Roger Grimau: "Ser entrenador del Barça es una vida humana y siete de perro, en nada me pongo en 60"
En vísperas al duelo de Euroliga de esta noche en el Palau ante Armani Milán, Relevo charla con el técnico del Barcelona, Roger Grimau.
Roger Grimau (Barcelona, 1978) es un técnico valiente. Asume el reto del banquillo culé con presión pero mucha ilusión. Dice estar preparado. Quiere imponer su sello. No le gusta que comparen su carácter con el de Jasikevicius. No tiene vértigo y pone el punto de mira en la Euroliga. Tozudo e insistente tanto en la victoria como en la derrota: así se define el entrenador del Barcelona. Conocedor a la perfección del club en el que jugó durante ocho campañas, el barcelonés es el mediano de una saga de hermanos baloncestistas. Amante de los caracoles y de su familia, el técnico azulgrana recibe a Relevo en la sala de vídeo de la Ciudad Deportiva a poco menos de 24 horas de jugar un nuevo partido.
¿Qué le gusta más el baloncesto o los caracoles?
Me gusta más el baloncesto, pero los caracoles están muy arriba. Con unos amigos, hace tiempo, nos apuntábamos todos los caracoles a la llauna que comíamos. Y hacíamos un campeonato a ver quién se comía más.
¿Y cuál es su récord?
Entre 70 y 90. Cuando voy a casa de mi hermano, que él los cocina, me llevo a mi hijo como refuerzo. Le encantan también.
¿Su hijo juega a baloncesto?
Ahora es muy fanático del baloncesto. Jugó a fútbol, pero lo dejó. Ahora va al gimnasio. Pero viene a todos los partidos, los ve, lo vive muchísimo…
¿Le da consejos?
No me da consejos, pero es de las cosas que más me está gustando como entrenador del Barça, verlo tan ilusionado y siendo tan fanático. Es de lo más bonito que me ha pasado en la vida. Su cara de felicidad lo dice todo.
"Ver a mi hijo tan ilusionado es de lo más bonito que me ha pasado en la vida"
Entrenador del Barcelona¿Y eso le presiona?
Me gustaría ofrecerle más años, que disfrute el máximo tiempo posible… No es presión, pero me gustaría que esto se alargara más por él, porque lo está disfrutando mucho.
¿Sufres más en los partidos del Barça o cuándo ve patinar a su hija?
Sufro más viéndole a ella que como entrenador… Ya saben cómo se caen, no sufro por eso; me parece tan heavy entrenar tanto tiempo para dos minutos en la que si cometes un error te trastoca todo. Como es un deporte que no entiendo, solo quiero lo mejor para ella y sufro mucho. De hecho lo grabo porque así no me entero.
¿Y cómo se aficiona usted al baloncesto?
Es un poco familiar, pero no nos obligaban. Mi padre jugaba, mi hermano mayor también… Entrenaba un equipo de base. Iba con él y veía jugar a mi hermano. Jugábamos en la terraza de casa y hacíamos unos partidazos increíbles.
¿Cuáles son sus primeros recuerdos como culé?
Mis primeros recuerdos son en el Palau, en los grandes partidos de Epi, Solozábal, Norris. No soñaba con ser profesional. Era un niño del Barça y quería que ganara. Luego con el Lleida o el Joventut cuando venía al Palau quería hacerlo lo mejor posible… Ser después jugar del Barça, capitán… Inimaginable.
"Ser jugador y capitán del Barça era inimaginable"
Entrenador del Barcelona¿Y cómo valoraba poder jugar en el club del que era aficionado desde niño?
Valoré cien por cien cada día de entrenamiento. Bajaba la rampa de acceso y decía, ¡estoy en El Palau! Lo valoraba cada día, pero esta responsabilidad a veces no te hace disfrutarlo. Era el que mejor me lo pasaba al ganar, y el peor cuando perdíamos. A veces disfrutaba más desde fuera.
¿Disfruta más de entrenador?
Ni jugando ni entrenando. Estoy aprendiendo a disfrutar de los pequeños momentos, de los parones del calendario, pero le doy vueltas todo el día. Cuando ganábamos me preocupaba por los jugadores, cuándo perdemos por cómo mejorar… Pensando en el siguiente encuentro, pero aprendo a disfrutar en los pequeños momentos del calendario. Le doy vueltas a todo. Si en un partido jugaba menos y perdíamos, le daba vueltas sobre qué debía haber hecho mejor. ¡Imagínese de entrenador!
Pero también pudo disfrutar de momentos únicos, como la Euroliga de París en 2010. ¿Lo celebraron bien?
Lo único que era París… Se acabó todo rápido, fue una gran noche. Se montó un largo jolgorio cuando entraron los del fútbol al pabellón, pero estaba centrado en el partido, entraron después. Toda la primera fila era nuestra, aquella sinergia con los de fútbol, con los hinchas… Era nuestro año, los detalles sumaron.
¿Y la fiesta?
La fiesta fue lo de menos. Recuerdo a Juan Carlos Navarro que nos hizo una pequeña charla y nos dijo que disfrutáramos. Recuerdo que salimos por el lado de los hinchas y mi sensación era que flotaba… Recuerdo hacer la rueda con lágrimas en los ojos y viendo a los aficionados. Mi sensación es que solo estábamos nosotros, y eso que en frente estaba en Olympiacos.
¿Es cierto que cuando le nombraron entrenador una de las primeras cosas que hizo fue llamar a Guardiola?
Sí, de hecho entrenar al primer equipo era la excusa de conocerlo como culé y futbolero. Es una persona interesante. Traté de mover hilos para hablar con él, y tener una charla. De todos se aprende, de él también.
"Entrenar al primer equipo fue la excusa para conocer a Pep Guardiola"
Entrenador del Barcelona¿De quién aprendió más?
Tuve grandísimos entrenadores. Es tópico pero ver cómo trabaja cada uno te enseña, y ver lo que no me gusta de cada uno. O cómo me sentí cuando un entrenador hizo algo que no me gustaba, que me generaba incomodidad. Antes de hablar, pienso mucho. A nivel de gestión de grupo, que es una de las claves, de cada uno aprendí mucho.
¿Qué opina de lo que se dice de usted que es muy blando?
Se ha creado un 'no sé qué', pero no lo sé porque estoy fuera de la prensa y de las redes sociales… Se ha hecho una bola sobre mi carácter… Me gusta convencer y no obligar, a mis hijos los eduqué así… Muchos días me he cabreado, pero intenté que dejaran de jugar a la Play convenciéndolos y no obligándolos. Lo importante es transmitir verdad, y soy así. Es mi manera de hacer. Si quiero impostar una cosa, cantará a leguas. No me van a creer. No sé porque se ha creado esto, tengo mi manera de hacer, quiero ganar y perder a lo Grimau, pero grito y me cabreo.
Sí que hay diferencias con Jasikevicius, quien gritaba mucho más... ¿Qué es más efectivo?
Eso le debes preguntar a los jugadores. No voy a favor de nadie ni en contra. Es mi manera de ser. Las dos cosas pueden sacar rendimiento. Creo que intentar convencer es una forma más lenta, pero estoy convencido y nadie me lo quitara de la cabeza que es algo muy potente. Pero en la vida, en las relaciones personales… Cuando miro a mi hijo con 18 años, estoy encantado de cómo lo educamos. Qué mejor resultado que la educación de tus hijos.
¿Qué peso tiene Navarro en la decisión de que usted sea entrenador?
Navarro es el responsable de la sección. Gran parte de culpa de que esté aquí es suya. Me siento muy apoyado, querido, somos una piña. Me siento muy acompañado.
¿Se le puede exigir títulos en su primera experiencia en la élite como entrenador?
Es el primer año como entrenador del primer equipo, pero llevo 20 de jugador profesional. No me viene nada de nuevo. Cuando llevas este escudo es complicado decir 'vamos a ver qué pasa'. Hay que construir y hacerlo mejor, pero hay que ganar. Sé dónde estoy sé lo que tengo. No hay nadie de los que nos leerán que sea más exigente que yo. Nadie me exigirá más. Cuando perdemos soy el que más se flagela. Creo que el grupo de trabajo es bueno, somos una piña, muy fuertes. Morderemos.
¿Cree que el Real Madrid va más al límite que otros equipos y se le permite?
Juega al límite, pero la mayoría jugamos así. Hay mucho contacto, mucha intensidad, nada fuera de lo legal.
¿Es el gran rival en todo?
El Real Madrid está especialmente fuerte este año, con un nivel alto… En la Euroliga hay muchos equipos. La Euroliga como aficionado es de lo mejor que hay. Te pones una jornada y verás tres o cuatro partidazos. El Madrid tiene un bloque que lleva muchos años juntos, que va ganando, va sumando piezas nuevas… Campazzo, Tavares… Ya estuvimos cerca este curso. Empezamos mal en la Supercopa, llegamos muy justos, pero después hicimos una primera parte muy buena en Euroliga; aunque ellos en la segunda se pusieron por delante.
Dice Xavi que ser entrenador del Barça es lo más difícil que hay. ¿Lo comparte?
Ser entrenador tiene este punto, pero este club tiene unas características especiales, hay mucho sentimiento… En el fútbol debes ganar y jugar bien si no se te cabrean. Pero yo formo parte de la masa social, y sé de qué va, y lo que se dice… Creo que la gente es más fan y menos tribunera que antes, saben por dónde van las cosas. Pero esto es como una vida de humano y siete de perro. Un año sumas siete, de aquí a nada me pongo en 60.
¿La Euroliga es una obsesión también para usted?
Hace tiempo que queremos ganarla, queremos competirla. No voy a rehuirlo, pero lo llevaré desde la pasión, que lo pasemos bien, que crezcamos, que tengamos una identidad… Desde hace tiempo que no la ganamos, pero hay que valorar llegar a la Final Four. Solo llegar es muy complicado. No se puede despreciar, todos vemos el nivel. Queremos ganar. Ganamos la Euroliga en 2010 y perdemos la anterior, y en Praga. Raro es llegar la primera vez y ganarla.