El fisio español que ayudó a Serena Williams a ganar un Grand Slam estando embaraza
Rubén Mateu fue el fisioterapeuta de la estadounidense entre 2016 y 2021 y aceptó el trabajo sin saber que era con ella. "Tiene unas capacidades de fuerza que son extrañas de ver en una mujer y es de una dureza extraordinaria", dice a Relevo.

Se llama Rubén Mateu y seguramente no te suene el nombre, pero es uno de los culpables de que Serena Williams ganara en Australia 2017 su 23º Grand Slam y recuperara el nº1 estando embarazada. "Dudo que haya en el futuro una tenista con las capacidades de Serena", cuenta al teléfono este fisioterapeuta español que ha compartido cientos de horas al lado de una de las mejores deportistas de todos los tiempos.
Era el verano de 2016 cuando Rubén Mateu regresó a España después de trabajar ocho años como fisioterapeuta del Tremblay-en-France, un equipo de balonmano. Acababa de nacer su primer hijo y se instaló en su Castellón natal con la idea de abrir una clínica, pero le seguía picando el gusanillo del deporte y empezó a bucear en internet en busca de ofertas de trabajo.
"Se busca fisioterapeuta para una tenista del circuito profesional", decía una. Y Rubén, sin pensárselo, envió su currículum. Al poco tiempo, le contactaron y le citaron para una prueba en Niza.
Rubén viajó a la academia que tiene Patrick Mouratoglou -entonces entrenador de Serena- en el sur de Francia para hacer una prueba práctica. La superó y le dijeron que viajaría a California en octubre para empezar a trabajar. Pero todavía no sabía quién era la tenista. "Dos días antes de volar, me llamaron y me dijeron que iba a trabajar con Serena", recuerda Rubén.

Los tres primeros meses fueron de prueba y la tenista quedó encantada. Tanto, que el fisio empezó a trabajar también con Venus, la hermana mayor. Llegó enero de 2017 y Serena le pidió a Rubén que viajara con ellas a Australia pese a que no estaba en los planes del acuerdo. El español aceptó y a las pocas semanas estaba viviendo una final de Grand Slam entre Serena y Venus. Ganó Serena.
Fue el último de los 23 títulos de Grand Slam de la estadounidense y uno de los más especiales. Porque recuperó el número uno pasados los 35 años y porque estaba embarazada de ocho semanas sin que nadie en su equipo lo supiera. Algo así está a la altura de muy pocas. "Pero es que Serena físicamente es una bestia", intercede Rubén.
El español estaba acostumbrado a tratar a jugadores de balonmano, que son auténticos armarios: altos, fuertes y corpulentos. Y cuando empezó a poner las manos en los músculos de Serena, alucinó. "Nunca he dado un masaje tan fuerte como a Serena. Es un portento físico fuera de serie".

"Tiene unas capacidades de fuerza que son extrañas de ver en una mujer y es de una dureza extraordinaria. A nivel físico y a nivel mental. No hay una tenista con sus capacidades y dudo que haya alguna en el futuro", añade.
Cuando Serena aparcó la raqueta durante el embarazo, Rubén se dedicó a tiempo completo a tratar a Venus. En esa época, la mayor de las Williams alcanzó la final de Wimbledon 2017, en la que perdió ante Garbiñe Muguruza.
Tras un parto complicadísimo en septiembre de 2017, Serena se propuso volver a competir por lo máximo. Y lo logró. Aunque no volvió a levantar un grande, alcanzó otras cuatro finales de Grand Slam y volvió al "top ten".
En 2021, una lesión en los isquiotibiales le impidió competir al máximo y no jugó un solo partido en la segunda mitad de la temporada. La estadounidense se tomó un tiempo de desconexión y Rubén Mateu regresó a su casa. Desde entonces no ha vuelto a trabajar a las órdenes de Serena y se dedica a tiempo completo a llevar las dos clínicas que ha abierto en Benicassim y Villarreal. "Pero me apetece volver al tenis".