EUROLIGA

Jasikevicius, los brazos cruzados y la polémica expulsión a Kalinic del propio técnico

El entrenador obligó a su jugador a irse tras una discusión en mitad del tercer cuarto. Mal día para para un Barça que sucumbió ante el Efes (96-86).

Jasikevicius, en el partido ante el Efes./EFE
Jasikevicius, en el partido ante el Efes. EFE
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

"No hemos hecho un buen partido". Así de tajante y certero se mostró Saras Jasikevicius, técnico del Barça, tras la derrota ante el Anadolu Efes en Turquía (96-86). Los culés cayeron solo por diez puntos, pero el resultado, dadas las circunstancias, fue lo de menos y la gestualidad del técnico azulgrana durante el partido lo dijo -o más bien, no dijo- todo. Si a eso se le suma la expulsión, no por faltas, sino por orden del propio Jasikevicius, de Kalinic... Todo dicho. Y ni Laprovittola pudo hacer nada por remediar a un Barça falto de prácticamente todo.

Saras Jasikevicius es uno de esos entrenadores peculiares. Hay quienes hablan de que tiene mucha personalidad. Otros, en cambio, lo tildan de tener demasiado ego. Y lo cierto es que en el partido de este jueves ante Anadolu Efes ha demostrado que es particular. Y, bueno, también que el que manda es él. Vayamos por partes.

El Barça no tuvo el día y el Efes, que no había empezado la Euroliga con muy bien pie, pese a ser favorito al título, estuvo brillante. Tanto que la ausencia de Larkin quedó eclipsada por el buen hacer de Micic... y Clyburn. Tremendo partido del alero estadounidense que hizo un roto tras otro a la defensa azulgrana. Aunque, claro está, si el rival no muestra la intensidad y el acierto que se precisa... El Efes se lo come. Así fue.

"Podemos jugar más agresivos ante los campeones", comentó Jasikevicius tras el partido. Pero lo cierto es que, aunque esperaba esa reacción por parte de los suyos, el Barça nunca subió de marcha. ¿Y qué hizo Jasikevicius? No gritar, no protestar, no alterarse y cruzarse de brazos. Pero no en el sentido de no hacer nada, sino en el literal. Que los brazos los tenía cruzados, el semblante serio y no decía ni mu ante las posibles jugadas injustas contra los suyos. Esa era la forma de Jasikevicius de hacer saber a los suyos que la intensidad no era buena... Pero no funcionó. Y, para colmo de males, la imagen del partido estuvo fuera de la pista. Concretamente en el banquillo azulgrana.

La polémica entre Jasikevicius y Kalinic

"Lo de Kalinic lo vamos a manejar de manera interna", aseguró Jasikevicius tras el partido. Pero lo cierto es que, por mucho que no quiera hablar del tema, la polémica entre el técnico lituano y el alero serbio se llevó todo el protagonismo.

Mitad del tercer cuarto. Kalinic y Jasikevicius discuten en el banquillo. El técnico, mandamás en el banquillo, ordena al jugador que se vaya. El alero serbio lo hace, pero lo intercepta Cory Higgins, jugador que, por cierto, junto a Laprovittola y Sanli, fue de los que más mostró en el Barça. Total, que Higgins le dice que no se vaya cuando ya iba encaminado al túnel de vestuario y le hace caso.

Ambos se sientan en el banquillo. Pasan un par de minutos, Jasikevicius se gira hacia el banquillo, ve que Kalinic se ha vuelto a sentar y le vuelve a decir que se vaya. El jugador obedece y se va por el túnel a vestuarios. El Barça estaba nueve abajo en el marcador y Kalinic había firmado 10 puntos, cuatro rebotes y un 11 de valoración en los 19 minutos y 16 segundos que había estado en pista. ¿Qué pasó entre el serbio y el técnico? Una incógnita sin despejar y a la que el propio Jasikevicius no quiso entrar.

Le crecen los problemas al técnico lituano, que no supo inyectar la agresividad necesaria en un Barça a medio gas en el que predominaron los fallos individuales -y ahí la culpa no es del entrenador- y que dejó la imagen polémica del partido con su propio jugador. A ver cuál es la consecuencia.