Completa un Ironman con un cáncer terminal: "No me detendré"
El triatleta estadounidense Jonathan Pascual sufre un cáncer de mediastino en etapa 4, que le afecta a los huesos y los pulmones.
16 horas, 12 minutos y 46 segundos fue el tiempo que, el pasado 26 de octubre, tardó Jonathan Pascual, de 50 años, en completar el recorrido del Ironman de Hawai, en Kona, compuesto por 3,8 kilómetros de natación, 180 kilómetros de bicicleta y 42,195 kilómetros de carrera. Muy lejos su marca de las 7 horas, 35 minutos y 53 segundos del vencedor, el alemán Patrick Lange.
La hazaña de Pascual no reside en su tiempo. El mérito del triatleta estadounidense recae cuando hace dos años le encontraron un paraganglioma mediastínico en etapa 4, incurable, que se le había extendido a los pulmones y los huesos. La estadística recoge que la sufren dos personas de cada millón y suele presentarse en personas de entre 30 y 50 años. La estimación de vida que en su momento le ofrecieron los médicos fue de cinco años, pero Pascual no ha querido frenar su lucha por mantener vivas sus pasiones. No es la primera vez que la fuerza de voluntad del californiano afronta una situación así, ya que en 2007 le fue extirpado un tumor cerebral.
"Sé que mi luz pronto se apagará; pronto, todo lo que aprecio, mi esposa, mi hijo, mi madre, mi familia y amigos, y esta hermosa experiencia humana, se me escapará de las manos a medida que mi cuerpo se desvanece. Sin embargo, tengo claro que no me detendré", afirmó en un reportaje con ABC News un hombre que además de cuidar a su entorno ha decidido continuar con su labor de enfermero y viajar todo lo posible.
Pascual lo tuvo claro, quería inspirar a los enfermos de cáncer y la idea de abandonar el deporte extremo, participa en triatlones de este estilo desde 1999, no pasó por su cabeza. "Lo más fácil sería haber abandonado el Ironman mientras me enfrento a una enfermedad terminal, pero he descubierto que la mejor manera de seguir adelante es vivir como siempre lo he hecho", reflexiona.
Evidentemente no fue fácil para él completar el recorrido y durante el Ironman sufrió el dolor crónico y la afectación de los pulmones que le provoca el cáncer. "Desafié al dolor, a la falta de aire y a los mareos", reflejó. "Sabía que si corría demasiado rápido o con demasiada fuerza, mi ritmo cardíaco se dispararía, me podía marear o incluso desmayarme", dijo. Especialmente complicado, relata, fue el tramo de natación. "El más difícil de mi vida", dice, explicando que la posición boca abajo dificultó aún más su flujo sanguíneo y, por tanto, la respiración.
"A lo largo del Ironman todo lo que tenía que hacer era seguir siendo el atleta que he sido siempre: fuerte, resistente, calculador y flexible. Pese a todas las dificultades que todos soportamos, si elegimos buscarlo, en su crudeza, podemos encontrar lo opuesto, el amor", explicó a las horas de completar su recorrido.
Jonathan Pascual intenta convertirse en un referente de la superación, dejar un legado sobre su forma de interpretar los últimos años de su vida. "Tengo que influir en las vidas de otras personas", reflexiona.