Un posible paso de Valentino Rossi a Fórmula 1 precipitó el fichaje de Jorge Lorenzo por Yamaha: "Teníamos un contrato desde 2006"
El balear dio el salto a la categoría reina en 2008 tras convertirse en bicampeón del mundo de 250 cc.
Si hay alguien que supo dejar huella en sus años como piloto en activo, ese es Jorge Lorenzo. El balear llegó a la categoría reina precisamente en un momento en el que Valentino Rossi dominaba con mano de hierro a lomos de una Yamaha que respondía a las mil maravillas las necesidades de Il Dottore. El italiano de referencia se estaba convirtiendo en una especie de rey de MotoGP, vencedor primero con Honda y, posteriormente, con Yamaha. Lo tenía todo, y por algunos momentos llegó a desear más, dominar en todos los planos posibles del motor, en concreto en Fórmula 1.
Lorenzo, sin embargo, solo contaba con un palmarés que comenzaba a asustar en la categoría reina, bicampeón en 250 cc en 2006 y 2007 y próxima leyenda de la "clase de los mayores". Precisamente los números que llevaron a la marca de Iwata a poner el ojo de mira en el balear como su próximo objetivo, lo que posteriormente se acabaría convirtiendo en una de las mejores duplas de la categoría reina. "Mi fichaje por Yamaha es la culminación de un sueño. Llegar a ser piloto de MotoGP y ser oficial de una fábrica como Yamaha, una de las más poderosas y laureadas del mundo, es de lo más importante que me podía ocurrir", reconocía entonces.
La historia dice que el balear era el fichaje perfecto para Yamaha tras conseguir los dos títulos de 250 cc, sin embargo, el trasfondo va mucho más allá. "Con Valentino Rossi ganamos los títulos de 2004 y 2005, los dos primeros años trabajando con él. En 2005, Rossi pensaba seriamente en dejar MotoGP e irse a la Fórmula 1 y necesitábamos redescubrirnos. Jorge Lorenzo empezó con nosotros en 2008, pero teníamos un contrato firmado con él desde 2006. Estábamos preparados por si Valentino se marchaba y con Lorenzo teníamos el futuro campeón... ¡Era un asesino!", confesaba Lin Jarvis hace unos días en una entrevista con 'Moto Grand Prix Club'.
La segunda parte de la historia
La historia no podía haber ido mejor, el balear se convirtió en el primer español después de Álex Crivillé en dominar en la categoría reina. Campeón en su segundo año en MotoGP y nuevamente vencedor en 2012 y 2015. En su trayectoria vistiendo los colores de Yamaha, Lorenzo se convirtió en el máximo rival del italiano. De hecho, tal era su enemistad que llegaron a crear el famoso episodio del muro de Yamaha. En 2015, tras conseguir su última corona decidió partir a explorar nuevos horizontes en Ducati donde comenzó el principio del fin.
"Un contrato millonario que, en realidad, era un 15% más de lo que ganaba en Yamaha. El cambio no fue por dinero, por mucho que algunos piensen que sí. Ese 15% no me cambiaba la vida. Era más la motivación", confesó hace unos meses en el podcast 'Tengo un Plan'. A pesar de ello, el mallorquín completó su aventura con tres podios y un séptimo lugar en 2017, un resultado que, sin embargo, no sirvió para que el balear continuase vistiendo de rojo y tuviese que poner el broche final a una trayectoria soñada en 2019 en el Repsol Honda.
"Pensaba que con la Honda iba a ir todavía mejor que con la Ducati. Pero fue todo lo opuesto, un desastre. La Honda retiró a muchos pilotos. Retiró a Pedrosa, a Pol Espargaró, a mí y a Márquez no le ha quedado otra que irse. Esa moto ha ido empeorando. Solo tienen caídas y malos resultados", concluía en el mismo podcast.