Una aplicación española revoluciona el basket amateur tras encandilar a Amaya Valdemoro o el Chacho: "Permite una experiencia similar a la del deporte profesional"
Swish se ha convertido en la app referente para seguir las estadísticas de los partidos en categorías de formación. La iniciativa ya está en 75 países.
Un viaje en avión, una coincidencia en asientos contiguos, una pasión en común, el descaro para mantener una conversación con un exjugador de la NBA y la conclusión de que para seguir impulsando el baloncesto todavía faltaba algo, más allá de las técnicas en formación o las oportunidades: faltaban datos digitalizados. Así fue cómo surgió la idea de Swish, la aplicación española para consultar las estadísticas del baloncesto amateur, que ya está en más de 70 países y que no para de crecer alrededor del mundo con un objetivo: "Que los aficionados al baloncesto amateur puedan seguir los resultados y las clasificaciones en tiempo real". Así lo explica en una videollamada con Relevo, Javier Bosch, CEO de esta iniciativa que surgió tras coincidir con el mítico Johnny Rogers en el año 2014, cuando ambos viajaban de vuelta a Madrid tras ver la Final Four de Milán.
"Coincidí justo en el asiento de al lado y le estaba preguntando que a qué se dedicaba. Me dijo que era scout de la NBA y entonces le pregunté: oye, pero estaréis buscando cada vez el talento más abajo, ¿no? Porque ahí la competencia es saber quién es el primero en descubrir al talento. Entonces me comentó cómo lo hacía y me di cuenta de que había un montón de información que no estaba digitalizada. Si tú querías buscar ese talento, ese Doncic de 13 o 14 años, por ejemplo, no había un lugar donde buscar información. Y ahí nos dimos cuenta de que el acta digital de los partidos amateur no existía. Se seguía haciendo en papel. Y dijimos: si hacemos un acta digital y damos con la tecla y se empiezan a registrar esos datos, algún día existirá una base de datos que cuando se mire hacia atrás y busques lo que hizo, por ejemplo, Doncic desde que empezó, se pueda consultar. Así que se que nos ocurrió un boceto del proyecto y como de ese viaje en avión me había quedado con la tarjeta de Johnny Rogers, dijimos: si lo llamamos y este se apunta… lo montamos", reconoce Bosch.
De eso ya ha pasado una década. Diez años a lo largo de los cuales se fueron sumando otros socios como Ana Montañana, Sergio Rodríguez 'El Chacho', José Manuel Calderón, Amaya Valdemoro, Pablo Aguilar o Víctor Claver, entre otros, y en los que Swish se ha convertido en referente, ya no sólo en España, que es donde empezó, sino que ya se usa en 75 países en todo el mundo. "Hicimos un software, fuimos capaces de probar esa primera versión con unos torneos que se hacían de Juniors de la NBA en España, que hacía la Federación Española de Baloncesto. La experiencia fue muy chula y al poco empezamos con la Federación de Madrid, donde ya todos los partidos están digitalizados, y a partir de ahí se ha ido haciendo como una mancha de aceite. En España estamos en la mayoría de comunidades autónomas; en Italia llevamos todo el baloncesto amateur italiano, también el alemán, el suizo, el checo, el polaco, el irlandés… Estamos en 75 países y ya se ha convertido como en un estándar", explica.
Y es que aunque, como reconoce, "no han inventado la rueda, porque esto ya se hacía en el baloncesto profesional", lo que han conseguido es "una manera sostenible de hacerlo en aquellos lugares donde no se hacía antes": "Lo que hacemos es ayudar a la federación a digitalizar sus procesos, les pasamos el acta a digital y, a cambio, expones los datos en Swish, que es donde nosotros somos capaces de monetizar porque a las federaciones no les cobramos nada. De hecho, nosotros pagamos a las federaciones para fomentar que la gente sepa que existe Swish".
"Ahora, gracias a eso, son 11.000 partidos los que estamos haciendo cada fin de semana digitalizados y quien quiere, todo es libre, lo paga; quien no quiere no lo paga. Siempre hay un contenido gratuito y, luego, quien quiere ver las clasificaciones o quiere ver las comparativas de un jugador contra otro, esa base de datos que hemos construido entre todos estos años y todos estos partidos o para ver en vivo quién ha metido una canasta, desde dónde… pues paga por ello una mensualidad", reconoce Bosh.
Pero… ¿hasta qué punto es positivo esto de las estadísticas en el baloncesto de formación? Porque dado que son niños y niñas que están en pleno aprendizaje, esto podría convertirse en un arma de doble filo. Si bien, esto fue precisamente algo que el primero en tenerlo en cuenta fue el propio Johnny Rogers. "Lo primero que me dijo Johnny fue: 'ostras, estadísticas en el baloncesto de formación…' y se quedó pensando. Y la realidad es que estas son una herramienta. Entonces, toda esa herramienta la puedes utilizar bien o la puedes utilizar mal. Hay una cosa que siempre se ha hecho: todo el mundo sabía cuántos puntos metía y se establecía que habías jugado bien o mal en función de los puntos que habías metido, porque además de cabeza sabíamos todos cuántos puntos había metido cada uno. Pero el baloncesto es muchísimo más que meter puntos. Entonces, nosotros siempre hemos pensado que la estadística es una herramienta para enseñar a jugar bien al baloncesto y quitar esa página superficial del que más puntos mete es el que mejor ha jugado. Cuantas más métricas seas capaz de demostrar y de poner en valor, vas a poder sacar mejor al que ha jugado mejor al baloncesto, no al que ha metido más puntos", explica.
Y en esto, precisamente, de intentar ayudar a que se haga un buen uso de las estadísticas, una de las medidas que tomaron fue la de bloquear la opción de compartir pantalla o hacer capturas. "Siempre hemos tenido en cuenta que no es sencillo de manejar, por eso hemos ido realizando según qué acciones, como por ejemplo, el compartir pantalla. Una de las cosas por lo que eliminamos la funcionalidad de compartir pantalla es para que se haga un uso correcto de las estadísticas. Nosotros pensamos que lo que pasa en la cancha se tiene que quedar en la cancha. Pues lo que pasa en Swish, que se quede en Swish. Entonces, ¿que has jugado y has metido 25 puntos? Fantástico. Eso lo cuentas a tus colegas y ya está. No hace falta que lo metas en las redes sociales y que andes por ahí divulgando, porque nos parece que es una manera no natural del juego. Y lo mismo positivo que negativo".
"Es decir, imagínate que tu colega ha hecho un desastre de partido y de repente coge otro, lo cuelga y es un resultado negativo muy grande. Entonces, siendo conscientes de que estás poniendo una herramienta encima de la mesa y no siendo nosotros los responsables directos de cómo se utiliza, sí que tenemos que trabajar y ser conscientes de que tenemos que ayudar a educar". Y para ello van a organizar también sesiones y webinars, ya que entienden que "un mal uso de las estadísticas te confunde, pero uno bueno te ayuda". De este modo, Swish se ha convertido en España en una de las herramientas referentes dentro del baloncesto, con el fin de educar a la par que globalizar el deporte de las manos entre mayores y pequeños.