El reto de Chus Mateo es encontrar la pócima para evitar que el Real Madrid sea Dr. Jekyll y Mr. Hyde
El técnico llegó a probar a todos los jugadores, salvo Abalde, en el primer cuarto para tratar de solventar los problemas ante el ALBA Berlín.
El Real Madrid presenta una dualidad esta temporada. Una doble cara al más puro estilo de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, que les hace capaces de demostrar lo peor y lo mejor incluso en un mismo partido. Y ese es el principal caballo de batalla que tiene Chus Mateo ahora mismo: encontrar la pócima que, en este caso, acaba con Mr. Hyde y permita a los blancos jugar con intensidad, orden y convicción, pero, sobre todo, defensa y colectividad durante los 40 minutos de juego. Porque está claro que, cuando lo hacen, son capaces de mostrarse músculo que parece disiparse en muchas ocasiones. Y esto, precisamente, es algo recurrente que volvió a verse este jueves en el duelo de Euroliga que finalmente acabaron llevándose ante el ALBA Berlín (98-84).
Durante la primera parte, el Real Madrid estuvo totalmente desbaratado. Sin juego colectivo, ni ideas, ni intensidad. Y ante esto, Chus Mateo comenzó a rotar a sus jugadores en busca de una fórmula... que no llegó. El técnico empleó a 11 de los 12 que había en convocatoria durante los primeros 9 minutos de juego. Mientras que cuando apenas se habían cumplido 12 minutos, a falta de ocho para el descanso, ya habían estado por el parqué en 100% de los jugadores disponibles en busca de una combinación que le hiciera cambiar el chip... pero que no llegó hasta la segunda parte (después de irse al descanso con empate a 55) tras la charla en vestuarios.
"La dinámica no tiene muchas veces que ver con las rotaciones. A veces es la mentalidad lo que tiene que ver con la dinámica. Creo que en ocasiones el hecho de que haya gente que tiene que entrar, que quiero que vaya participando, que todos se sientan útiles, que es algo que siempre hemos hecho aquí: tratar de que todo el mundo esté vivo, es algo que tratamos de conseguir con las rotaciones. Sin duda, a veces puede salir bien y otras no tiene el mismo resultado, pero creo que esa es la línea también, el que podamos en un momento determinado tener a la gente fresca. Todos aportan, todos tienen que sentirse capaces de hacerlo adelante y atrás, y saber que siempre va a haber un jugador que te va a dar el relevo cuando tú no estés en el campo", explicaba Chus Mateo al ser preguntado por ello tras el partido.
Y es que, como reconoció el propio técnico: "Ha habido dos partes también en las que se puede diferenciar mucho el partido, porque en la segunda parte hemos estado mucho más intensos, hemos dejado de cambiar canastas, hemos defendido mucho mejor y creo que esa ha sido la clave". Pero, más allá de la defensa, lo que consiguió hacer ese clic fue precisamente el entender que, como ya lleva avisando el propio técnico hace tiempo, no le va a temblar el pulso a la hora de sentar o poner a quien considere, porque para él lo principal es el juego en equipo más allá de las individualidades.
De hecho, así lo volvió a dejar caer cuando fue preguntado por el regreso de Andrés Feliz y Dzanan Musa y cuyas vueltas suponen más rotación (y respiro) para la plantilla. "Estoy contento por la vuelta de Andrés y Musa, y cundo vuelva Usman Garuba la alegría será completa, porque esto nos va a ayudar a que haya competencia -y la competencia siempre es buena-, a apretar los dientes por saber que hay otro jugador que puede jugar y que está detrás haciendo lo posible por convencer al entrenador de que quiere minutos, eso siempre es bueno", dijo el técnico. Un toque de atención para que nadie se relaje con el fin de, precisamente, lograr esa consistencia, sobre todo en defensa, que ahora se diluye y hace que el Real Madrid muestre esas dos caras en los partidos, siendo capaz de lo mejor, pero también lo peor.
¿Y qué ocurre? Que para Chus Mateo no hay escenario mejor posible que un Clásico en el Palau para ponerlo en marcha. Primero, porque el Barça es uno de los rivales más duros de la Euroliga, después, porque se trata del eterno rival y eso es un extra de motivación para los jugadores y por último, porque de salir bien, puede hacer que ese clic se logre y el equipo blanco consiga así mantener la concentración general para entrar en la dinámica positiva a nivel de juego y sensaciones que necesita.
Por ello, el entrenador blanco no dudó en considerar que el del próximo jueves es "un muy buen partido" para ellos: "Es muy buen partido para nosotros. Jugar en el Palau nunca es fácil. Tener este tipo de retos por delante e intentar ver hasta qué punto somos capaces de afrontar un reto como ese, creo que nos viene bien en este momento", dijo el técnico.
Y ahora tienen tres días de descanso para tratar de recargar pilas y conseguirlo: "Ojalá que en estos tres días no desconectemos completamente, pero sí que vamos a parar. Hay jugadores que se van con su selección y a otros, incluido a mí, nos viene bien parar por un momento, desconectar y empezar a pensar en el partido del jueves con más paciencia. Este calendario te obliga a mantener la tensión en todo momento y a veces no te das cuenta de cómo va de deprisa todo esto. Vamos muy deprisa. Los partidos que vienen son los que vienen y hay que afrontarlos como vienen y estar preparados. Ojalá mantengamos la competitividad que por momentos se ve, durante 40 minutos allí en el Palau y afrontar un reto que no es fácil, pero que estamos dispuestos a afrontarlo con garantías", mantuvo Chus Mateo.