WIMBLEDON

La pócima de la eterna juventud de Venus Williams: "Si alguien puede jugar hasta los 50 años, soy yo"

A sus 43 años, la leyenda estadounidense disputará en este Wimbledon su Grand Slam número 92, récord absoluto.

Venus Williams, durante un entrenamiento en Wimbledon. /ANDREW COULDRIDGE/REUTERS
Venus Williams, durante un entrenamiento en Wimbledon. ANDREW COULDRIDGE/REUTERS
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Cuando Venus Williams disputó su primer torneo de Wimbledon, en 1997, todavía faltaban varios años para que nacieran Iga Swiatek y Carlos Alcaraz.

Cuando Venus Williams disputó su primer torneo en Wimbledon, en 1997, su rival este lunes en la hierba de Londres, Elina Svitolina, tenía dos años. Iba en pañales.

Cuando Venus Williams disputó su primer torneo de Wimbledon, en 1997, Martina Hingis y Pete Sampras eran los números uno del mundo.

Han pasado 26 años desde que la estadounidense pisara por primera vez el césped del All England Club y este lunes volverá a salir a la pista central, esa en la que ganó cinco de sus siete títulos de Grand Slam (2000, 2001, 2005, 2007 y 2008) y en la que quiere seguir escribiendo páginas de un libro que no termina. The never-ending story.

Este fin de semana le preguntaron a Venus, de 43 años, que dónde estaba su límite, qué si iba a seguir jugando hasta los 50. "Nadie lo ha hecho antes y si hay alguien que puede hacerlo, soy yo", respondió ella, la más veterana del torneo, la jugadora que saca 27 primaveras a la rusa Mirra Andreeva, la más joven.

Superar el síndrome de Sjögren

Venus, número 554 del ranking, está disputando su 24ª edición de Wimbledon gracias a una invitación del torneo. La estadounidense llevaba seis meses sin competir por una lesión en los isquiotibiales antes de reaparecer hace un par de semana en la gira de hierba. "La lesión ha sido una pesadilla y la rehabilitación ha sido muy difícil. He jugado pocos partidos en los últimos años, pero no ha sido por elección mía. Yo quería jugar y no podía. Pero puse mucho esfuerzo y mucho trabajo y estoy ahora en una posición bastante mejor".

De lesiones y problemas físicos, Venus sabe un rato. De hecho, en 2011 le diagnosticaron el síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que le producía una enorme fatiga y mucho dolor. "A los médicos les costó mucho tiempo descubrir qué me pasaba y luego les costó el mismo tiempo dar con los tratamientos efectivos", dijo hace unos años la exnúmero uno. "Había días en los que era difícil levantarse de la cama, pero quería competir en una pista de tenis". A raíz de esa enfermedad, Venus Williams cambió para siempre su dieta: empezó a basar su alimentación en productos vegetales.

La estadounidense estuvo seis años sin pisar unas semifinales de un Grand Slam y en 2017 alcanzó las finales de Australia y Wimbledon. Perdió ambas, pero se demostró que su nivel seguía ahí. Sus últimos años han sido un constante sube y baja por el ranking de la WTA. ¿Retirarse? Ni mucho menos. "Esto es divertido", dice cuando le preguntan qué le lleva a seguir.