SUPERACIÓN

La larga lista de deportistas que compitieron lesionados

Jameis Winston jugó este año un partido de la NFL con cuatro fracturas en la espalda.

Jameis Winston, ayer, durante el partido que enfrentó a New Orleans Saints con Tampa. /getty
Jameis Winston, ayer, durante el partido que enfrentó a New Orleans Saints con Tampa. getty
Óscar Méndez

Óscar Méndez

En cierto modo, el deporte profesional es un acto de superación, físico y mental. Hombres y mujeres que se preparan para llevar a su cuerpo al límite, a veces contra su salud. Lesiones musculares, roturas de huesos, contusiones... Es habitual que los deportistas jueguen con algún tipo de lesión. El último exponente de una interminable lista de profesionales que han competido lesionados es el de Jameis Winston. El quarterback de los New Orleans Saints se enfrentó hace unas semanas a Tom Brady y los Tampa Bay Buccaneers con cuatro fracturas en la espalda. 

Con protecciones especiales y mucho dolor. Así saltó aquel día Winston al terreno de juego. No fue su mejor partido, sufriendo incluso recibió tres interceptaciones, pero completó todo el duelo. "Todos en el vestuario estaban jugando con algún tipo de golpe. Lo principal es centrarme en la ejecución, y no ejecuté", lamentó el jugador de los Saints. No es la primera vez que sufre una lesión importante. El noviembre del año pasado tuvo que poner punto y final a su temporada después de romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla.

Winston, sin embargo, no es el primer deportista de élite que compite lesionado. Hay muchos más ejemplos:

Rafael Nadal

Rafael Nadal Parera es el claro ejemplo de superación en el deporte. El tenista balear ha competido más de media vida con problemas físicos, con los que ha aprendido a convivir sin perder un ápice de su nivel. Sin embargo, lo conseguido en 2022 roza lo milagroso. Nadal sufre desde hace mucho tiempo el síndrome de Múller-Weiss, una dolencia en el escafoides que le deja literalmente cojo. Para sobrellevarlo ha tenido que jugar infiltrado, sin sentir el pie, y gracias a ello ha podido conquistar este curso el Abierto de Australia y Roland Garros.

Franz Beckenbauer

Junio de 1970, semifinales del Mundial de fútbol entre Italia y Alemania. Ya en la prórroga, la estrella germana Franz Beckenbauer sufrió una dura entrada que le lastimó el hombro. El combinado teutón no tenía más sustituciones, por lo que el jugador se vio obligado a permanecer en el campo con el brazo inmovilizado. Finalmente, Italia venció por 4-3 y se clasificó para la final, donde caería ante la Brasil de Pelé. El fútbol le dio la revancha a Beckenbauer y cuatro años más tarde levantaría la copa del mundo con su selección.

Franz Beckenbauer, lesionado en el hombro durante la semifinal de 1970.  getty
Franz Beckenbauer, lesionado en el hombro durante la semifinal de 1970. getty

Michael Jordan

Uno de los seis anillos de Michael Jordan tiene un componente dramático. El quinto partido de la final entre los Chicago Bulls y los Utah Jazz de 1997 es recordado como 'The flu game'. ¿El motivo? La estrella de los Bulls lo jugó con 38 de fiebre, escalofríos y casi deshidratado. Su equipo escondió el verdadero estado del jugador, que sin embargo se fue hasta los 38 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias para darle la victoria a la franquicia de Illinois. Poco después, Jordan y sus compañeros consiguieron el quinto de sus seis anillos de campeón.

Michael Jordan durante un partido de la NBA en 1997.  getty
Michael Jordan durante un partido de la NBA en 1997. getty

Shun Fujimoto

Japón llegó a los JJOO de 1976 como la gran potencia de la gimnasia masculina mundial. El oro parecía claro, para ellos, pero todo se pudo truncar tras la lesión de Shun Fujimoto, una de sus estrellas. Durante un ejercicio preliminar, una mala caída sobre la colchoneta provocó que el gimnasta nipón se rompiese la rótula. El japonés ocultó su dolencia a sus compañeros y completó dos rutinas casi perfectas, haciendo marca personal en anillas. Gracias a su actuación, Japón se aseguró el oro olímpico. 

John Stephen Akhwari

La prueba de maratón es una de las pruebas más exigentes del atletismo. John Stephen Akhwari bien lo sabe. En 1968, en los JJOO de México, el tanzano apareció en el estadio más de una hora después del ganador, que incluso junto al segundo y tercer clasificado ya se habían bajado del podio. Lo hizo con la rodilla completamente vendada y chorreando sangre. Su objetivo no pasaba por ganar, sino por acabar la carrera, y durante los últimos metros estuvo acompañado por los miles de aficionados presentes en el estadio, que le ofrecieron una enorme ovación.