Cómo cambia un partido de pádel con un jugador zurdo y por qué es una ventaja
No es casualidad que muchas de las mejores parejas de la historia están formadas por un jugador zurdo y uno diestro.

En los deportes de raqueta, y el pádel lo es aunque se utiliza una pala, ser zurdo es una ventaja competitiva. Así lo demuestra el hecho de que Rafael Nadal fuese criado como si su mano dominante fuese la izquierda, cuando en su día a día utilizaba la diestra para tareas cotidianas como escribir o comer. Según explicó posteriormente Toni Nadal, exentrenador del tenista balear, en realidad nunca le forzó a jugar con su mano menos buena.
En una entrevista ofrecida a Punto de Break, el célebre tío Toni aseguró simplemente le prohibió que jugase a dos manos. "Él jugaba a dos manos y cuando venía la pelota por el centro, él se colocaba y se ladeaba hacia la derecha por lo que golpeaba con la izquierda y yo pensaba que era zurdo", rememoró. Sea como fuere, el consejo no le resultó nada mal. El tenista español, jugando con la izquierda, se convirtió en uno de los mejores de la historia. Varios fueron los oponentes que destacaron lo difícil de jugar contra un zurdo.
El pádel, no obstante, tiene una diferencia significativa con el tenis: se juega en parejas. Vale, en el tenis también existen los torneos de dobles, aunque son infinitamente menos relevantes que el cuadro individual. En el momento en el que se introduce un jugador zurdo en la pareja, todo cambia de lado. No es una desventaja, pero existe un periodo de ajuste. Sobre todo, si el otro integrante del tándem es diestro.
Dónde debe jugar un zurdo en pádel
La principal cuestión que se debe establecer es el lado de la pista en el que debe jugar cada miembro de la pareja. Un jugador zurdo de pádel se colocará siempre en el drive. Esto es por un motivo muy claro, de esta manera su pala queda de forma natural en el centro de la pista. Teniendo en cuenta que la gran mayoría de bolas a lo largo de un partido van a la zona central, esto implica una mejor devolución.
En la práctica, jugar con un zurdo en el drive es, en realidad, como contar con otro jugador de revés. Esto implica que los dos integrantes de la pareja poseen la capacidad de ir hacia adelante, atacar y ganar puntos. Algunos de los mejores jugadores de drive del mundo son zurdos, incluidos el que para muchos podría ser el mejor de la historia: Pablo Lima. El brasileño, que formó un exitosísimo tándem junto a Fernando Belasteguín, hizo de su mano izquierda una de las armas más temidas del circuito profesional. En el cuadro femenino, Paula Josemaría, habitual en la primera posición del ranking mundial, es otro ejemplo de la ventaja competitiva que supone tener la mano dominante izquierda a la hora de empuñar una pala.
Problemas de jugar con un compañero zurdo
No obstante, formar pareja con un jugador zurdo siendo el otro miembro del dúo diestro implica un periodo de adaptación por ambas partes. El principal punto de conflicto estaría en el centro de la pista, el lugar donde los dos jugadores poseen sus palas una al lado de otra. Ahí, la compenetración y el tiempo de juego acumulado son claves. Sobre todo, a la hora de saber a qué bolas debe ir uno y otro, para evitar choques eludibles o descuidar el resto de la pista.
Para ello, lo importante y principal es la comunicación. En términos generales, mantener una comunicación fluida entre los integrantes de la pareja es clave en el pádel. No es necesario que sean conversaciones interminables, pero sí un flujo constante de información clara y concisa. En muchas ocasiones, con uno o dos términos que permitan que los dos jugadores vayan a una basta.
Además, es muy útil establecer unas normas mínimas en la pareja. Sobre todo, en las situaciones potencialmente más confusas. La más común de ellas: ¿quién debe cubrir el centro? Una buena solución a esta diatriba es que el centro sea cubierto por el jugador que recibe la pelota desde el rival que está situado en su lado opuesto. No obstante es tener en cuenta que en el caso de una pareja formada por un diestro y un zurdo las tareas se reparten más, por lo que se deben ceder bolas al compañero que, en caso de ser dos jugadores diestros, no se cederían. Al fin y al cabo, se trata de un proceso de adaptación y, sobre todo, potenciar las virtudes de la pareja y esconder sus debilidades.