Willy Hernangómez no tiene quien le escriba
La osadía es mala compañera y aventurarse a titular parafraseando a García Márquez tendría que estar penado por ley. Aún así, la historia del viejo coronel colombiano puede servir como espejo de la situación que vive Willy Hernangómez en su primera temporada en el Barcelona, donde no termina de encontrar los minutos (en la novela de García Márquez el hilo conductor es la pensión y el dinero, algo con lo que Willy no tiene tanto problemas) con los que subsistir en la élite del baloncesto europeo.
Como el viejo militar, el pívot ha estado bajando cada día a esa oficina de correos que son las canchas para ver si alguien le mandaba la pensión en forma de tiempo de juego tras muchos años de 'guerras' en el parquet. Batallas contra jugadores rivales, pero también contra entrenadores propios que le escatimaban minutos en cancha y para los que no servían los méritos acumulados en otros campos de batalla con el uniforme de la Selección.
Willy parecía encontrar la solución en su propio gallo de pelea: su calidad y su baloncesto, que le llevaron a ser MVP de un Eurobasket y que le valieron para volver a Europa con uno de los mejores contratos del Viejo Continente. Sin embargo, en su caso como en el del viejo coronel, la fuente de ingresos no ha dado los réditos deseados como para salir de una complicada situación.
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— Basket en Movistar Plus+ (@MovistarBasket) October 29, 2023
Tras unas primeras semanas en las que tanto el Barça como el jugador parecían haber encontrado el camino común, las últimas jornadas han arrojado una nueva realidad. Siete derrotas en 10 partidos y la pérdida de protagonismo gradual han hecho dudar y ya no se sabe si el gallo va a poder pelear y mucho menos ganar para salir de la precaria situación en la que se encuentra.
Willy ha ido perdiendo protagonismo y relevancia en la cancha. Así lo dicen los números. El exjugador del Real Madrid no llega a medio partido en minutos jugados en Europa. Solo 15:56 de media, siendo el noveno jugador más utilizado por Grimau. O el sexto que menos, según se mire. Muy poco para la inversión más grande del club esta temporada, que promedia 10,9 puntos, 4,7 rebotes y 12 de valoración.
En España esas cifras no son mucho mejores. Tampoco llega a los 20 minutos, aunque aquí sí es el quinto que más juega 'sólo' por detrás de Satoransky, Laprovittola, Parker y Kalinic. Pero su producción tampoco es la que se esperaba de él cuando confirmó uno de los movimientos más sonados en el baloncesto europeo este pasado verano: 12,8 puntos, 6,3 rebotes y 15,8 de valoración.
Y por detrás siempre la sospecha, como si de Keyser Soze se tratase, de su defensa. Algo que le ha acompañado durante toda su carrera. Una leyenda que habla de falta de actitud, algo tan intangible como irreal, y de cierta candidez cuando tiene que cerrar al pívot rival. Son argumentos para sus detractores, que se preguntan si finalmente Willy terminará por encontrar la solución a la situación que hoy vive. "¿Qué comeremos?", se pregunta la afición blaugrana. Willy está todavía a tiempo de que la respuesta, como plasmó Gabo, no sea "mierda".