ATLETISMO

Nike se la devuelve a Adidas en la guerra maratoniana por las zapatillas mágicas

El estratosférico récord de Kiptum en Chicago agua la fiesta de la marca alemana tras la gesta de Tigist Assefa en Berlín.

Kiptum, en Chicago./REUTERS
Kiptum, en Chicago. REUTERS
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Hace solo dos semanas, el mundo del atletismo contuvo la respiración y dirigió su mirada hacia los pies de una mujer. En Berlín, casa de Adidas, la etíope Tigist Assefa destrozó el récord del mundo de maratón con las Adizero Adios Pro Evo 1 de la marca alemana. El recelo no tardó en aparecer: la suela, el peso o incluso el material de la zapatilla ocupó el debate general en las horas posteriores a una marca formidable (2:11:53), dos minutos y once segundos más rápida que el anterior récord del mundo.

"Esto solo ha sido el principio", advirtió a Relevo Charlotte Heidmann, directora de producto de todo el calzado deportivo que fabrica Adidas y, por ende, la mente detrás de las zapatillas de Assefa. "¿Mágicas? Bueno, diría que eso es lo que hemos demostrado este fin de semana en Berlín, ¿no?".

Muy pronto prometió revancha Eliud Kipchoge, jerarca de Nike y, por aquel entonces, todavía plusmarquista mundial de maratón. "Estamos desarrollando nuestras propias zapatillas", declaró a Relevo en un encuentro junto a otros medios. "No nos comparamos con otras marcas".

Pues bien, solo dos semanas después, a 7.000 kilómetros de la Puerta de Brandeburgo, en Chicago, territorio de Nike, Kelvin Kiptum ha batido el récord del mundo de maratón (2:00:35) con las Nike Alphafly NEXT% 3, dando un vuelco a la situación y dejando a la firma norteamericana con mejor sabor de boca.

"Me siento muy feliz", ha reconocido el keniano tras su gesta. "Sabía que estaba listo para hacer el récord de Chicago, pero no para batir el récord del mundo". Kiptum, que cumplirá 24 años el próximo mes de diciembre, parece el indicado para, ahora sí, romper la última barrera, la de las dos horas en la prueba de maratón.

Por el camino, la guerra fría entre Nike y Adidas se recrudece. "Recuerda a la carrera espacial", sugieren muchos. "No es una mala comparación", reconocen desde las propias fábricas, inmersas desde hace años en una pugna despiadada en la que tratan de seducir a los atletas con inversiones faraónicas en diseño, comodidad e innovación.

En lo que una firma ataca y brilla, la otra trabaja en la sombra y espera su fría venganza. Mientras, los beneficiados son los propios atletas y sus entrenadores, que incrementan sus ingresos a golpe de récord. "Si se baten más récords, existe un beneficio económico para ellos", apunta a este medio Arturo Casado, campeón de Europa de 1.500 metros y doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

No le falta razón. Más allá de posibles mejoras contractuales o jugosas ofertas futuras de otras marcas, Kiptum se ha embolsado este domingo 200.000 euros en metálico: 100.000 por el triunfo y otros 100.000 por lograr el récord del mundo obtenido en Chicago. Más fácil conseguirlo, claro, sin la presencia de Kipchoge, que corrió en Berlín, donde Kiptum prefirió no inscribirse, privando a los aficionados de un duelo de altura.

Así, en Berlín, donde Tigist Assefa hizo historia con las Adizero Adios Pro Evo 1, la historia quedó marcada con el sello Adidas. Solo dos semanas después, la moneda ha caído del lado opuesto y, al otro lado del Atlántico, en suelo norteamericano y, por tanto, casa de Nike, el 'swoosh' saca pecho de cara al mundo con unas zapatillas, las Alphafly NEXT% 3, que no saldrán al mercado hasta 2024.

Lejos quedan épocas pretéritas en las que los aficionados desconocían las marcas que vestían sus atletas preferidos. Todos conocen ahora qué zapatillas calza cada estrella: Kipchoge, Nike; Assefa, Adidas; Kiptum, Nike. ¿Qué pasará en Nueva York, territorio yankee, el próximo 5 de noviembre? Como advierten desde las propias firmas, la guerra no ha hecho más que empezar.