Eli John Ndiaye da la razón al Real Madrid con su política en el mercado y Chus Mateo pide calma: "Es un peligro que se crea demasiado bueno tan pronto"
El ala-pívot, que también hizo las veces de '5' ante el Estrella Roja, está reivindicándose sobre el parqué jornada tras jornada.

Cuando tras los Juegos Olímpicos de París se supo que Gerschon Yabusele ponía rumbo a la NBA de la mano de los 76ers, prácticamente toda la afición lo tuvo claro: el Real Madrid necesitaba un fichaje para suplir la salida del francés. El juego interior se quedaba demasiado 'solo' después de que Vincent Poirier también hubiera cambiado la elástica blanca por la del Anadolu Efes. Y con el runrún sobre esa posible nueva incorporación sobrevolando Valdebebas, los blancos arrancaron la pretemporada e incluso la temporada. Sin fichaje y con muchas dudas, sobre todo cuando en las primeras jornadas las cosas no salían. Pero entonces, el que apareció ahí fue Eli John Ndiaye, que tras nueve partidos (cuatro de Liga Endesa y cinco de Euroliga) ha terminado por darle la razón a la política del Real Madrid de no haber traído de fuera lo que ya tiene dentro (así lo volvió a demostrar este jueves ante Estrella Roja)... aunque con cautela.
"Es muy importante el hecho de que haya podido jugar los minutos que ya juega de continuo, que sea un jugador más y que nadie ya se sorprenda, cuando hace dos días era un jugador de cantera y ahora esté dando el rendimiento que está dando", decía Chus Mateo sobre Ndiaye, tras la victoria 95-72 ante Estrella Roja en un partido en el que el técnico volvió a apostar por el joven ala-pívot como titular y este respondió, de forma excelsa, desde el inicio.
Ndiaye aportó intensidad, ganas, un gran despliegue físico y muchísima defensa al equipo blanco. Tanto que incluso Chus Mateo lo probó de '5' cuando tuvo que dar descanso a Edy Tavares y a Serege Ibaka, en busca de un recurso más ante la ya sabida situación que tiene en su plantilla: Usman Garuba sigue lesionado y, como ya contó Relevo, el club no tiene previsto fichar a nadie, de momento, salvo que haya una ganga en el mercado de algún jugador que, a ojos de la directiva, pudiera cambiar una dinámica o impulsar de forma estelar al equipo. Y eso vale tanto para el juego interior como para la dirección de juego, donde tampoco llegará, a priori, nadie y Facundo Campazzo sigue siendo el absoluto referente, sobre todo ahora que está más solo ante la lesión de Andrés Feliz (se espera que vuelva tras las Ventanas FIBA).
Con ello, a Chus Mateo no le queda otra que tirar con lo que tiene, jugadores que, en palabras del técnico, "son los mejores que se puede tener", pero a los que tiene que ir probando en busca de fórmulas que le den resultado. Y la de Ndiaye es la primera que parece encajar, tanto de '4', su posición natural, como de '5'. De hecho, así se vio durante el segundo cuarto ante Estrella Roja, en el que compartió pista con Gaby Deck, quedando el argentino de ala-pívot (algo ya más que habitual, como también ocurre con Mario Hezonja) y Ndiaye de pívot. Y, de nuevo, cumplió aportando una defensa agresiva e intensa. Algo que ya se ha convertido en una característica suya, que cada vez va a más y que, además, combina con cada vez mejor muñeca desde la línea de tres.
"Le veo como un jugador más del equipo. Por supuesto, con su juventud, sus errores y aciertos como cualquier otro. Creo que ha tenido la oportunidad de demostrar lo buen jugador que es. Nos aporta muchísima energía, nos da rebote, nos da defensa, pero es que está metiendo los tiros de tres puntos, está cogiendo rebotes en ataque, está finalizando francamente bien. Es un jugador que va a ser muy buen jugador, ya lo está demostrando", dijo de él Chus Mateo, que poco a poco va dándole cada vez más minutos tras el buen hacer que está firmando y los pasos al frente que está dando jornada tras jornada.
De hecho, este jueves el joven ala-pívot igualó su máximo de anotación en la competición continental con 12 puntos, firmando además un 3/4 en tiros de dos, 2/3 en triples, cazando 6 rebotes, robando un balón, poniendo un tapón y hasta dando una asistencia.
Si bien, si algo tiene claro el técnico blanco es que lo que no quiere ni él ni el Real Madrid es que Ndiaye se convierta en un 'juguete roto'. Un joven al que el verse jugando a un gran nivel le acabe jugando una mala pasada a nivel mental (ya se ha visto en otras ocasiones y hasta con diversos jugadores, por ejemplo, en la NBA). Y por eso, sabe que la dosificación y el trabajo más allá del parqué es también clave porque, si algo tiene claro el Real Madrid y el técnico, es que su proyección es excelsa.
"Yo ahora lo único que pido es que no se lo crea demasiado porque es un peligro, es muy joven y se puede creer que es demasiado bueno demasiado pronto. Entonces ahora mismo está haciendo las cosas muy bien y sus compañeros y su entrenador se van a encargar de que no se lo crea porque ahí vamos a estar para que siga creciendo. Y dentro de unos años, cuando yo esté en mi casa viendo el baloncesto desde la tele y le siga viendo jugar al nivel que va a alcanzar, yo estaré orgulloso de que sea capaz de jugar así", dijo el técnico blanco. Aunque, como ya se supo en las primeras jornadas, no es el único entrenador que lo valora de esta manera.
"Lo tengo en alta estima. Tenemos esperanzas en él", dijo el propio seleccionador nacional, Sergio Scariolo, durante la retransmisión de la final de la Supercopa en la que se estrenó como comentarista en Movistar Plus+. Y es que Ndiaye, que ahora tiene 20 años -cumple los 21 el próximo junio- al haber adquirido la nacionalidad española antes de los 16 años, puede ser parte de la Selección una vez cumpla los 21 sin ocupar plaza de nacionalizado. Es decir, podría compartir sin problema roster con Lorenzo Brown. Algo que, dado el nivel que cada vez más va adquiriendo esta temporada, también supone un motivo de alegría para el baloncesto español.