"¡Muy bien! ¡Venga, mamá, que la siguiente entra!": el rugby touch desde dentro
Madre e hijos comparten equipo de Touch en el Vallecas Rugby Union. Este año se han proclamado campeones de la Copa de Madrid y han terminado segundos en la liga de la Comunidad.
Nuria acababa de tener una ocasión clara y su hijo Dani le animaba desde el banquillo: "¡Muy bien! ¡Venga, mamá, que la siguiente entra!". Él estaba en el banquillo, pero pronto saltaría al campo de Paracuellos, donde se celebró la Copa de Madrid.
Aunque parezca increíble, el suyo no es el único caso del equipo. Paula y Olivia también son madre e hija. Nuria y Dani son de Vallecas, como la mitad del equipo. Paula y Olivia, no; ellas llegaron hace un año desde Singapur, donde les recomendaron formar parte de este equipo cuando decidieron mudarse a España.
Los integrantes del equipo de Touch del Vallecas Rugby Unión van desde los 14 hasta los 50 años. "Es algo que enriquece mucho, pero también tienes que lidiar con muchas personalidades y condiciones distintas", explica Bea, otra de las jugadoras, que además forma parte de la dirección deportiva y de la Selección femenina.
"En el equipo somos 6 internacionales. Dos chicas en el equipo femenino +27, tres chicos en el masculino +30 y un chico en el masculino +40. Al mixto no llevamos a nadie, de momento. En el Touch hay muchas modalidades: femenino, masculino y mixto, y por edades", explica Bea.
El Touch es una variante del rugby en la que casi no hay contacto entre los jugadores, ya que, en vez de placajes, sólo hay que tocar a los rivales. Gracias a que es mucho menos lesivo, pueden retener a jugadores que dejan el rugby. "Aquí vemos lesiones musculares, sobrecargas y algún golpe fortuito, a diferencia del rugby, que tiene más lesiones articulares", explica Pablo, el preparador físico.
Un club por y para el barrio
Vallecas es especial, eso es innegable, con habitantes orgullosos de llevar el nombre de su barrio por el mundo, y eso favorece la existencia de equipos como el Rugby Vallecas Unión.
"El club es muy colaborativo, está organizado en comisiones y todos los socios tienen voz. Somos unos 240: los 180 que tenemos ficha y gente que quiera ayudar a que clubes como este sigan creciendo. Por ejemplo, son socios un miembro del Uni de Bilbao y otro del CRAT de Coruña. También un chico de Barcelona...", expone Pablo. "Lo importante es que les ha gustado el proyecto y quieren ayudar y formar parte de él, porque hacemos un rugby para el barrio y eso hace que no sea solo un deporte", subraya.
"Dentro de tres semanas es el día del club y vamos a organizar una comida para sacar dinero para las becas de los jugadores, aunque nuestra ficha es bastante económica, siempre pensando en dónde estamos y lo que se puede permitir la gente. Pero, cuando vamos a competir a la liga nacional, que jugamos fuera y tenemos que pagar tren, alojamiento, etc., y alguien no puede permitírselo, se ha pagado entre todos. Nunca nadie ha puesto mala cara, nunca nadie ha puesto ningún problema y eso es uno de los valores del equipo", dice orgullosa Bea.
"Participamos en la vida del barrio, en la Cabalgata de Reyes de Vallecas, en la Batalla Naval, en las casetas… Organizamos un día del Libro con un amigo invisible, donde se regalan libros comprados en las tres librerías del barrio que apoyan al club. Es una forma de agradecer a la gente que nos patrocina lo que hace por nosotros. Todos nuestros patrocinadores son comercios locales. Se busca que la ayuda sea en dos direcciones, que nos apoyen y apoyarles nosotros a ellos. Si se consiguen patrocinadores que no son del barrio, se les involucra en el proyecto del club", afirma.
Un deporte en desarrollo
"El Touch llegó a España a través de Canarias hace unos años y todavía está en proceso de darse a conocer y de captar gente", explica Bea. En Cataluña hay una liga bastante potente, pero en el resto de comunidades todavía queda mucho por hacer.
En Madrid, por ejemplo, esta temporada han participado 10 equipos mixtos, tanto en la Liga como en la Copa, pero hace tres años sólo había 4 clubes participantes. De hecho, el de Vallecas es el segundo más antiguo, con tan sólo 6 años.
Otro problema es que no hay árbitros titulados. "Para las competiciones, cada equipo tiene que ceder un jugador que haga de árbitro para tres partidos", explica Bea. "Y, a partir de la temporada que viene, cada equipo de Madrid tendrá que tener al menos una persona que tenga el curso teórico de nivel 1; si no, habrá sanciones, excepto, para los equipos nuevos. Es sólo para los que lleven dos años en la liga", matiza.