VELA

El piloto automático acaba con el sueño de la vuelta al mundo de Juan Merediz

El navegante se retira de la Global Solo Challenge al no poder arreglar el autogobierno del Sorolla.

Juan Merediz navega a bordo de su Sorolla. /PEP PORTAS
Juan Merediz navega a bordo de su Sorolla. PEP PORTAS
Nacho Gómez

Nacho Gómez

Juan Merediz ha confirmado en la mañana de este viernes el peor de sus presagios: se ve obligado a abandonar su sueño de dar la vuelta al mundo en solitario y sin escalas debido a la imposibilidad de reparar convenientemente el piloto automático, que le venía dando problemas prácticamente desde la misma salida de La Coruña.

Cualquier otra avería o contratiempo podría haberle permitido seguir con la travesía, pero el fallo en el piloto automático es un problema demasiado grande cuando se navega en solitario. Sin piloto, el navegante se ve obligado a llevar el timón del velero durante las 24 horas del día, y es humanamente imposible conseguirlo ya que los navegantes necesitan descansar periódicamente, aunque en el caso de los vueltamundistas lo hagan en periodos cortos de tiempo.

Habitualmente, los regatistas oceánicos van la mayoría del tiempo con el piloto automático puesto. Consultan la meteorología, marcan el rumbo y, mientras el piloto lo mantiene automáticamente, ellos se dedican a trimar las velas, determinar la estrategia, realizar todas las maniobras necesarias, y, cómo no, comer y descansar cada cierto tiempo. Los navegantes llegan incluso a entrenar el cuerpo para acostumbrarlo a dormir en periodos muy cortos, y llegan a conseguir sobrevivir haciendo siestas de entre media hora y dos horas durante periodos que pueden superar los tres meses.

Juan Merediz relataba cómo ha tomado la dura decisión de abandonar mientras se dirigía con su Sorolla rumbo a casa. "De vuelta al Mediterráneo, y eso solo puede significar que no va a ser esta ocasión cuando complete mi vuelta al mundo. No he podido, no he sabido solucionar el problema del piloto automático. De vez en cuando engrana y consigo que funcione no sé por qué, pero luego se vuelve a parar. Lo primero siempre es la seguridad. Si cuando pasó la primera vez ya me generó un problema importante, la segunda vez no fue diferente, bajaba con el alisio, con un rizo y 30 nudos de viento y no es algo que sea seguro".

La participación de Juan Merediz en la Global Solo Challenge había supuesto un enorme reto desde la salida, que tuvo lugar el pasado 29 de octubre desde La Coruña. Las duras condiciones con las que partieron llevaron al Sorolla a encadenar los problemas con el piloto y con la driza de la mayor. Merediz fondeó en el sur de Portugal y pudo reparar la driza, pero con el piloto ha sido imposible.