Laura Ester enseña el 'shock' mental de un deportista en su recta final: "Si le pasó a Jennifer Pareja nos puede pasar a todas"
La portera se despidió del CN Sabadell a los 34 años e intenta cambiar el chip antes de los Juegos Olímpicos de París.

El pasado viernes Laura Ester se despidió del CN Sabadell después de 14 años. Llegó al club con apenas 20 dispuesta a comerse el mundo y salió de él con 44 títulos después de un periodo imborrable de la entidad reina del waterpolo español y motor de la Selección. Un final que ya podía intuir por edad e intenciones del club pero que no por eso ha sido ha sido un 'shock' mental. ¿Y ahora qué? Se pregunta mientras descansa apenas cuatro días para afrontar los Juegos de París. Y después seguramente un cambio de objetivos y una transición hacia la retirada que abre un nuevo camino en los deportistas. Sobre su glorioso pasado, el choque mental del presente y el futuro incierto reflexiona la portera de Sants, que se relaja leyendo a la espera de volver a las piscinas.
Último partido después de 14 años en Sabadell y homenaje de tu club. ¿Sentiste algo contradictorio en ese momento?
Percibí que la gente te quiere y que te lo demuestra, no solo con el homenaje, sino con el después, sobre todo muchos padres y muchos niños y niñas. Mi equipo me lo demuestra cada día, pero toda esa gente te hace ver que quizás algo estamos haciendo bien. Ahora mismo no soy consciente de la realidad. He pensado en que se acaba la temporada, y no en que no volveré a Sabadell de local.
¿Es cierto que el Sabadell te dijo que buscaba una portera?
El año pasado estuvimos hablando de todo un poco y sabía que la idea era buscar una portera joven para poder pasar el relevo. Mi objetivo era ayudarla para que fuera una portera de futuro. Yo soy consciente de mis 34 años y de que no voy a durar 10 más y al final eso es lo más normal del mundo. Pero tampoco sabía mucho más.
¿Y cómo te enteras de lo de Laura Aarts?
No lo entendí, me enteré por terceras personas. Fue lo que más me dolió. Al final es el club en el que llevo 14 años y obviamente me hubiese gustado enterarme. Pero lo hecho, hecho está. Ya no hay vuelta atrás evidentemente. Hemos intentado acabar de la mejor manera posible; obviamente sí que me hubiese gustado acaba la temporada mejor y con otro título. Tanto para el equipo como para el club, pero en esta en ese caso no ha podido ser.
¿Y sabes qué harás el año que viene?
Mi idea es seguir un año más. Llevo bastante tiempo diciendo que voy año a año. Creo que el cuerpo y la cabeza me siguen aguantando. En el momento en el que me entero de que no seguiré digo ¿y ahora qué, Laura? Intento buscar un plan B. He hablado con algún club a nivel nacional e internacional, pero no tengo nada claro ni cerrado.
¿A un deportista le preparan para un momento así?
Creo que no te preparan para ello. Lo que pasa es que sí que caemos en el error de no prepararnos antes. Ves a gente que le pasa y tienes que ir mirando cómo lo afrontarás tú. Hay episodios que te avisan. Pero no eres consciente de ello.
"Lo que pasa es que sí que caemos en el error de no prepararnos antes"
¿Y cómo puedes prepararte para ello?
Vivimos en una burbuja que es diferente al mundo real. A veces nos preguntamos, ¿existe una realidad o es esta? Y piensas que para qué me voy a preparar. Ha habido compañeras que de la noche al día le ha venido el 'pum, hostia' y han dicho, ¿y ahora qué? Si le ha pasado a ella por qué no me iba a pasar a mí.
Viviste un ejemplo muy de cerca, el de Jennifer Pareja. ¿Qué aprendiste de aquello?
Fue un momento duro porque me tocó en lo personal. No era solo su compañera de equipo, era su amiga. Fue una situación que no esperábamos. Si le ha pasado a ella, nos puede pasar a todas. Era Jennifer, la cara visible del waterpolo, la mejor del mundo, la capitana. Y de un día para otro, se fue. Pero son decisiones en las que no te puedes meter, no puedes hacer nada. A cualquiera se le puede acabar todo en un día.
¿Falta tacto, en general, con los deportistas?
No sé si es tacto. No sé cómo actuaría yo si me encontrara en esa tesitura y tuviera que tomar una decisión. Yo lo veo desde la parte del deportista y hay momentos donde dices 'jolín, se puede hacer de otra manera'. Quiero pensar que yo lo haría de forma diferente, pero nunca me he encontrado con ello.
¿Has hecho dinero, títulos y medallas mediante, para poder hacer después de la retirada una transición tranquila?
Me lo he manejado bien. Puedo estar entre comillas tranquila. He cobrado del club que es algo no habitual en el waterpolo, y con eso vivía, y además he tenido en plan ADO, que es muy importante para deportistas como nosotras, que me ha permitido tener unos ahorros. No es una barbaridad, pero con los resultados que hemos tenido puedo estar tranquila si reduzco los ingresos como pasaría el próximo año hasta saber hasta dónde quiero encarar mi vida.
¿Recuerda el primer día que llegó a Sabadell?
Llevaba toda la vida en el Mediterrani, nunca había cambiado de club. Me estaba sacando el carnet de conducir y me cogía un libro e iba en tren desde Sants. Por las noches me venía a buscar mi padre. También iba a la universidad. Estuve dos meses así hasta que pude ir en mi propio coche. Era una sensación rara porque conocía a casi todo el equipo de la Selección, pero el sitio era diferente. Me facilitaron todo.
Y viviste grandes momentos, como las siete Champions. ¿Qué importancia ha tenido el Sabadell en el waterpolo femenino?
Es cierto que la competición ahora es más entretenida porque hay más competitividad. Disfrutamos más las victorias. Antes era muy fácil a nivel nacional. Ayudamos a que la Selección subiera el nivel y consiguiera éxitos. Nos pasábamos el año entero compitiendo juntas.
¿Con qué partido te quedas y con qué momentos?
Yo creo que me quedaría con la primera Final Four en casa. La del 2011 fue algo increíble por el hecho de que el primer año que llegó el Sabadell y era el mío también. No me esperaba ganar la Champions en la primera temporada. Nadie del equipo se lo creía. Me quedo luego con la parada a Ariadna Ruiz en las semifinales de la última Champions, que fue clave, y con el gol que marcó Mati Ortiz de vaselina cuando le remontamos al Olympiakos en nuestra casa.
Además de las medallas, ¿qué te llevas de estos años en el Sabadell?
Compañeras que se han convertido en amigas y en familia. Si empiezo a decir, seguro que me dejo a muchas. Hemos hecho un grupo muy unido en los últimos años. Somos el equipo más viejo y ahora disfrutamos de la amistad, de cenas, de sobremesas... ya no salimos tanto de fiesta. Eso ha hecho conocer mucho más a las personas. Nos juntamos con amigos y con las parejas, y muchos de ellos están en la grada, revolucionando todo con sus pelucas verdes. Eso hizo que saliéramos siempre ganando 1-0 los partidos.
No te hablo de amistad, que te pongo en un compromiso, pero sí de waterpolo. Quédate con una jugadora...
Siempre voy a tener debilidad por Jennifer. Es mi amiga y sigue formando parte de mi día a día pero yo creo que era una jugadora ejemplar.
Y ahora París. ¿Habéis hecho alguna promesa si ganáis el oro?
No somos mucho de eso, pero sí que vemos que es la gran oportunidad. Esta todo más abierto, vemos más factible poder ganar a Estados Unidos aunque hay mucha igualdad con Países Bajos, Hungría... Y Grecia, que siempre está ahí con su manera de jugar.