Medvedev 'llora' por las pelotas tras perder en Roland Garros y usa a Carlos Alcaraz como ejemplo

Nacho Encabo

Publicado30 de mayo de 2023, 13:00 h

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Dicen que se hinchan demasiado, que se vuelven fofas y que no hay manera de imprimirles velocidad. Las pelotas de Roland Garros están en el punto de mira y algunos de sus críticos no son especialmente sospechosos.

Daniil Medvedev, número dos del ranking mundial, valoró el impacto de las bolas en la presente edición tras caer derrotado ante Seyboth Wild. en un resultado que llama la atención, no tanto por la experiencia de Daniil en tierra batida, sino porque este año venía lanzado en esta superficie (había ganado en Roma) y porque, tras el sorteo de Roland Garros, era favorito para llegar a la final. El ruso señaló a las pelotas tras la decepción en la pista: "En mi opinión, los jugadores que tienen, no sé cómo decirlo, como un juego de muñeca, como mi oponente hoy, como Carlos (Alcaraz), creo que Stefanos un poco, tienen una gran ventaja con estas pelotas. Porque pueden crear un dominio fácil, que yo no tengo".

Las quejas de Medvedev por las bolas no son aisladas. Otro que ha hablado ha sido Roberto Bautista, un veterano del circuito y que juega con raqueta Wilson, la misma marca que suministra las bolas en el segundo Grand Slam del curso. "Se está poniendo muy pesada y muy gorda. Y eso que hace sol y calor, así que la pelota vuela más. No me quiero imaginar esta pelota con lluvia o con una superficie muy pesada. Es una pelota con la que te puedes hacer daño en partidos largos".

Ser tenista Wilson y que un gran torneo tenga pelotas Wilson suele ser una pequeña ventaja. Semanas antes de Roland Garros, por ejemplo, la marca estadounidense le envió un cargamento de pelotas a Bautista para que empezara a entrenar con ellas de cara a la cita parisina. "Las de aquí no son iguales a las que me habían enviado. Está pesada, el codo la sufre, la siente, y la muñeca también. No es la misma sensación que tenía con estas pelotas en casa en las semanas anteriores", añadía el español después de ganar su partido de primera ronda en tres sets.

Tras mucho tiempo usando pelotas Babolat, Roland Garros cambió en 2020 y firmó un acuerdo de cinco años con Wilson. No empezó bien. Aquel año ya hubo muchas quejas por lo mismo y Daniel Evans dejó una frase que todavía se recuerda: "Algunas de las pelotas que usamos no se las daría ni a un perro para que las muerda". Aunque han pasado ya tres años, parece que Wilson no ha dado con la fórmula perfecta.

"Las pelotas son desastrosas. Cuando entrenaba fuera de Roland Garros, la pelota volaba, pero aquí...", decía este fin de semana Laslo Djere, número 60 del ranking ATP. El problema, dicen los jugadores, es que a los pocos intercambios la bola coge mucha envergadura y eso es un problema para los tenistas que no pegan tan duro. Así lo explica Bautista: "Favorece a los tíos de dos metros que tienen mucha fuerza y que generan mucho. Muchas veces pegas una bola mal tocada y va dentro. No penaliza tanto".

Otro que se ha quedado a gusto criticando las pelotas ha sido el francés Benoit Paire. "Son ridículas, se hacen muy grandes en dos segundos. Las bolas nuevas no duran ni un juego, son una basura. No se puede jugar al tenis con este tipo de pelotas. No puedes atacar, no puedes avanzar y es imposible hacer un ace", indicaba el siempre polémico tenista galo.

"Es otro estilo de tenis, diferente, que requiere cualidades físicas. Es una cuestión de quién puede mantener la pelota en la cancha por más tiempo. Mi juego se basa en el servicio y los golpes agresivos, pero la pelota simplemente no se mueve", añadía. "Es Roland Garros, uno de los mejores torneos del mundo, y estamos jugando con estas bolas estúpidas".

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