lo que quisieran de cada uno de los bloques. Eso sí, si uno usaba más tiempo en un bloque, el otro podía usar un segundo turno para igualar. Pero no hizo falta.
"A veces eran intervenciones en las que tenías que activar el reloj y automáticamente volverlo a parar. Eran muy cortas. Estábamos todo el rato pendientes"
Cronometradora ACB"En los otros debates eran 10 temas y 5 minutos por tema. Aquí era tiempo ilimitado y cada uno podía decir lo que quisiera de un tema. En teoría si un candidato hablaba 10 minutos de un tema y otro con 8, le iban a dar la oportunidad de esos dos minutos si quería igualarlo, pero no se dio el caso porque no dejaban de hablar. Quitando en el primer tema que habló Feijóo un minuto o dos más", recuerda Carlos Rodríguez.
En lo que coinciden ambos cronometradores es en la dificultad que entrañó un cara a cara en el que los dos políticos hablaban sin respetar el turno del contrario: "Las instrucciones que teníamos es que en cualquier intervención había que activar el reloj. Y a veces eran intervenciones en las que tenías que activar el reloj y automáticamente volverlo a parar. Eran muy cortas. Estábamos todo el rato pendientes, cada uno a su candidato, con las cámaras apuntando al candidato constantemente para que no perdiéramos el mínimo detalle".
"El debate es más tranquilo que el baloncesto, aunque éste fue más estresante porque no dejaban de hablar"
¿Tuvieron la tentación de hacer sonar la bocina por fin de posesión ante lo que decía alguno de los candidatos? "No tuvimos la tentación de apretar la bocina en ningún momento. No tenemos esa percepción. Aunque es verdad que fue un debate bastante movido con respecto a otros que he vivido. Hubo muchas interrupciones y tuvimos que estar bastante atentos", recuerda Macho. Rodríguez, por su parte, asegura que "cuando te metes en faena, tanto en el basket como en esto, se te olvida todo. Estás en tu trabajo. Haciendo lo que tienes que hacer, lo que te gusta".
Lo que sí tienen claro ambos cronometradores es que es más complicado un partido de baloncesto que un debate político. Por muy crispado que esté. "El baloncesto es más complicado. Tienes a 12.000 personas con ojos detrás de ti, tienes a la ACB mirándote. Lo del debate es más tranquilo, aunque éste fue más estresante porque no dejaban de hablar". Ahora es el turno de la voz de los ciudadanos. Y la posesión también se acaba para ellos.