EUROLIGA | REAL MADRID 86 - OLYMPIACOS 96

Apagón del Real Madrid ante un intratable Olympiacos liderado por Evan Fournier

Los blancos cortan su buena racha tras bloquearse ante el juego griego.

Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Se acabó la buena racha del Real Madrid. Los de Chus Mateo cayeron derrotados, tras ocho victorias seguidas, en un partido en el que el Olympiacos, liderado por Evan Fournier, pronto se hizo dueño y señor del juego, mientras que los blancos acusaron demasiado los malos porcentajes en el tiro exterior y la falta de ideas en ataque. Y es que aunque el equipo madrileño estuvo haciendo la goma y tuvo un arreón final que le hizo creer, nada pudo hacer ante el acierto de su rival. 86-96 para el Olympiacos, que se consolida en lo más alto de la tabla de la Euroliga.

El Real Madrid fue el que golpeó primero con un 2+1 de Edy Tavares tras ganar el salto inicial. Aunque la realidad es que el Olympiacos no tardó en contentar con un triple de Evan Fournier. Aun así, los blancos estaban bien plantados y con solidez ante un equipo griego con ciertas imprecisiones y con falta de dureza defensiva que estaban aprovechando los de Chus Mateo y que obligó a Giorgios Bartzokas a parar el juego cuando los blancos pusieron el 9-3 en el marcador. Y aunque fue Fournier el que logró romper la sequía desde el tiro libre, fue un triple de Sasha Vezenkov el que enchufó a los suyos. Porque tras él llegó otro de Papanikolaou y un 2+1 de Fournier que puso por primera vez a los griegos por delante en el marcador (12-14).

El Olympiacos había empezado a encontrarse, moviendo bien el balón y haciendo daño a los blancos con un parcial de 6-0 que obligó a Chus Mateo a parar el partido. Y aunque los griegos seguían en su línea, los blancos lograron ajustar piezas y subir un punto la agresividad.

Algo que se vio reflejado con ese tapón de Mario Hezonja a Papanikolaou que acabó en un contraataque blanco con Musa anotando de tres. Los de Chus Mateo estaban en su mejor momento, pero el tiempo no dio para más y el cuarto acabó cerrándose con 19-22 en el marcador.

La salida de McKissic (por primera vez en el partido) y el buen hacer de Milutinov hicieron daño a los blancos, pero Hezonja siguió manteniendo ahí a los suyos (23-28). Una canasta de Andrés Feliz y una falta sobre Hugo González que lo mandó a la línea del tiro libre mostraron lo que parecía una reacción del Real Madrid (27-33). Los de Chus Mateo habían dado un paso al frente en defensa y en ataque y Mario Hezonja logró bajar la distancia a sólo cuatro puntos, pero McKissic volvió a hacer de las suyas y, con un triple, volvió a poner el +7 en el marcador.

El Real Madrid seguía estirando el chicle, pero Venzenkov se encargó de aumentar la ventaja y acabar poniendo el +10 (la máxima del partido hasta entonces), que finalmente Musa logró dejar en 9 antes de que los dos equipos se fueran a vestuarios (38-47).

Los de Chus Mateo necesitaban dar un paso más en defensa y centrarse más en tratar de hacer su juego que en el que estaba haciendo el Olympiacos. Pero no terminaba de llegar. Las ideas en ataque, salvo alguna individualidad, no terminaban de aparecer y en defensa, no lograba evitar que los griegos movieran con facilidad el balón por el exterior. Algo que hizo que pusieran ese +13 que obligó a Chus Mateo a parar el duelo (44-57). Musa logró bajar la distancia a 11 tras varias imprecisiones en ambas canastas, pero de nuevo los griegos volvieron a crecerse. Primero, desde el tiro libre y después con un mate de Vezenkov que puso el 46-61 en el marcador. Y ahí el que apareció fue el bosnio.

Musa empezó a leer mejor que nadie el juego griego y tras una canasta, logró armar una buena contra que acabó con Hugo González en la línea del tiro libre, anotando dos de las tres oportunidades que tuvo. El Real Madrid empezaba a plantar otra cara al partido, pero el Olympiacos seguía haciendo bastante daño desde el exterior para echar por tierra cualquier intento de reacción blanca. Tanto que Chus Mateo se vio obligado a parar el duelo cuando los de Bartzokas enchufaron tres triples consecutivos (dos obra de Fournier) para poner el +16 (54-70)... aunque no sirvió de mucho. Porque el francés se encargó de poner el acento al cuarto con otro tiro exterior que hizo a los blancos irse 19 abajo a los últimos 10 minutos (54-73).

El apagón blanco desde la línea de tres (2/14 en triples) estaba siendo una losa demasiado grande, sobre todo cuando no lograban crear tampoco de otra forma en ataque y cuando se veía la estadística de su rival: 14 de 26. Por eso, que pronto los griegos superaran la barrera de los 20 puntos no fue de extrañar. Fue Sergio Llull a 7:30 del final el que logró romper la sangría desde la línea de tres y tras él, Hezonja el que logró recortar distancias. Pero si algo tenía claro Bartzokas es que no iba a permitir cualquier conato de reacción blanca y así se vio cuando con el 61-78 en el marcador paró el partido. Y Fournier, otra vez desde el triple, hizo que la jugada le saliese a la perfección.

Sergio Llull trató de tirar de los suyos con intensidad y puntos, pero los blancos parecían bajar los brazos cada vez que los griegos buscaban el triple... y estos no fallaban. Si bien, fue un triple del de Mahón el que logró activar a los de Chus Mateo, ya que firmaron 7 puntos consecutivos (con una canasta de Rathan-Mayes y un robo más canasta de Garuba) que volvieron a meter al equipo blanco en el partido cuando quedaban 2:39 para el final (75-86). Y tras el tiempo muerto de Bartzokas, Rathan-Mayes enchufó un triple que logró bajar la diferencia de los diez puntos (78-86).

Los blancos habían vuelto por completo al partido. El Movistar Arena estaba totalmente metido en el partido y el equipo lo estaba notando. Pero el tiempo jugaba en contra. Y aunque Hugo González con dos triples consecutivos mantuvo a los blancos en la pelea, un 2+1 de McKissic sentenció el duelo a diez segundos del final, que acabó con Chus Mateo expulsado tras recibir la doble técnica, pero ovacionado por la grada. El arbitraje resultó discutible y el público mostró su enorme enfado con los colegiados. Se acabó la buena racha blanca en un partido en el que al Real Madrid le faltó solidez e ideas ante un imponente Olympiacos liderado por Fournier.