Drazen Petrovic, el genio que cambió el baloncesto: "Te escupía en la cara y cantaba 'Hala Madrid' cuando metía una canasta"
El genio de Sibenik nació el 22 de octubre de 1964. Su carácter marcó su memoria tanto como su baloncesto.
El baloncesto en los Balcanes siempre tuvo un vivero infinito de jugadores y estrellas que, gracias a su carácter y a su calidad, cimentaron una escuela y una forma de entender la vida y el deporte que trascendía a la cancha. El baloncesto era más que un mero deporte para ellos. Pero pocos encarnaban esta máxima como Drazen Petrovic. El genio que nació en Sibenik hace hoy 60 años y que transformó un baloncesto que dejó huérfano demasiado pronto, tras disputar un Croacia-Eslovenia un 6 de junio de 1993.
Un día más tarde de aquel partido, el 7 de junio de 1993, Drazen perdía la vida en un accidente en una autopista alemana. El coche en el que viajaba chocó frontalmente contra un camión y el genio de Sibenik fallecía en el acto. Apenas tenía 28 años, pero ya había dominado con puño de hierro y comenzaba a hacerse un nombre como estrella en la NBA.
Tras el choque ante Eslovenia, Petrovic decidió viajar en coche hasta Múnich, donde se disputaba el Eurobasket ese verano. Sus compañeros lo hacían en avión, pero él quería desconectar. Se montó en el automóvil con su pareja y con una amiga y tras hacer una parada para hacer un descanso, cedió el volante a Klara Szalantzy. Él pasó al asiento del copiloto. Se durmió y ya no despertó tras un accidente que cercenó una de las carreras más fulgurantes del baloncesto europeo.
Petrovic se convirtió en uno de los mejores jugadores del Viejo Continente. De hecho, sólo Sabonis le discutía el trono. Anotador compulsivo, se convirtió en figura gracias a una estricta disciplina de entrenamiento: meter 100 triples tras trabajar con el equipo, lanzar con un chaleco antibalas durante el servicio militar en su país, tirar 500 tiros antes de ir al colegio, huir del tabaco y el alcohol…
Todo ese trabajo dibujó a uno de los competidores más feroces que se recuerdan. Un tipo capaz de ganarle él solo una Copa de Europa al Real Madrid o de anotar 62 puntos en una final de Recopa ante el Snaidero. Un jugador ante el que el mismo Michael Jordan acabó rendido por su talento y un tirador que marcó la senda de todo lo que vino después. Y nada de eso era fruto de la casualidad.
"Muchos entrenamientos me pedía que me quedara con él para quedarnos tirando tras la sesión. Entrenaba mucho el tiro. Nos ayudábamos el uno a otro. Era un poco obseso del baloncesto. Dedicaba mucho tiempo. Sólo le interesaba el baloncesto", recordaba José Biriukov en un reportaje con Relevo en 2023. El escolta compartió vestuario con el croata en su temporada en el Real Madrid y también fue su compañero de habitación en los desplazamientos del equipo.
3⃣0⃣ años sin 𝙚𝙡 𝙜𝙚𝙣𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙎𝙞𝙗𝙚𝙣𝙞𝙠, DRAZEN PETROVIC.#LigaEndesa pic.twitter.com/SvEqRNVRwH
— Liga Endesa (@ACBCOM) June 7, 2023
Drazen en cancha y Petrovic fuera de ella. Dos personajes en una misma persona. "Era una persona muy tranquila. Le gustaba leer mucho los periódicos yugoslavos que le traían. Le gustaba saber mucho saber qué pasaba en su país", recuerda el exinternacional español sobre un jugador que era fuego en el parquet. Todo lo contrario lejos de la madera. "Era muy introvertido. De hecho, no hemos tenido una gran amistad. Sólo éramos compañeros. No hemos salido juntos, no hemos cenado juntos… Él era una persona bastante introvertida".
Petrovic se transformaba cuando el árbitro echaba el balón al aire. Ahí se convertía en un 'killer' y en un "chico malo", como recuerda Corbalán en conversación con Relevo. "Yo viví la parte de ser rival. Drazen tenía una parte que es persona y otra que es personaje. Drazen no podía ser tan malo en la vida como lo era en la cancha. En el campo era un niño malo, que quería perjudicarte, influir en el árbitro y que intentaba sacar ventaja de todo lo que le permitía el reglamento".
"Una vez terminaba el partido nunca hablé con él en persona. Tampoco tenía muchas ganas. Y no porque te ganara o no. Hay jugadores que son tan poco ejemplares, en ese sentido, y Drazen en la etapa que nos tocó vivir a nosotros era poco ejemplar. No era gente que te dieran ganas de darle un abrazo tras acabar el partido. Pero fuera del campo me lo encontré cuando salí del Madrid, tirando en la Ciudad Deportiva, y era muy amable", rememora el exbase de Real Madrid y Forum Valladolid.
30 years without Drazen Petrovic 😢 🖤 pic.twitter.com/NIJ0JGcW6o
— FIBA (@FIBA) June 7, 2023
Corbalán y, sobre todo, Biriukov vivieron las dos caras de Drazen. El escolta también recuerda al croata como rival: "¿Era tan cabrón como parecía? Sí. Hablaba mucho durante los partidos, te cantaba mucho 'Hala Madrid' cuando ganaba o cuando metía una canasta, te escupía en la cara. Era el típico yugoslavo. Su ídolo era Kikanovic, que era muy cabrón".
En lo que también coinciden ambas leyendas del Madrid es en la obsesión por el trabajo y en la calidad de un jugador único. "Era muy bueno. Era un individuo de esos que marcan etapas. Tenía un tiro excepcional y una movilidad magnifica", asegura Corbalán. "Cuando dije que era limitado (en una entrevista hace años) me refería a que era un gran anotador. Metía fácilmente 20 puntos, pero más allá no era un gran pasador o un gran defensor. A ese sólo le gustaba meter canastas. En ese sentido me refería a su limitación", cuenta Biriukov sobre un jugador eterno que convivía con la gloria en la cancha hasta que un desafortunado camión se cruzó en su camino.