MOTOGP

El capricho de Marc Márquez tras su victoria más especial: "Fueron unos donetes en una gasolinera"

El piloto concedió una entrevista en 'El partidazo de Cope'.

Marc Márquez celebra la victoria en el GP de Aragón/EP
Marc Márquez celebra la victoria en el GP de Aragón EP
Mario L. Clavero

Mario L. Clavero

Marc Márquez vuelve a ser el que era. Sonríe, da espectáculo, sube al podio... y ya también gana. En el Gran Premio de Aragón volvió a subir a lo más alto del podio más de mil días después. El '93' está en el foco. Ha pasado mucho tiempo, pero la espera ha merecido la pena.

El piloto de Ducati ha repasado su gran fin de semana en 'El partidazo de Cope', pero no olvida que en apenas un par de días tiene que poner el chip para la próxima carrera: "Este fin de semana no se pudo celebrar mucho porque ahora toca Misano", ha afirmado Márquez.

Porque el catalán es así. Ya tiene la mente puesta en el próximo Gran Premio, sin ningún otro objetivo que no sea ganar. Pura disciplina. "Con 20 años la disciplina te la podías saltar un poco más, con 30 ya no tanto. Ahora toca emplear más horas de entrenamiento, mantenimiento esfuerzo...", ha destacado a la vez que ha recordado una divertida anécdota a la vuelta a su casa de Madrid desde Aragón que refleja su estricto rigor deportivo para ser siempre el mejor: "No me tomé nada. El capricho fueron unos donetes en una gasolinera".

Ni un momento para desconectar, ya solo piensa en volver a subirse a su moto, pero no olvida esa larga y dura travesía hasta volver a ganar: "Cuando llevas tanto tiempo intentando conseguir algo y lo consigues, el valor de esta victoria es diferente. Hay etapas en un deportista que uno no espera. La primera victoria en MotoGP es la que más ilusión me hizo. La primera después de la lesión de 2021 la ponía en un peldaño muy alto. He tenido que tomar decisiones contra mi corazón, dejar el equipo de mi vida... He renunciado a muchas cosas para superar esos cuatro años de infierno".

Ese infierno ya es historia. En Ducati ha recuperado la felicidad, aunque Márquez no olvida lo difícil que fue tomar la decisión de dejar el equipo de su vida: "Le di muchísimas vueltas porque el corazón me decía una cosa y la cabeza otra. No era capaz de tomar la decisión, pero algo me decía que la tenía que tomar. Por mucho empeño que tenga, cada vez la mochila pesa más. Es una decisión en la que expones mucho pero confiaba de que poco a poco podían ir saliendo las cosas. Quiero seguir progresando. Sigo siendo ambicioso, como en 2013 cuando llegué a MotoGP".

"Fue una decisión en un momento en el que tenía contrato en vigor. Honda entendió mi situación y me permitió ese camino. Yo quería lo mejor para mí y Honda también. Les dije que invirtiesen todo el dinero que me pagan en el proyecto para que crezca. No quería destruir ni a un equipo ni a otro", ha añadido.

Para sorpresa de todos, la victoria en Aragón no ha sido la que más adrenalina le ha despertado. Todo lo contrario, ha sido una victoria puramente sentimental: "Las últimas cuatro vueltas estaba fatal. Mantener la concentración cuando tienes cinco segundos de ventaja es mucho más difícil porque la cabeza se te va la cabeza al podio, a la grada... la última vuelta fue una explosión de emociones. He disfrutado más podios conseguidos este año por la adrenalina, ha sido más una sensación de emoción que de adrenalina. Cuando tienes personas a tu alrededor que lo sufren más que tú es impagable ganar".

No ha dejado de lado una de las polémicas del fin de semana en Alcañiz. La que protagonizaban Pecco Bagnaia y, precisamente, su hermano Alex en la que ambos pilotos se iban al suelo cuando peleaban por el tercer escalón del podio: "La polémica no existe, es un lance de carrera, no tiene culpa ni uno ni otro. El que puede evitarlo es el que viene detrás. Una vez te tocas nos estas motos estás vendido".