PÁDEL

La odisea de los jugadores de pádel en silla de ruedas para poder competir

Los deportistas se enfrentan a dos problemas fundamentales: dificultades económicas y poco apoyo institucional.

Exhibición de jugadores profesionales en Tarancón. /RELEVO
Exhibición de jugadores profesionales en Tarancón. RELEVO
Álvar Madrid

Álvar Madrid

Las barreras están para romperlas, en la vida y en el deporte. Una discapacidad no debe ser la excusa para dejar de practicar cualquier actividad física, es más, podríamos decir sin equivocarnos que es la mejor vía de escape. Y es el pádel en silla de ruedas una práctica que sirve como reducto y que, además, está muy extendida desde hace bastante tiempo. A pesar de ello, se encuentra con un gran obstáculo: cuenta con muy poco apoyo por parte de las instituciones deportivas.

Respecto al reglamento y al juego, es muy parecido al pádel normal, salvo por dos diferencias bastante notables. La primera y evidente, es que juegan sobre una silla de ruedas, y la segunda es que la pelota de pádel puede botar dos veces en vez de una. La silla es interpretada como parte del cuerpo, la bola no puede pegar en ningún sitio de la misma. Los jugadores no necesitan unas instalaciones especiales, simplemente con que la pista de pádel esté a ras del suelo y no haya barreras arquitectónicas como escaleras para acceder, sería suficiente.

A nivel nacional, la competición está distribuida de la siguiente manera. La Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física organiza el Circuito Copa de España, que consta de 17 pruebas distribuidas por todo el territorio y dos campeonatos de España. Uno por selecciones autonómicas y otro por parejas. Los puntos que van obteniendo los participantes en estas pruebas les dan la posibilidad de participar en la última prueba de la temporada donde juegan las mejores ocho parejas de España. Hay en torno a 120 licencias federativas en toda España, aunque muchos jugadores no están federados, ya que disputar el circuito supone un coste económico bastante elevado.

Sin ayuda económica

Para conocer un poco más sobre este deporte, hemos hablado con Sergio Seco, coordinador nacional de Pádel en silla de ruedas de la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física (FEDDF). Además de ejercer su cargo federativo, lleva vinculado al pádel en silla desde 2014, primero trabajando en el Club Deportivo Advantage y después ejerciendo de Juez de Silla en campeonatos nacionales.

Sergio explica que es la FEDDF la encargada de llevar las riendas del pádel en silla tanto a nivel licencias como a nivel competiciones: "Hace unos meses hemos llegado un acuerdo con la Federación Española de Pádel (FEP), por el cual entramos a trabajar conjuntamente para dar más visibilidad al Pádel en silla. De momento no aportan nada a nivel económico, ni se encargan de organizar la competición. La idea es que cuando el deporte vaya creciendo más, sea la propia FEP la que coordine el deporte en vez de la FEDDF, como ocurre con el tenis".

El hándicap más importante para los jugadores es el tema económico. Sergio confirma que desde la Federación no tienen suficiente presupuesto para subvencionar a los jugadores: "Ahora mismo los jugadores tienen problemas para financiarse la competición. No reciben ningún tipo de ayudas federativas y se tienen que costear los viajes, alojamiento y manutención. Los patrocinios de algunas marcas están empezando a llegar, pero todavía no son suficientes". Algunas marcas como Siux, Kuikma, Bullpadel o Adidas están patrocinando jugadores. Sobre todo, se trata de una donación de material, palas y ropa en su mayor parte".

El partido contra la discapacidad

Antonio Carneros escenifica una de esas historias de superación que tanto abundan en el deporte. Es de Alcázar de San Juan y tiene 44 años. Le diagnosticaron un tumor en la médula, ingresó en el hospital, pero los médicos no fueron capaces de ponerle solución al problema. El tumor fue creciendo hasta que rompió la médula y dejó a Antonio parapléjico. Un golpe muy duro que quiso superar desde el primer día: "La primera barrera a la que me tuve que enfrentar era mi casa. Tiene dos alturas y mi habitación está en el piso de arriba. Me empeñé en que yo tenía que subir la escalera, con la ayuda de mis hijos, tardé cuarenta y cinco minutos en llegar a mi cuarto, pero lo conseguí. Ese día le vencí la batalla a la discapacidad. Me dije a mí mismo que si había podido con esto, podría con cualquier cosa".

Su escarceo con el pádel en silla surgió de una manera natural. Porque Antonio jugaba antes de su problema en la médula. Después de salir del hospital decidió que la silla no iba a ser ningún impedimento y empezó a jugar. Las cosas le fueron saliendo bien, fichó por un club y los resultados llegaron de forma muy rápida "El primer año quedé octavo en el Campeonato de España, el segundo lo mejoré y alcancé el sexto lugar. Luego llegó el año de la pandemia y se paró todo. Además, tuve un problema cardiaco que me impedía jugar. Cuando lo superé volví a la pista como un toro y ahora estoy al 100%", asegura a Relevo.

Antonio Recogiendo un premio en un campeonato.  RELEVO
Antonio Recogiendo un premio en un campeonato. RELEVO

Además de ser jugador profesional, Antonio ayuda a su mujer en varios negocios online, lo que supone una carga extra: "Pasamos 17 fines de semana fuera de casa, más los entrenamientos. Esto hay que compaginarlo con la vida personal y familiar. Me gustaría agradecer a mis patrocinadores principales, Padel Nuestro y Siux, sin ellos no sería posible hacerme cargo de los gastos". Además aprovecha el momento para mandar un mensaje a la Federación Española de Pádel: "Deberían buscar un sistema para ayudar a los jugadores en silla. No recibimos ni un solo euro de la FEP. Los animo a buscar patrocinios privados y a hacerse más partícipes en este deporte".

Marcos Cambronero, madrileño de 41 años, es otra de las grandes figuras del pádel en silla. Dentro del circuito hablan de él como una de las personas imprescindibles para que el deporte siga creciendo. Jugaba al pádel habitualmente hasta que tuvo un accidente de tráfico. Después de 13 operaciones y de mucho sufrimiento para recuperarse, consiguió volver a jugar, pero con una leve cojera. Un día probó el pádel en silla y descubrió un mundo apasionante.

La vitalidad, la fuerza y las ganas de vivir de Marcos son contagiosas. Su día a día es un no parar, sale de casa a las 6:30 de la mañana para ir trabajar en una oficina ayudando a gente con discapacidad a que encuentre trabajo. Las tardes las ocupa en el deporte, entrenamientos propios y gimnasio, combinado con ser profesor de pádel para gente con discapacidad tanto física como psíquica. Los fines de semana los dedica a competir y a su tiempo libre.

Ahora mismo es el cuarto del ranking y quiere dejar muy claro un mensaje: "Tanto las federaciones como las marcas tienen que entender una cosa: somos profesionales, no somos una ayuda social. Para que un jugador pueda vivir de ello, debería tener unos ingresos de unos 15.000 euros anuales. Sólo el coste de las 10 salidas obligatorias que impone la Federación estaría rondando los 3.000 euros".

Marcos Cambronero sacando una bola imposible.  RELEVO
Marcos Cambronero sacando una bola imposible. RELEVO

Otro de los problemas a los que se enfrentan es el coste de las sillas: "Las ortopedias tienen totalmente bloqueado el mundo de la discapacidad. Llevamos un tiempo trabajando con Decathlon para que puedan comercializar sillas adaptadas a un precio económico. Si todo va bien, en unos meses saldrán al mercado. Esto es una grandísima noticia para todos los que practicamos algún tipo de deporte en silla de ruedas", señala Marcos.

En esta pequeña aproximación al pádel en silla no se puede obviar a otra de las partes importantes de la industria. Es la gente que organiza los torneos, en la mayoría de los casos personas comprometidas con la sociedad y que lo llevan a cabo de una manera totalmente altruista.

José Luis Calzón, alias 'Beto', es el organizador del Open Nacional de Tarancón. Sus primeros contactos con el pádel fueron en 2011. Hizo el curso para ser monitor nacional por la Federación de Castilla la Mancha y una formación en la Asociación de Pádel para Todos (Aspado) para dar clases a personas con discapacidad intelectual y física. A raíz de conocer a gente que lo practicaba, decidió dar el salto y organizar un torneo oficial en su localidad. "La idea de organizar el torneo surgió de una manera natural. Trajimos a los cuatro mejores jugadores del mundo a hacer una exhibición y todo el mundo quedó encantado, tanto la gente del Ayuntamiento como el público que se acercó a verlo", afirma.

Beto durante la entrega de trofeos del Open de Tarancón  RELEVO
Beto durante la entrega de trofeos del Open de Tarancón RELEVO

Por definición, Beto hace esta labor de una manera desinteresada, incluso él tiene que poner dinero para que el torneo salga adelante: "Los organizadores tenemos que poner 1.500 euros en 'ayudas' para que los jugadores puedan costearse los gastos. Este dinero se reparte equitativamente entre los participantes que puedan necesitar".