Los dos partidos en blanco de Willy Hernangómez en Euroliga retratan sus carencias y evidencian su rol secundario en el Barça
El pívot no está siquiera en el top-8 de jugadores más usados por Joan Peñarroya en la competición continental.
Domingo, 27 de octubre. Willy Hernangómez entra en la convocatoria del duelo ante Unicaja, pero no pisa el parqué. Aquella era la primera vez que se generaba, de verdad, otro runrún en torno al pívot madrileño. "Pasará más veces", aseguró el técnico del Barça, Joan Peñarroya, haciendo referencia a que haría rotaciones en el juego interior. Sin embargo, lo que ha evidenciado el paso de las jornadas es que el foco sigue estando en el mismo sitio. Y que en las dos últimas jornadas de Euroliga haya dejado su casillero a cero -sin convocar ante el Baskonia y sin salir a pista en la victoria ante el Partizan-, así como el rol que mantuvo en el partido del domingo en la Liga Endesa ante el Río Breogán, demuestran que el técnico culé no va a dudar en hacer lo que considere... por más que se trate de uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla.
El perfil de jugador de Willy Hernangómez está claro: un especialista ofensivo. ¿Qué ocurre? Que en un Barça que pelea en competiciones cada vez de más nivel, en las que, a diferencia de la NBA, el juego parte principalmente desde la defensa, al pívot madrileño se le han visto las costuras en la parte de atrás. Y eso es algo que no siempre puede asumir un equipo que aspira a lo máximo posible en todas las competiciones. El año pasado, con Roger Grimau, y con sólo dos '5' en el equipo, el papel de Willy Hernangómez era inferior al de Jan Vesely (que sigue siendo el pilar culé en el juego interior). Y este año, en el que se han unido otros dos especialistas defensivos... su rol es aún más secundario.
La llegada de Youssoupha Fall a Barcelona era un claro mensaje: se necesita de más defensa. Y, por si fuera poco, el fichaje de Chimezie Metu y su explosión para jugar tanto de ala-pívot como de pívot, si la situación lo requiere, ha hecho que Willy Hernangómez quede relegado a un rol inferior. Algo que no casa realmente con las pretensiones de cuando se le fichó... pero que demuestran que lo deportivo es lo primero. Porque mientras que hace unos meses sí que hubo problemas entre el jugador y el que era su técnico -de sobra es sabida la polémica-, en esta ocasión no hay nada de eso. ¿Qué ocurre? Que Peñarroya tiene claro qué es lo que necesita y si el pívot no logra dárselo... no duda en cambiarlo o no utilizarlo.
Un ejemplo se vio este domingo, en la Liga Endesa, cuando en los minutos finales del duelo que finalmente acabaron perdiendo ante el Río Breogán, se veía cómo el técnico hacía salir a pista al pívot para atacar... y cuando tocaba defensa directamente lo mandaba al banquillo. ¿Recuerdas aquellos 35 segundos que duró en una jugada en el duelo ante el Zalgiris en la primera jornada porque la defensa con él no funcionó? Pues la historia ha continuado prácticamente igual. En ambas competiciones. Aunque con más clamor en la Euroliga, donde se presuponía uno de los principales líderes del equipo culé.
Sin embargo, a día de hoy ha disputado sólo siete partidos de nueve, su media de minutos es de un cuarto de hora (15:24 para ser exactos) y no se encuentra ni siquiera en el top-8 de jugadores más usados por Peñarroya en la competición continental. Algo que dista mucho de lo que debería según su salario. De hecho, por delante de él se encuentran, precisamente, Chimezie Metu y, cómo no, Jan Vesely. Pero es que en la Liga Endesa... ni siquiera entra dentro del top-10: se queda undécimo, con una media de 14:12 minutos, habiendo disputado sólo 5 partidos, sólo por delante de Youssoupha Fall, Álex Abrines y el canterano Dame Sarr.
Y aunque la realidad es que Peñarroya argumente que la rotación de los interiores es algo que está haciendo de forma natural, el caso de Willy Hernangómez es diferente. Más que nada porque está bien marcada cuál es su carencia, sobre todo en Euroliga, y el técnico es capaz de dejarlo sin usar si así lo estima oportuno si no consigue dar al equipo lo que necesita a ambos lados de la cancha. Y lo lleva estando desde el inicio de la temporada cuando protagonizó aquellos famosos 35 segundos en la jornada 1 en Kaunas.