Carlos Sainz: "Siempre pienso que el siguiente Dakar puede ser el último, pero no necesariamente este el que más"

El tiempo parece no pasar por él. Cambió para siempre una disciplina con larga tradición como los rallies en los años 80 y cuatro décadas después sigue marcando el paso en el Rally Dakar. Carlos Sainz Cenamor (Madrid, 1962) regresa este enero a las arenas del desierto saudí con el único objetivo entre ceja y ceja de anotarse su cuarto trofeo del Touareg junto a su inseparable Lucas Cruz. Los tres últimos años en el seno del innovador proyecto de Audi Sport, con un prototipo 4x4 con propulsión eléctrica, han sido un aliciente para él. Quiere cerrar el círculo como se merece.

Se sienta en una butaca alta con los logos de la marca alemana de fondo. Viste camisa blanca cuyo cuello asoma bajo un jersey negro, corporativo. Los vaqueros oscuros y las zapatillas deportivas blancas le dan un toque juvenil que se complementa con un reloj pulsómetro en su muñeca izquierda. A sus 61 años, el físico del piloto madrileño sigue impresionando y su mirada se clava en el entrevistador antes de formular siquiera la primera pregunta.

Tiene ganas de hacer historia y convertirse en el primer piloto en ganar el Rally Dakar (5-19 de enero) con un tren motriz eléctrico. No deja de recordar la valentía con tintes de osadía de Audi al apostar por una tecnología realmente compleja en la prueba más dura del mundo. Sus rivales volverán a ser los de casi siempre: Sébastien Loeb (nueve veces campeón del mundo de rallies), Nasser Al Attiyah (cinco veces ganador del Dakar) o Stéphane Peterhansel (compañero y 14 veces ganador del Dakar), además de una nueva camada de jóvenes promesas. El ambiente de último baile del proyecto de Audi no se traslada al madrileño, que deja claro que a su vuelta a casa se dará tiempo para pensar si sigue habiendo Sainz para rato.

Si miro para atrás, yo creo que hay cosas que no han cambiado, pero muchas otras que sí han ido evolucionando. El carácter, la actitud… no es lo mismo un deportista veterano, que un chaval de 20-22 años que llega por primera vez al campeonato de Castilla, al campeonato de España o que corre su primera carrera. Eso lo entiende todo el mundo. Pero sí hay ciertas cosas que siguen ahí. Sin duda, yo diría la pasión y la diversión, y lo que me gusta correr en coches, eso sigue intacto. Y yo creo que eso no va a cambiar. ¿Por qué? Porque uno nace con ello o no nace; son cosas que no las puedes moldear. ¿Se puede perder la pasión? Sí. En mi caso puedo decir que de momento no la he perdido. Luego, hay otra serie de cosas, el cómo prepararte, que las vas aprendiendo con la experiencia, que siempre es un grado. La experiencia siempre te va enseñando. Pero hay ciertas cosas que están ahí, que son probablemente innatas y que las tienes en tu ADN grabadas a prueba de fuego.

Al llegar a casa no sabía que tenía dos vértebras fracturadas. Después de dos días, empecé a notar que aquello no iba bien y menos mal que fui a hacerme esas radiografías y resonancia. Y a partir de ahí el único objetivo era saber si tienes que operarte, si no, recuperarte y tratar de volver a estar como estaba antes o mejor… si puede ser.

No sé exactamente a qué te refieres, pero yo trato siempre de analizar las cosas y actuar consecuentemente con la mejor de las intenciones. Llámalo sentido común, experiencia o lo que sea. Al final, lo ocurrido es lo que ha pasado y tienes que aprender de ello, ganes o pierdas. Y a partir de ahí, analizar y dar el siguiente paso, no te puedes quedar pensando en lo que ha pasado.

(Risas) Es cierto que esa impaciencia, esas sensaciones sí han evolucionado un poco en mi carácter. Hay cosas que no, hay cosas que sí .Te das cuenta a veces que tienes que ser pragmático para poder dar ese paso adelante. Pero a la vez, yo creo que sigo siendo… los españoles, los latinos, somos de sangre caliente, pero hay que tratar de controlarla.

Siempre lo he pensado cuando he ido a un Dakar que podría ser el último, no necesariamente este el que más. Efectivamente, aquí hay unas circunstancias que podría darse el caso. Pero no me lo planteo a día de hoy. Me lo plantearé cuando acabe el Dakar y vea qué ocurre finalmente con Audi, cuando vea si hay otro proyecto… pero sobre todo, lo primero de todo, si he sido competitivo, si me he divertido, si he disfrutado, si he estado a la altura físicamente, si ha ocurrido algo que haya sentido que es un mensaje realmente de decir 'hasta aquí', como me ocurrió en el Mundial de Rallies. En ese momento decidiré por lo menos si intentar seguir o no, también habrá que ver, como digo, si Audi sigue, si hay un nuevo proyecto o no.

Sería un bonito reto conseguirlo. Sería premiar a alguien como Audi, que decidió en su día ser muy valiente y apostar por una tecnología extremadamente difícil de llevar a un terreno tan complicado como es el Dakar. Todo depende también de cómo llegue, pero sería muy importante.

Es curioso porque cuantos más años vas cumpliendo, más trabajo necesitas para rendir al nivel de cuando eres más joven. Pero también tienes más experiencia y algo lo suple. También la experiencia de conocerte a ti mismo. Lo que es evidente es que cada año cuesta más, cada año tienes que entrenar más para estar al nivel que estabas hace algún tiempo. En ese sentido, sigo trabajando con la ilusión de llegar lo mejor preparado posible. Hoy en día, gracias a Dios, se puede medir todo… hombre, no puedes medir tus reflejos, si pierdes algo de vista, que si acaso te puedes poner unas gafas. Pero hay cosas que se pueden medir, como tu capacidad aeróbica, por ejemplo. Yo trato de seguir el mismo plan: me hago una prueba de esfuerzo en el mes de septiembre, tengo un entrenador que me marca las pautas para ir preparándome y luego justo antes de irme al Dakar vuelvo a hacerme esa prueba de esfuerzo para saber cómo ha ido esa evolución. Yo tengo buenas sensaciones este año. Creo que a nivel físico voy a ir bien, a pesar de la lesión del año pasado, que no tengo ninguna secuela. Y, como digo muchas veces, prefiero sufrir aquí, que no sufrir allí. Allí no me puedo bajar del coche si voy sufriendo mucho, aquí si me puedo bajar de la bici, o parar de entrenar, o descansar.

Recuerdo cuando el Dakar subía a una altitud brutal allí en Bolivia, no sé si eran 5.000, no me acuerdo qué barbaridad de metros y estábamos todos preocupados y era para ello. Tratábamos de preparar el entrenamiento en altura, que era importante. Yo nunca llegué a sufrir nada, pero hubo gente que sí. Y luego hay cosas que haces que vas evolucionando, pruebas cosas nuevas… pero al final tienes que llegar bien, tienes que tener la disciplina de trabajar, no solo aeróbicamente, también muscularmente porque es que si no, está claro que no podría rendir.

(Risas) Es una buena pregunta, porque hay muchas veces que me gustaría, quizá, no intentar abarcar tantas cosas, pero tratando de organizarme lo mejor posible. Este año solo he estado en 5-6 carreras de F1 y por supuesto dándole prioridad a lo que en mi vida profesional es lo más importante y al proyecto que más requiere de mi atención. Tratar de organizarme lo mejor posible y equilibrar esos viajes.

Hombre, la gente tiene que entender que no es lo mismo hablar con un niño en el que tratas de inculcarle unos valores, de educarle, de enseñarle cosas y experiencias vividas por ti en la vida. Y no es lo mismo tener una conversación con un niño de 10, 11, 12 años, que con un tío hecho y derecho como lo es ahora. Quizás él sea más el que tiene que responder esa pregunta, pero he tratado siempre de actuar en todo momento como un padre, de darle los mejores consejos, no solo como padre, sino también como entendido o como alguien que le podía ayudar en el mundo del motor.

Lo valoro bien. Va a depender de ellos mismos. Ya tienen la herramienta, ya tienen el coche para ganar a los pilotos que están un poco más asentados en el Dakar y que siempre han estado peleando por ganarlo. Ese es el mundo del motor y me parece estupendo.

Hombre, Nasser es sin duda alguna uno de los grandes favoritos para el Dakar. Es un grandísimo piloto y pelear con él siempre es difícil. En este coche no va a dejar de serlo porque Prodrive es un coche competitivo y es un coche ganador, por lo tanto, va a ser difícil, como ha sido siempre.