Cuál es el origen de la San Silvestre Vallecana
Nació por iniciativa de un amante del atletismo gallego, tuvo una primera edición con 57 participantes y creció hasta convertirse en la gran fiesta popular que es hoy.
La San Silvestre Vallecana es desde hace años una de las carreras más icónicas de España, una tradición que cada 31 de diciembre reúne a miles de corredores de todo el mundo en Madrid, para despedir el año siendo parte de una competición divertida muy particular.
Es un buen ejemplo de cómo el deporte puede convertirse en un fenómeno social y cultural. Desde su modesto inicio en los años 60 hasta su presente, ya transformada en una de las carreras callejeras más emblemáticas del mundo, ha crecido muchísimo y se ha transformado en una fiesta popular de la capital de España.
El impulsor principal de esta carrera fue Antonio Sabugueiro, un apasionado del atletismo nacido en la Rúa dos Fornos. Sabugueiro, fundador y organizador de la San Silvestre Vallecana Internacional y Popular y presidente de la Agrupación Deportiva San Silvestre Vallecana, organizó primero algunas carreras en la Casa de Campo de Madrid y después les propuso a dos amigos, Carlos Roa y Manolo Fernández, hacer una competición en asfalto.
Sabugueiro se había mudado de su Galicia a Madrid, más precisamente a Vallecas, y era un habitual de cafetería Bella Luz de ese popular barrio. Allí gestó con sus amigos una carrera que tuvo como modelo principal otra que se corría en la ciudad brasileña de San Pablo el día de Nochevieja.
En su primera edición, la carrera creada por Sabugueiro se llamó Gran Premio de Vallecas y tuvo medio centenar de participantes recorrieron una distancia de 2.700 metros. Imposible imaginar en aquel momento que evolucionaría tanto como para transformarse en una prueba de 10 kilómetros con 40.000 dorsales por temporada, como ocurre en la actualidad.
En la segunda edición de la carrera el célebre periodista deportivo José Luis Gilabert escribió en Marca: "Vallecas ya tiene su San Silvestre". A partir de allí la carrera empezó a ser conocida como "San Silvestre Vallecana". Fue hasta 1981 una competición exclusivamente masculina, aunque en algunas ediciones se había convocado a mujeres del mundo del espectáculo (Bárbara Rey, Rocío Dúrcal, Rocío Jurado) como madrinas de la prueba.
Desde su creación hasta hoy, la San Silvestre Vallecana, que con el paso del tiempo fue creciendo en convocatoria y presencia de atletas de élite, sólo no se corrió en una temporada, 1969, por falta de financiación.
La división de la San Silvestre en “Popular” e “Internacional”
Fue en el año 1978 cuando la carrera se dividió en dos categorías: Popular, donde se puede apuntar quien lo desee, e Internacional, reservada para atletas profesionales. Este cambio fue decisivo, ya que permitió que la carrera mantuviera un alto nivel competitivo sin dejar de dar la bienvenida a corredores de todos los niveles y edades.
En las décadas de 1980 y 1990, la San Silvestre Vallecana empezó a atraer a atletas de renombre mundial para participar en la categoría más exigente. Grandes figuras del atletismo han corrido por las calles de Vallecas, incluyendo campeones olímpicos y plusmarquistas: Eliud Kipchoge, Geoffrey Kamworor, Kenenisa Bekele, Jacob Kiplimo, Marta Domínguez, Paula Radcliffe, Chema Martínez y Hellen Obiri, entre otros.
La San Silvestre Vallecana también fue pionera en introducir la tecnología de cronometraje y el sistema de "chip", algo que en los años 90 aún no era común en las carreras populares. Esto permitió a los participantes conocer su tiempo exacto, algo que impulsó aún más la profesionalización del evento.
La fiesta popular de la San Silvestre
Hoy en día, la San Silvestre Vallecana es mucho más que una simple carrera. Ha alcanzado el estatus de fiesta deportiva donde se compite y también se celebra la llegada de un nuevo año. La participación ha crecido de tal forma que, en las últimas ediciones, la carrera ha reunido a más de 40.000 participantes que recorren los 10 kilómetros que separan el centro de Madrid del estadio de Vallecas.
En cada edición, muchos de los participantes de la categoría Popular se disfrazan, corren con amigos y familiares e incluso algunos hacen de la carrera una causa solidaria, promoviendo y apoyando organizaciones benéficas.
En los últimos años, la San Silvestre Vallecana también ha ampliado todavía más su alcance y se ha sumado al movimiento de las carreras virtuales, permitiendo que corredores de todo el mundo participen a distancia, desde sus propios países y ciudades.