Las cifras que han enterrado el sueño de Euroliga del Dreamland Gran Canaria
El club tenía que aumentar su presupuesto hasta los 7,5 millones de euros para hacer frente la aventura en la máxima competición continental.

Al Gran Canaria, que cuenta con Dreamland como patrocinador principal, el sueño de la Euroliga les ha durado poco. Lo que ha tardado su presidente Sitapha Savané en asumir la difícil tarea de comunicar a la afición que la aventura del conjunto insular en la máxima competición no era económicamente viable.
El conjunto amarillo ha buscado dinero hasta debajo de las piedras y ha apurado hasta el último momento para tomar una decisión que parecía previsible cuando el equipo ganó la Eurocup. La aparición de Dreamland abría un hueco a la esperanza pero no se ha conseguido la inyección financiera necesaria para volver a la Euroliga cuatro años después.
El conjunto dirigido por Sitapha Savané necesitaba aumentar su presupuesto casi un 50% para llegar hasta los 7,5 millones de euros para afrontar con garantías suficientes la inclusión en la Euroliga. De ese montante, 4 millones en total sería la inyección necesaria para participar en la competición continental, 2 de los cuales serían exclusivamente destinada a los viajes a diferentes ciudades europeas.
"El presupuesto de viajes del Valencia pasó de 500.000 euros a 1,5 millones en Euroliga. En nuestro caso la subida sería más de un millón de euros"
"Además hay ventanas de doble jornada de Euroliga con tres partidos en cinco días que no dejarían otra opción que viajar en chárter. El presupuesto de viajes del Valencia pasó de 500.000 euros en Eurocup a 1,5 millones de euros en Euroliga. En nuestro caso la subida sería más de un millón de euros. Nuestra previsión era de 2 millones", apuntaba Savané en la rueda de prensa en la que anunció que el equipo no iría a la Euroliga.
El gasto que supone al club amarillo su participación en la Euroliga se queda muy lejos de los ingresos. Su victoria en la Eurocup y el billete a la 'división' superior apenas le reporta al club entre 350.000 y 500.000 euros por los cuatro millones de gastos para poder armar un equipo competitivo.
Una de las razones que ha llevado al actual presidente de la entidad, que depende del Cabildo, es el precio de los abonos, que tendría que haber subido hasta un 70% para cuadrar las cuentas ante la falta de empuje económico por parte de nuevos patrocinadores o del gobierno insular.
Otro de los motivos que esgrime el equipo claretiano para no hacer efectiva su plaza en la Euroliga es la experiencia. Lo ocurrido en 2019, cuando disputaron por primera vez la Euroliga y terminaron decimocuartos en la Liga Endesa coqueteando durante jornadas con el descenso. Lo ocurrido hace 4 años y la necesidad de reforzar la plantilla "con cuatro jugadores de garantías" ha sido otro peso que ha decantado la balanza en contra de cumplir el sueño de una afición que no termina de entender todo lo que ha pasado.