El bar de la esquina, un gesto de Florentino y un grito al cielo ponen la primera piedra en el 'imposible' que busca el Real Madrid: "Remontada"

Cuando sonó el bocinazo final, si uno miraba al banquillo del Real Madrid, lo que veía era a Chus Mateo emitir ese grito al cielo al celebrar con rabia, como quizá nunca había hecho, la victoria (80-72) que mantenía con vida (y hacía soñar) a su equipo. "La celebración ha sido porque estaba absolutamente agradecido por la química que se genera con la afición y los jugadores. No me iba a quitar la camiseta porque si no igual se vienen abajo, pero quería agradecer el esfuerzo que han hecho y quiero que sigan el próximo día haciendo esto", reconocía entre risas en rueda de prensa el técnico blanco.

Lo que había conseguido su Real Madrid, casi cuando ya había quienes le daban por muerto (por ese 4-0 que llevaba en contra esta temporada ante el equipo griego) lo justificaba. Como también ese "remontada" que gritó Dzanan Musa al pasar hacia vestuarios por la zona donde la prensa aguardaba a que Florentino Pérez saliera de saludar a la plantilla para poder hablar con los jugadores.

El Real Madrid había hecho el partido más serio de la temporada. "Creo que es difícil abrir así, pero hemos encontrado desde el primer momento hoy más recursos seguramente que otros días. Hemos sido capaces de hacer un buen trabajo defensivo, sobre todo al inicio del partido. No hemos estado bien en el segundo cuarto, claramente, pero hemos decidido ponernos a defender como equipo y creo que ha sido extraordinario ver al equipo luchando, peleando, tratando de evitar que nos metieran canastas fáciles y no dando un balón por perdido", reconocía Chus Mateo.

La realidad es que, pese a ese pequeño apagón que sufrió el equipo, lo que sí que lograron sus jugadores es mantener la paciencia. Esa misma que horas antes del partido, tras el entrenamiento de la mañana en el Movistar Arena, ya se vio cuando Facu Campazzo, Alberto Abalde y Gaby Deck, eran pillados mientras compartían tranquilamente un agua con gas en un bar... llamado Victoria. Quizá ahí empezó la crónica de un triunfo anunciado y no de la muerte que más de uno presagiaba. Y es que si algo ha demostrado el Real Madrid es que es más peligroso cuando "nos dan por muertos y cuando no tenemos 'nada' que perder", como reconoció Edy Tavares, que admitió que la confianza interna en el vestuario es plena.

"Somos el único equipo que ha hecho eso [remontar un 2-0] y ojalá lo pudiéramos hacer de nuevo. Musa es muy optimista en todo lo que hacemos, pero hay que jugar, ir paso a paso y mantener los pies en el suelo. La clave ha sido que no nos damos por vencidos, jugamos como si fuera el último. Jugamos hasta el final", mantuvo el pívot caboverdiano, que reconoció que para ganar el jueves, tienen que "hacer el mismo partido o mejor".

"Estamos con mucha cabeza, sabemos cómo va esto, qué hay que hacer. Hay que salir con aún más lucha, aún más corazón y aún más cabeza", decía por su parte Mario Hezonja, en la misma línea de su compañero. Porque, como reconocía el croata, aunque "sí" que se habla de remontada en el vestuario, "hay que ir poco a poco porque hemos estado 0-2 ahora 1-2 y hay que jugar el jueves. No hemos ganado nada, solo un partido".

"Para ganar el próximo día hay que hacer el partido perfecto, estar bien adelante y atrás. Pero sobre todo no bajar en ningún momento los brazos. El baloncesto es un juego de errores y hay que sorprenderse a ellos. Cuando estábamos bien en el partido ha habido un momento al final del segundo cuarto en el que han abierto un parcial grande de 2-13 y esas situaciones no pueden hacerte daño y hay que cortarlas lo antes posibles. Cada partido hay que jugarlo de una forma independiente, pero hay que aprender de los errores que cometes. Estamos defendiendo bien, hay que seguir defendiendo bien y, ofensivamente, no es fácil encontrar las vueltas al Olympiacos, pero es más fácil si estás bien atrás", dijo el técnico.

Aunque, más allá de eso, otra de las claves del partido estuvo, precisamente, en la segunda unidad. Esa que cuando salió también logró mantener la solidez, la concentración y la paciencia para acabar, como dijo Chus Mateo, siendo "el equipo que ha dicho: vamos a ganar el partido". Y una cosa queda clara: aunque, como dijo Edy Tavares, "es difícil porque estás delante de un equipo que no está delante por accidente. Es un equipo que te hace pagar todo lo que haces mal y hay que hacerlo mejor", lo que está claro es que el Real Madrid todavía puede decir mucho en esta eliminatoria.