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El nuevo base de Baskonia que iba para rico heredero de un imperio de cosmética

Max Heidegger ya ha debutado bajo las órdenes de Joan Peñarroya. Jugó poco menos de nueve minutos en Milán.

Max Heidegger, durante su debut con Baskonia ante el Armani Milán. /GETTY IMAGES
Max Heidegger, durante su debut con Baskonia ante el Armani Milán. GETTY IMAGES
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Cuando uno llega nuevo a un sitio necesita de tiempo para acoplarse. Más aún si se trata de un equipo ya hecho, con un juego muy personal y asentado, y vienes a sustituir a uno de los, hasta ahora, jugadores insignia. Por eso sacar conclusiones del debut de Max Heidegger con Baskonia ante Milán sería precipitarse. Aunque quizá sí que puedan pulsarse sensaciones sobre la nueva pieza del conjunto de Joan Peñarroya, un jugador con buen manejo de balón en el que el deporte de élite y la visión (aunque sea empresarial) le vienen de cuna. ¿El motivo? Su padre fue uno de los mejores esquiadores del mundo y su madre, heredera de la famosa empresa de cosmética Kiehl's.

La llegada a Vitoria y su debut

Cuando se conoció que Baskonia necesitaba un base, ante la suspensión indefinida impuesta a Pierriá Henry por las irregularidades en un control antidoping por sustancias prohibidas, hubo varios nombres que sobrevolaron la órbita de club. Sin embargo, fue el de Max Heidegger el que finalmente terminó aterrizando en Vitoria, justo el día en que su nueva casa, el Buesa Arena, ovacionaba al jugador a quien viene a sustituir. Nada más que con eso, el peso de la camiseta ya viene a ser mayor.

El sábado tuvo la primera toma de contacto con sus compañeros cuando se hizo oficial su fichaje y el domingo se quedó fuera de la lista de 12 jugadores para medirse, en Liga Endesa, al UCAM Murcia. El lunes cuando completó el primer entrenamiento con el equipo de cara a un partido en el que se esperaba su debut: el choque de Euroliga ante el Armani Milán. Así fue.

Peñarroya lo hizo de la partida en un encuentro en el que se medían ante el colista. Sin embargo, su primera puesta en escena quedó deslucida por la derrota (89-83) y tampoco puede hacerse un análisis en profundidad de lo que dejó sobre el parqué. Jugó algo menos de nueve minutos, pero se le vio predisposición, buen manejo del balón y visión para generar tiros (aunque no tuviese fortuna de cara a aro)… y jugadas, ya que repartió dos asistencias. Cualidades que, precisamente, le preceden. Y es que en su anterior equipo, el Merkezefendi, promediaba 19,5 puntos y 6,3 asistencias por partido. Si a ello se le suma la constancia que ha mostrado en sus equipos anteriores… Baskonia tendrá un base muy 'plural' y con una visión de 'quilates', al igual que lo son los orígenes de este.

Una historia plural, el esquí y un imperio

Lo cierto es que Heidegger, nacido en Los Ángeles (EE.UU.) en 1997 tiene tres nacionalidades y una herencia deportiva, aunque no sea del mundo de la canasta. Su padre, Klaus Heidegger, de origen austriaco y del que tomó esta nacionalidad fue uno de los mejores esquiadores del mundo durante los años 70. Así lo demuestra su palmarés. En él lucen cinco victorias y 14 podios en la Copa del Mundo de esquí y destaca un subcampeonato global en 1977, en el que solo fue superado por la leyenda (y récord) de este deporte Ingemar Stenmark. De ahí le viene la vena competitiva y la constancia que requiere ser deportista de élite.

Por otro lado, su madre Jami Morse, de origen israelí y de la que también tomó la nacionalidad, era la tercera generación de una familia dedicada al mundo de la cosmética, gracias a la conocida y valorada marca Kiehl's. En el año 2000 decidió vender la empresa a L'Oreal por un valor que osciló entre los 100 y 150 millones de dólares, mientras que, años más tarde, ya alejada de esta popular marca, creó otra: la línea Retrouvé. Precisamente, esa visión y gestión de recursos bien por parte de sus padres, bien podría ser la herencia que este estudiante de Economía refleja en su ámbito (eso sí): sobre la cancha, como generador de juego.

Además, gracias al pasaporte israelí se le abrieron las puertas del Maccabi Tel Aviv en el año 2020, con el que firmó por tres años, y que lo cedió al Bnei Herzliya israelí, con el que promedió más de 18 puntos por partido en el temporada 2020-21. La temporada siguiente fue cedido al Ewe Oldenburg con el que destacó en la Basketball Champions League y desde inicio de esta temporada militaba, también cedido, en el Merkezefendi.