Ni 'Furor' ni el 'Grand Prix' ni la fama consiguieron tumbar a David Meca: "Me frotaba las manos si mis rivales se echaban novia"
Icono de la cultura pop en los 90, David relata en 'El Vestuario' cómo consiguió compaginar la natación en la élite con la fama.
Entrenamiento por las mañanas, grabación a mediodía, entrenamiento por las tardes y a la cama antes de las 21:00. Así fue la rutina durante muchos días para David Meca, que iba de plató en plató de televisión, unas veces en TVE, otras en Antena 3, otras en Telecinco, mientras conservaba la forma para seguir en lo más alto de la natación de larga distancia. David Meca combinó dos élites, la deportiva y la mediática, mientras aseguraba su futuro económico a la vez que amasaba un sinfín de retos en las aguas del Mediterráneo y el Atlántico. Los 90 eran tiempos de bonanza, sobre todo en la pequeña pantalla, y eso lo supo aprovechar David a costa de vivir, porque brillar en uno y otro ámbito tenía un peaje y se pagaba con la obsesión por competir y ganar. De ello ha hablado David con Quique Peinado en 'El Vestuario' de Relevo (además de en Youtube, ahora también disponible en Spotify) relatando cómo, aún 25 años después, su relación un tanto tóxica con la competición aún no se ha curado.
Imagino que la gente tiene que seguir reconociéndote, porque hay deportistas que dejan lo suyo, pero lo tuyo fue muy heavy porque eres la misma persona que hace 20 años
Los padres y los abuelos, aunque abuelos nos quedan pocos ya, pero esos son mis fans. En Instagram no lo petamos porque de Instagram son mis hijos. Pero sí sí, realmente es una pasada, parece mentira porque hace 25 años que cruzamos e hicimos la fuga de alcatraz, ahora tengo 50. Imagínate lo que ha llovido.
Cuando en la tele había dinero, tú salías mucho en la tele en los grandes programas
Y lo invertí bien. Además estudié arquitectura, me encantaba comprar cosas que la gente no quería. Mi primera inversión fue con 22-24 años, compré un convento en ruinas, pedí una hipoteca de 100 millones de pesetas al banco y me la dieron.
Imagino que para ti tiene que merecer la pena todo lo que has hecho por tus logros, pero entiendo que una parte también es decir: “Yo me dedicado a la natación en aguas abiertas que es una cosa de la que nadie puede decir que, después de su carrera deportiva, le haya dado para para tener una cierta tranquilidad económica. Tú sí la tienes, así que entiendo que eso de levantarse todos los días a las 4:40 mereció la pena
Pero es que sigo siendo igual de obsesivo. Lo fui toda mi vida con el deporte, porque a las 20:00 apagaba la tele y me iba a dormir.
Cuando ibas a 'Furor', ¿grababas más tarde?
Pues es que se grababa de día, era todo 'mentira'. Lo fuerte es que luego Ana Obregón y todo el mundo se iban de restaurantes mientras yo volvía al hotel a entrenar, porque además pedía que el hotel tuviera una piscina al lado para entrenar porque se grababa en Madrid y yo vivía en Barcelona. Así de obsesivo era yo, no tenía pareja durante mi vida deportiva porque quería centrarme en lo mío, sabía que si la tenía bajaba ya el nivel. De hecho, yo me frotaba las manos cuando mis rivales se echaban novia o novio, era genial. Y así con todo, con la tele, no tenía coche, al principio porque no podía y luego porque no quería.
¿Por qué no querías tener coche?
Porque yo vivía en Los Ángeles y quería solo ir de mi casa a la piscina, de mi casa de la universidad y eso estaba todo al lado. Si hubiera tenido coche, me iría el fin de semana a Las Vegas como hacían mis compañeros.
¿Qué es la cosa más 'frik que tú has hecho con los medios para salir en televisión?
Yo participaba en todo: 'El Juego de la Oca', el 'Grand Prix', 'Furor', presenté programas musicales… y me encantaba, pero siempre con la piscina al lado. Los maquilladores, los peluqueros y los estilistas tenían que estar alucinando porque ellos se iban a comer y yo me iba a entrenar. Me plastificaba los guiones y me los ponía en la piscina, seguía nadando y me los iba memorizando. Estaba fatal de la cabeza pero bueno…
Cuando tú te fuiste a estudiar a Estados Unidos, ¿fuiste con una beca deportiva?
Sí, la conseguí allí. Me fui con un diccionario y 50.000 pesetas en el bolsillo a buscarme la vida y luego me dieron una beca en la mejor universidad y en la más cara de Los Ángeles. Mis compañeros eran los hijos de George Lucas, de Steven Spielberg… Drew Barrymore iba conmigo a clase.
¿Ibas a clase con Drew Barrymore?
Y yo tonto de mí nadando todo el día, no me hice amigo de nadie.
¿Pero de verdad ibas a clase con ella?
Sí, me invitó a su casa un día. Era un casoplón en Hollywood Hill y me acuerdo que fui el primero en irse de la fiesta porque al día siguiente tenía que entrenar. O sea, un desastre. Eso sí lo cambiaría.
Pero, si tú hubieras sido menos constante, ¿hubieras conseguido lo mismo o casi lo mismo?
No, no. Si hubiera tenido tele me hubiera quedado hasta las 23:00 viéndola y al día siguiente, a las 4:40, no hubiéramos ido.
¿Pero no tenías tele?
No, te lo prometo. En esa época… ni ordenador
Y todo era como una especie de…
Obsesión
Parece que vivías en un templo budista
Obsesión, te lo digo así, yo no sabía si mi vida deportiva iba a durar dos años o diez. Es como la vida de una modelo que se puede acabar enseguida porque es ley de vida, vienen otros. Encima me estaban dando una beca de 90.000 dólares para pagar los estudios, la casa y estaban mis padres esforzándose conmigo.
Cuando tú te vas y estudias interpretación, tú sales en la serie de 'Las aventuras del joven Indiana Jones', una serie que aquí se estrenó aquí en Antena 3. ¿Eso cómo fue? Porque que un español saliera en una serie norteamericana no era tan habitual como ahora.
Y luego hemos hecho, no sé, películas de tercera, de segunda y de quinta y yo qué sé. La verdad es que lo volvería a repetir todo. La única que rechacé fue un papel en 'Los Vigilantes de la Playa'.
Cuéntame eso, ¿cómo fue?
Fue en 1998. Yo ese año iba tan destacado en el ranking mundial que solo participando en las copas del mundo de Europa ya ganaba. Iba como una máquina. Y entonces ese año me lo propusieron. Yo no sé si hubiera sido un capítulo, pero dije que no, porque quería ser campeón del mundo, que no lo había sido nunca. Y menos mal que dije que no a Pamela Anderson y me colgué la medalla de oro.
Entiendo que sigues nadando. ¿No te has hartado de tanta agua?
Es que no sé hacer nada más quieres. Osea, tengo fondo físico y un corazón súper grande que he entrenado con muchos años, así que podría correr bien o ir en bici. El problema es que la gente me dice: "Pues hazte un triatlón" y no, porque para eso tienes que empezar muy joven. Yo para ir y quedar el 100, pues no, prefiero quedarme en casa o ir a nadar, que es lo que sé hacer.
¿Y no crees que podrías tener una relación más sana con el deporte? Es decir, que no sea: “O compito para ganar o no compito”. Parece que nunca va a haber un término medio
A ver, voy a travesías, pero ya no compito, porque si compitiera en natación habría uno de 20 años que me ganaría porque no estoy igual de entrenado que antes. Entonces, prefiero que eso no pase.
O sea, que te da más miedo perder que satisfacción ganar
Sí, puedes llamarlo así. No quiero.
Eso no es fácil en la vida
Prefiero no perder en natación. En lo demás pierdo muchas veces y me encanta aprender de los errores y volverme a levantar, eso por supuesto.