RUGBY

Ciclones, temperaturas extremas, sequía e inundaciones…: la deriva del rugby con el cambio climático

Un informe de World Rugby advierte al mundo oval del impacto que puede tener el calentamiento global.

Campo de rugby inundado de Landare Toki. /Hernani RC
Campo de rugby inundado de Landare Toki. Hernani RC
Rodrigo Contreras

Rodrigo Contreras

Tras el pasado Mundial de Francia, disputado en otoño de 2023, World Rugby quiere concienciar de los peligros y consecuencias que puede tener el cambio climático en el deporte oval en un futuro próximo. Por esto, este verano ha dado a conocer un informe que destaca los seis principales peligros climáticos que impactan tanto directa como indirectamente al rugby, sus deportistas, espectadores, infraestructura y campos.

Como es lógico, dependiendo de la región, algunas zonas notarán antes que otras estos cambios y peligros que producirá el calentamiento global de aquí a unos años. La mayoría de las regiones experimentarán períodos de mayor humedad, causando sufrimiento adicional relacionado con el calor para los jugadores, staff y espectadores.

Ocho de los diez países de rugby estudiados se enfrentarán a un aumento en la frecuencia e intensidad de fuertes precipitaciones e inundaciones repentinas. Cinco de ellos se enfrentarán a riesgos de sequía. Seis tendrán que jugar con temperaturas superiores a los 35 grados.

Además, el 11% de los 111 estadios estudiados en este sentido tienen riesgo de desaparecer. El 30% de los estadios que aparecen en este informe están ubicados en zonas de ciclones y se enfrentarán a una mayor actividad de vientos y ciclones.

Consecuencias directas

En cuanto a la salud y el rendimiento deportivo de los jugadores, las olas de calor y niveles de humedad y contacto con materiales sintéticos en climas cálidos puede causar un mayor riesgo de lesiones en superficies secas. Las olas de calor y el calor extremo puede llegar a afectar a espectadores y trabajadores en los estadios.

En cuanto a los campos y estadios, existe el riesgo de que se lleguen a convertir en islas de calor si la temperatura media del planeta asciende en 2º C. Las edificaciones y accesos pueden verse afectados por fenómenos meteorológicos extremos como ciclones, inundaciones, contracción e hinchazón del suelo arcilloso… todo esto ocasionará un coste energético más elevado.

En cuanto a la gestión de los campos de juego y el mantenimiento del césped (natural o sintético), existen diferentes peligros que pueden afectar a su buen rendimiento: calor extremo, olas de calor, sequía, disponibilidad de recursos hídricos, aumento de costes, nuevas regulaciones (nacionales e internacionales)… Además, el césped puede desarrollar mayor número de enfermedades debido a los altos niveles de humedad y un clima demasiado cálido.

Ciertos campos pueden verse afectados por el impacto de la salinización del suelo (inmersión marina).

Impactos indirectos

El aumento de los costes en los seguros y materias primas, conllevando una reducción en los ingresos por las ventas de entradas, es uno de los impactos indirectos. La contaminación del aire (por ejemplo, por incendios forestales) puede afectar al rendimiento y salud del deportista.

La imagen del rugby y la reputación del deporte oval puede verse afectada y el cambio climático conllevará irremediablemente a cambios en las normas y regulaciones del rugby.

Recomendaciones WR

World Rugby deja en este informe seis recomendaciones para intentar frenar y evitar estos posibles peligros:

1 | Desarrollar e implementar planes de sostenibilidad individuales para ayudar a reducir el impacto ambiental del rugby, alineados con el plan de sostenibilidad Ambiental 2030 de World Rugby, y apoyar a las partes interesadas para que adopten un enfoque similar.

2 | Integrar las proyecciones climáticas en los procesos y estrategias comerciales y de toma de decisiones políticas pertinentes a fin de prepararse para los impactos climáticos esperados y en evolución.

3 | Desarrollar/adoptar y compartir herramientas de gestión para apoyar las acciones acordadas (incluyendo el seguimiento y la presentación de informes) para anticipar los impactos del cambio climático en el rugby.

4 | Establecer un mecanismo de financiación solidaria para apoyar a las comunidades de rugby más vulnerables y ayudar a quienes sufren pérdidas y daños debido a graves peligros climáticos.

5 | Llevar a cabo más investigaciones sobre la adaptación y modificación de las prácticas, leyes, regulaciones y especificaciones de eventos del rugby para hacer que el deporte sea más resiliente al cambio climático.

6 | Promover y apoyar estrategias locales de adaptación y mitigación del cambio climático para el rugby.