EUROLIGA | PARTIZAN - REAL MADRID

Luto, velas y un silencio sólo roto por el 'chof': el homenaje en el Stark Arena a las víctimas del tiroteo

Partizan cambia su equipación ante el Real Madrid por una negra al completo en la que se lee Vladislav Ribnikar, el nombre de la escuela del tiroteo. Los fans llenan de flores la entrada del pabellón.

Homenaje en el exterior del Stark Arena a las víctimas del tiroteo. /RELEVO/NOELIA GÓMEZ MIRA
Homenaje en el exterior del Stark Arena a las víctimas del tiroteo. RELEVO/NOELIA GÓMEZ MIRA
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Belgrado.- Silencio. Velas. Flores. Y un fundido a negro en el que sólo se ve un nombre: Vladislav Ribnikar. El ambiente en los alrededores del Stark Arena nada tiene que ver con el del martes. Y eso que a nivel de lo que hay en juego es lo mismo (o más) que entonces. Al menos, para el conjunto local. Belgrado no es la misma desde ayer y el Stark Arena tampoco. La previa del cuarto partido (segundo en Serbia) de los playoffs de la Euroliga entre Partizan y Real Madrid es sombría. Sólo han pasado 24 horas desde el tiroteo en el que un adolescente de 14 años mató a nueve personas -ocho menores y un guardia de seguridad- en la escuela Vladislav Ribnikar, y eso ha apagado lo que debía ser un ambiente festivo y deportivo.

No se habían cumplido las seis de la tarde cuando los primeros hinchas se acercaban al monumento del baloncesto que hay frente al Stark Arena y comenzaban a depositar velas y flores. Era la respuesta a una petición del club serbio para rendir homenaje a las víctimas de la tragedia de este miércoles. Y su afición no defraudó.

Dentro del Stark Arena, los botes y los choff del jugador de Partizan Danilo Andjusic, el primero en saltar al parqué a probar los aros, retumbaban en el pabellón. Ya había aficionados serbios dentro, pero no había música, ni nada que adornase el partido que luego daría comienzo. Como tampoco lo hubo en los alrededores. Una muestra de respeto del club ante lo ocurrido. Pero no la única.

Aficionados depositan velas y flores en los alrededores del Stark Arena. RELEVO/NOELIA GÓMEZ MIRA

Desde el calentamiento, los jugadores del Partizan ya vestían de un solemne negro. Al igual que la equipación de juego para este choque. El club solicitó a la Euroliga cambiar su ropa de juego por un conjunto totalmente negro, a modo de luto, en el que tan sólo en la camiseta luce en el pecho lo siguiente: Vladislav Ribnikar, el nombre de la escuela que albergó ese desgraciado tiroteo, el primero de la historia de este país. Mientras que el silencio también precede este choque, con ese minuto de respeto antes de arrancar el partido para mostrar el apoyo a los afectados por el tiroteo.

Y en las gradas, el ambiente también es diferente. Mucho más tranquilo, más pausado... Aunque seguro que después los cánticos regresarán para arropar a un Partizan que, si gana hoy, certificará su clasificación para la Final Four. Si no, se la jugará en un WiZink Center al que el Real Madrid de baloncesto está dispuesto a regresar.