GP DE VALENCIA DE MOTOGP

Quartararo quiere usar la presión como aliada en su reto

Bagnaia y él terminan separados por cinco milésimas el primer día en Cheste, en otra exhibición de Ducati.

Fabio Quartararo se pone el casco antes de comenzar los entrenamientos libres del GP de Valencia de MotoGP. /GETTY
Fabio Quartararo se pone el casco antes de comenzar los entrenamientos libres del GP de Valencia de MotoGP. GETTY
Borja González

Borja González

Se acerca el final del Mundial de MotoGP. Los dos pilotos que se juegan el título han arrancado de sus calendarios una de las tres últimas hojas que les queda. La del viernes del Gran Premio de la Comunitat Valenciana. Este sábado afrontarán lo que les depare la penúltima, fundamental tal y como se mueve la categoría en estos momentos.

En el primer entrenamiento libre, Fabio Quartararo marcó el mejor tiempo. Pecco Bagnaia se quedó con el puesto 17 de la tabla. Una combinación de resultados (muy virtual) que le daría el título al francés, en lo que sería una sorpresa mayúscula y un fiasco para Ducati, sin duda la fábrica que mejor lleva trabajando en los últimos años.

"Nada es imposible. Hay que creérselo hasta que se acabe. No me he puesto esto como objetivo, pero en mi mente digo que siempre puede pasar algo, en el último segundo en muchos deportes se ha visto que realmente todo es posible. Así que hasta que no haya la bandera de cuadros no dejaré de luchar". Este pensamiento debe repetirse una y otra vez en la mente de Quartararo, que puso sobre la mesa sus poderes.

En ese primer libre impuso un ritmo continuo en 1'31 medios, mientras que a Bagnaia le costó rebajar el 1'32, algo que no logró hasta su último intento. "Sinceramente, pensaba que esta mañana tendría un buen feeling, como el del año pasado, pero era muy diferente con la puesta a punto de la moto de este año. En esta pista, ya sea por el viento, por las condiciones y por el hecho de que me estoy jugando el título, no me he encontrado del todo", reconocía al terminar el día el italiano, y eso que su rendimiento mejoró por la tarde.

Y, sobre todo, mejoró en la comparativa con su rival. En cuanto a ritmo, Quartararo siguió manteniendo cierta ventaja, aunque ya no lo de la mañana. En cuanto a vuelta rápida la cosa terminó tan igualada que el francés apenas sacó cinco milésimas al líder de MotoGP. Eso sí, en una sesión en la que de nuevo Ducati demostró su poderío a una vuelta: tres de las motos italianas encabezaron la tabla de tiempos, y otras tres (incluida la de Bagnaia) se metieron entre los diez mejores.

"Fabio ha estado rapidísimo", reconoció el favorito al título. "Para mí, ha hecho uno de los mejores viernes del año. Si te fijas en sus FP1 siempre es el más rápido o está entre los dos o tres primeros. Pero tenemos un enfoque muy diferente los viernes. Él está delante pronto, es muy constante, yo normalmente me lo tomo con más calma. Nuestra moto no se adapta tan rápido a todos los circuitos y necesita un poco de trabajo, pero sabemos que en el time attack es algo que me viene bien".

Un discurso pausado en contraposición al del Quartararo que nada tiene que perder, el de este fin de semana. "A ver, si él está más nervioso, mejor; y más se pondrá cuando se vaya acercando la carrera, que es lo normal. Y por supuesto, a más nervioso esté, mejor para mí. Pero yo tengo un objetivo claro, porque no puedo acabar el quinto". Victoria o nada. "Sí, sí, el escenario es muy fácil: intentar hacer la mejor salida, intentar colocarme primero, intentar acabar primero. Ese es el escenario que quiero. Lo que pasará detrás, porque espero que delante no haya nadie, ya es otra cosa. Pero mi objetivo está claro".

¿Y qué pasaría en un escenario con los dos pilotos peleando por la carrera hasta la última vuelta? Porque en la historia del motociclismo se recuerda la tensión de luchas como las de Emilio Alzamora y Marco Melandri, cuando el italiano ralentizó la marcha en el giro definitivo para intentar tirar español, cuando se jugaban el título de 125cc de 1999; o la de Loris Capirossi y Tetsuya Harada, con un adelantamiento del italiano al japonés en la última vuelta bastante antideportivo, y que terminó con Harada por los suelos y sin la corona de 250cc de 1998. ¿Es Quartararo un tipo tranquilo o se le podría cruzar un cable? "Mira a Zinedine Zidane con Materazzi…", respondía entre risas para concluir el día el último campeón del mundo de MotoGP.