Marta Marrero, una madre en la élite del pádel: "Más de una vez tuve que ir al baño a sacarme leche en plena competición"
La jugadora canaria atiende a Relevo para contar cómo está compaginando su reciente maternidad con la exigencia que conlleva competir al más alto nivel en Premier Padel.
Si hay una persona a la que le queden pocas cosas por hacer en el mundo del deporte es a Marta Marrero (Arucas, 1983). La canaria, que afronta ahora la recta final de su carrera, llegó a competir en Roland Garros y Wimbledon antes de que una lesión de tobillo le llevase a cambiar la raqueta por la pala. Sin saberlo, ese trueque le cambió la vida hasta el punto de entrar en los libros de historia del pádel al ser número uno del mundo en dos ocasiones: primero con Alejandra Salazar en 2016 y después con Martita Ortega en 2019.
Con el paso del tiempo, el desgaste de la competición y una voz interior le hicieron plantearse un 'reset' en su vida que terminó llegando en 2022, cuando anunció que dejaba el pádel para ser madre después de haberse dedicado en cuerpo y alma al deporte desde que era una adolescente. Muchos vaticinaron por aquel entonces que se trataba de un adiós definitivo, pero se equivocaron. Y es que el pasado mes de junio, tras un año y medio en el dique seco, decidió volver al 20x10 a pesar del sacrificio a nivel físico y económico que ello suponía.
A sus 42 años, justo antes de debutar en el primer torneo de la temporada de Premier Padel en Riad, Marta Marrero atiende a Relevo para charlar sobre su vuelta al circuito, sus viajes por todo el mundo acompañada de un bebé para matar el gusanillo de volver a competir al más alto nivel y lo que le espera en el que, según desvela, será casi con total seguridad su último año como jugadora profesional.
¿Cómo ha ido la pretemporada? Entiendo que las sensaciones han sido diferentes a las que tuviste cuando se produjo tu vuelta al circuito en junio, ya que en ese momento el calendario no daba tregua.
Bastante bien, mi cuerpo está respondiendo bien y estoy muy contenta por cómo me estoy sintiendo en la pista. El año pasado no pude hacer la pretemporada que me hubiese gustado y esta vez he entrenando muchísimo. Hacía muchos años que no entrenaba tanto.
¿Cómo te has visto en tu vuelta a la competición después de estar año y medio alejada de las pistas? ¿Mejor o peor de lo que esperabas?
Empecé bastante mejor de lo esperado con Aranza Osoro, ya que hicimos cuartos de final en el Burdeos P2, nuestro primer torneo juntas. Confiaba bastante en esa pareja, de hecho íbamos de menos a más. Sin embargo, tras la separación con Aranza todo fue un poquito más duro.
Entendí su decisión de separar nuestros caminos porque ella buscaba entrar entre las ocho primeras parejas y conmigo era más complicado al no tener ranking. Creo que era una pareja que podría haber llegado más lejos, pero necesitaba rodaje y tiempo. Ella sintió que necesitaba resultados lo antes posible para entrar al Master Final y eso le llevó a buscar otro proyecto.
A nivel personal fui de menos a más en cuanto a juego, pero los resultados fueron de más a menos, por tanto acabé el año con dudas. Me llevé pocas alegrías. Una vez acabó la temporada no sabía muy bien qué hacer, estuve esperando para ver con quién jugaba este año. No sabía si iba a seguir con Ksenia Sharifova o no. Tenía en mente jugar con Virginia Riera pero no estaba en mis manos… hasta que al final me dio el sí.
Entonces llegaste a plantearte no continuar jugando...
Me entraron dudas porque a nivel familiar era complejo teniendo a la niña. Lo hablé mucho con mi marido, hubo incertidumbre de cara al 2025 porque la temporada es muy exigente, con viajes muy largos, y pensaba: "¿Cómo voy a gestionar los torneos?". Tenía ganas de seguir y completar toda la temporada, pero también debía mirar el global y ver si me compensaba. Finalmente, he decidido probar un año más.
¿Con qué momento te quedas de estos seis meses?
Me quedo con el primer torneo, viajé con mi marido y mi niña a Burdeos. Fue muy emocionante tenerlos allí apoyándome y además las sensaciones fueron muy buenas con Aranza.
Dijiste antes de tu vuelta a la competición que sabías que habría muchos ojos puestos en ti, en cómo volvería a jugar Marta Marrero tras un año y medio en el dique seco. ¿Cómo has llevado esa presión extra?
Sí, por momentos piensas que hay muchos ojos mirándote, gente preguntándose cómo vas a volver, cómo vas a gestionar todo y el nivel que vas a mostrar. Sabía que existía esa curiosidad en torno a mi vuelta pero creo que lo llevé bastante bien. No me he presionado, no tenía nada que demostrar e intenté centrarme en mejorar poco a poco, sentirme más competitiva, estar cada día mejor físicamente… No me puse ningún reto ambicioso, me lo tomé bastante bien.
¿Cuántos meses estuviste preparándote para volver a jugar? ¿Cómo fue la readaptación a la competición?
Fue todo muy progresivo. Primero empecé con los trabajos de recuperación del parto. El pádel es un deporte de impacto y tras el embarazo tuve que centrarme en recuperar bien todo el suelo pélvico. Mi fisio me dijo que era muy precipitado volver. Yo quería empezar a jugar al pádel lo antes posible y me metí en pista solo cuarenta días después de dar a luz. Me llegó a decir: "Marta, no te lo recomiendo. Espérate seis meses y vemos…" pero no le hice mucho caso (se ríe).
Me costó un poquito. Forcé la máquina y tuve varios problemas pero progresivamente fui mejorando hasta sentirme bien, que ya fue cuando entré en competición y mi cuerpo volvió a su sitio.
¿En qué momento tomaste la decisión definitiva de volver a competir? ¿Qué fue lo que te llevó a ello?
Cuando estuve embarazada vi más pádel que nunca y tenía el gusanillo de estar ahí, de jugar en lugares en los que no había competido nunca. Lo veía difícil porque sabía que mi logística no iba a ser fácil al tener a la niña.
Se fue dando todo poco a poco. Los primeros meses fueron durísimos porque le daba el pecho a Flavia y cada dos horas se despertaba, pero cada vez iba descansando mejor porque es más buena que el pan. También jugó un papel importante Mati, mi nuevo entrenador. Me motivaba el hecho de aprender cosas nuevas con él y me animó mucho a que volviese a las pistas.
Poco a poco empecé a entrenar, sentía el gusanillo de volver a competir y una vez tuve la logística organizada para viajar con la niña, empecé a ver la luz y me animé a intentarlo.
¿Cómo ha sido esa logística que comentas para acudir a los torneos?
Tenía claro que quería viajar con la niña y vivir esta experiencia con ella, pero para ello necesitaba ayuda. Mi marido no ha podido viajar conmigo porque está enfocado en el proyecto de clubes de pádel que tenemos, por lo que me ha estado ayudando una chica. Se quedaba con la niña cuando yo me iba a entrenar y ha viajado conmigo a los torneos. Sin ella hubiese sido imposible volver a jugar.
Entonces, ¿te ha acompañado Flavia a todas las pruebas?
Solo hubo un par a los que no me la llevé, pero lo cierto es que ha aguantado muy bien el resto de viajes, de lo contrario hubiese sido imposible y tendría que haberme planteado hacer otra cosa. Me lo ha puesto muy fácil.
Es un show viajar con la niña, se lo puedes preguntar a cualquier jugadora. Volé con ella sola a los últimos dos torneos cargada de maletas, el carrito, el paletero… porque tenía una amiga en Dubái que se iba a quedar con ella. En el viaje de vuelta, tuve la suerte de volar con compañeras y una se encargaba del carro, otra de la bolsa de la niña… no paraban de preguntarme cómo lo había hecho para hacer el viaje de ida sin ayuda.
A pesar de las dificultades de la logística, terminaba sacando mi papel de madre en los momentos libres que tenía durante los torneos y si estaba mal tras un partido, se me pasaba desde el minuto uno en el que la veía.
¿Te ha afectado el hecho de conciliar tu maternidad con el pádel profesional? Tienes que lidiar con una responsabilidad extra que el resto de jugadoras no debe afrontar.
Viví dos fases diferentes. La primera cuando le daba el pecho a Flavia y la segunda cuando dejé de dárselo. Durante la primera, la niña era demandante total y tenía que estar todo el rato conmigo. Cuando acababa los partidos, tenía que ir corriendo a alimentarla, imagínate si el partido duraba más de dos horas… Recuerdo en más de una ocasión tener que ir al baño a sacarme leche en plena competición porque claro, cuando se alargaban los partidos la situación se complicaba… lo llevé como pude.
Esa etapa fue complicada porque la niña dormía conmigo y al final no descansaba como tenía que descansar, pero también sientes una fuerza extra. Ya me habían comentado esto último, que cuando eres madre y das el pecho parece que tienes más energía. Yo la verdad es que no sé de dónde la sacaba, pero había días que había dormido cinco horas y tenía partido y me decía: "Ya verás, hoy no me voy a poder mover…" y ese día a lo mejor rendía más que otro día en el que había dormido más. La verdad es que es un poco incompatible porque al final mis rivales descansan más que yo, pero ya sabía por lo que iba a pasar y con eso fui para adelante.
En la segunda fase, la chica que me acompañaba llevaba la rutina de la niña y yo tenía más libertad para seguir mis horarios de entrenamiento y competición. Gracias a ello se fue regulando todo poco a poco y ya pude descansar mejor, que para mí es súper importante.
¿Has recibido ayuda por parte del circuito? Tuviste que luchar para que te protegiesen el ranking.
He recibido atenciones que me han venido bien, pero también he tenido problemas. Por ejemplo, en alguna ocasión he tenido que estar buscando a alguna madre que viviese en la ciudad en la que competíamos para que me dejara una sillita para la niña.
También está el tema de los horarios. A mí una vez me pusieron un partido en uno de los últimos turnos y eso ya supone irme a dormir muy tarde. Yo tengo que seguir los horarios de la niña, sobre las 21:30 estamos durmiendo en casa porque por la mañana se despierta temprano.
Creo que ese tipo de detalles se podrían tener en cuenta. Seguramente si lo pides te lo aceptan, porque en ese sentido tienen bastante flexibilidad, pero hay cosas que pueden mejorar. Somos varias en esta situación, como por ejemplo Lea Godallier y Giulia Sussarello. Al final, el circuito no está preparado para tener a madres compitiendo en él.
¿Va a seguir acompañándote Flavia esta temporada?
Me gustaría poder viajar con ella a la mayoría de torneos. Será difícil, porque hay viajes que veo un poco complejos para llevármela, pero espero poder tenerla cerquita las máximas semanas posibles.
¿Te han salido rentables económicamente estos meses de competición?
No he hecho cálculos concretos pero ya tenía en mente que iba a ser un año de pérdidas y que había que apechugar. Además, tuve que sumarle el extra de viajar con la niña y un acompañante, lo que supone pagar otra habitación de hotel y más gastos aparte.
Sé que he salido a pérdidas. La situación es bastante compleja en el circuito porque afrontamos muchísimos gastos y los premios económicos no son ninguna locura, así de claro te lo digo. Como no hagas cuartos de final, pierdes dinero. Yo solo hice cuartos de final una vez en todo el año… con eso te lo digo todo.
El ingreso principal de los jugadores y jugadoras de pádel viene a través de los patrocinadores en la mayoría de los casos. ¿Te ha afectado el hecho de ser madre a la hora de firmar patrocinios?
He tenido la suerte de que he contado con apoyo, la mayoría han seguido acompañándome. Cuando decidí dejar el pádel, se lo comenté a mis patrocinadores por aquel entonces y también hice público que mi idea era volver. Hubo algunos que no creyeron en mí, pero los que confiaron me siguen apoyando y estoy súper agradecida, es necesaria esa ayuda porque ahora tenemos muchísimos más gastos que antes.
Se puede decir que has roto esquemas: te has retirado, has sido madre y has vuelto a jugar al pádel a nivel profesional. No muchas pueden decir algo así.
Ojalá mi ejemplo sirva para animar a más jugadoras a alargar sus carreras. Yo creo que no estamos acabadas por tener 39, 40 o 45 años. Por ejemplo, tú ves a la 'Portu' (Ana Catarina Nogueira) jugar y corre más que muchas jóvenes. El hecho de cuidarse, tener una vida saludable y entrenar a conciencia puede alargar tu carrera.
Cuando jugaba al tenis, recuerdo que se decía que cuando superabas la barrera de los 30 años tenías que empezar a plantearte el retiro y muchas jugadoras lo hacían. Ahora ves que alargan sus carreras más tiempo. Tenemos muchos más medios y un equipo mucho más grande para prolongar nuestras carreras deportivas y eso es buenísimo.
Volviendo al aspecto deportivo, ¿has notado algún cambio en cuanto al estilo de juego en el circuito femenino después de año y medio sin competir? Parece que ahora se practica un pádel menos táctico y más directo.
No lo he percibido así. Ha habido parejas con un juego muy agresivo como las 'Gemelas Atómikas', Patty Llaguno y Eli Amatriain, Lucía Sainz y Gemma Triay…
Sí que ha crecido para mí el nivel de las jugadoras que están por debajo de las ocho primeras posiciones del ranking. Se nota que el pádel se ha profesionalizado, que las jugadoras están súper preparadas. Ha subido muchísimo el nivel y las jóvenes vienen muy fuertes físicamente.
Tras la separación con Aranza Osoro tuviste un breve periplo con Bárbara de Las Heras y acabaste el año con Ksenia Sharifova. ¿Qué te llevas de esas etapas?
Creo que a Bárbara y a mí nos costó adaptarnos al juego, nos faltaba rodaje. Creo que no era el momento para competir juntas. Necesitábamos a nuestro lado a alguien que viniera de ganar partidos, que tuviera confianza para sacar los partidos adelante… y no estábamos en esa situación ninguna de las dos.
Ksenia me sorprendió mucho, tanto como jugadora como a nivel personal. Tuvimos muy buena conexión desde el principio. Creo que va a llegar arriba porque tiene algo diferente mentalmente y mucho potencial en su juego. Quizás en otra etapa de mi carrera podríamos haber continuado juntas, pero lo veía como un proyecto a largo plazo, y yo necesito cosas ya. No sé si está bien o mal, pero durante toda mi carrera he tomado este tipo de decisiones y creo que debo tener a mi lado a alguien que esté en mi línea de experiencia como Virginia. A veces me he equivocado pero creo que Virginia Riera tiene una madurez que quizás Ksenia no la tiene a día de hoy.
¿Cómo se gestó esa unión con Virginia Riera? Vais a empezar la temporada como pareja diez del circuito.
El año pasado contacté con ella varias veces durante la temporada, pero no tuve éxito (se ríe). La tenía en mente, me apetecía mucho jugar con ella. Llevamos muchos años jugando en contra como rivales y pensé que podríamos formar una buena pareja.
Mi hándicap era el ranking; estaba muy atrás. Se me complicaba poder convencer a jugadoras que estuviesen más arriba, pero por suerte Virginia aceptó el reto y podemos decir que estamos contentas ya que las sensaciones en pista están siendo muy buenas.
Virginia ha afirmado en una entrevista con Energy Padel que su objetivo es terminar el año jugando el Master Final. ¿Compartes esa ambición?
A ver, no lo hemos hablado directamente pero para mí acabar el año entrando en el Master Final sería un súper éxito. Este 2025 buscaré sentirme competitiva, poder disfrutar en pista y conseguir buenos resultados. Sueño con poder estar otra vez en una final de un torneo. Soy feliz y estoy radiante cuando gano.
Hablando del circuito... ¿Qué te parece el nuevo calendario de Premier Padel?
A mí me gustaría jugar todo en España, pero más por mi logística que por otra cosa. Pienso que es bueno que el circuito se expanda y vayamos cada año a países diferentes para que nos conozcan en más sitios, pero también hay que ver si eso es viable y si realmente el propósito de la internacionalización está bien planteado.
Hay países a los que creo que todavía les falta recorrido para acoger un torneo de Premier Padel en el que están los mejores jugadores y jugadoras del mundo. Para mí se metió la pata en varias sedes el año pasado. No quiero decir lugares, pero en mi opinión hubo países que no estaban preparados para recibir un Premier Padel.
¿Qué opinión tienes respecto a los premios económicos que se reparten en el circuito femenino? Me has comentado que si no llegas a cuartos de final puedes llegar a perder dinero por jugar.
Soy muy clara, contundente y no me callo. Para mí, ahora mismo no es viable viajar tanto y tan lejos con los premios económicos que se reparten. Además, el dinero que recibimos por parte de los patrocinadores no es tan elevado como para poder llevar ese ritmo. Es muy complejo, y más ahora que los cuadros van a pasar a ser más pequeños.
Creo que deben igualar los premios con los chicos para que esto sea viable para nosotras. No es sostenible con el tiempo porque nadie quiere perder dinero cuando trabaja. Si el dinero de los patrocinadores baja, los premios deben subir para que la balanza sea favorable. De lo contrario, muchas jugadoras se van a quedar en el camino.
En cuanto a aspectos relacionados con el juego, ¿te gustaría que cambiase algo? Algunos jugadores han comentado públicamente que les gustaría que volviese el punto de oro y jugar más torneos indoor.
En su momento voté punto de oro, en mi opinión es importante porque acorta los partidos y los hace más emocionantes para el espectador. También me gustaría jugar más torneos indoor pero creo que una mezcla con outdoor está bien. Creo que hay más espectáculo en los torneos indoor y el nivel de los jugadores es mayor, pero me gusta ver el pádel en diferentes ámbitos también.
En relación a este tema, Franco Stupaczuk realizó unas declaraciones polémicas en las que dijo que se debería jugar un super tie-break en el circuito femenino si se producía un empate a sets porque los partidos se hacían demasiado largos.
Mi amigo 'Stupa', al que le tengo mucho cariño, dijo una burrada (se ríe). Creo que ahí patinó un poco. En mi opinión sería un atraso para el pádel femenino. Creo que sería importante que volviera el punto de oro, pero no solo en el circuito femenino, sino también en el masculino.
Para ir terminando... ¿Tendremos Marta Marrero para rato?
Los haters me quieren retirar ya (se ríe). Yo creo que este será mi último año. Más que nada porque la niña ya tendrá dos años y medio, y me gustaría llevarla a la guardería, después al cole… y que su vida esté un poquito más organizada. Flavia es mi prioridad.
Además, ya tengo 42 años. Creo que tengo que aprovechar ese año a tope, que estoy súper ilusionada, con muchas fuerzas, y también tengo otras metas y proyectos personales, sobre todo disfrutar de mi familia, que creo que me lo merezco.
Si charlamos de nuevo a principios de 2026, con la temporada ya finalizada, ¿qué te gustaría tener que contarme?
Que he sumado buenos resultados, he llegado a una final y he conseguido ganarla. Y ya si puedo retirarme en el Master Final en Barcelona, en mi casa… sería todo un sueño.