MOTOGP

Honda: de la gloria al infierno en dos semanas

Alex Rins, ganador en Austin, y Joan Mir terminaron por los suelos en la carrera de Jerez, completando un fin de semana horrible.

Joan Mir, en el circuito de Jerez./EFE
Joan Mir, en el circuito de Jerez. EFE
Borja González

Borja González

Circuito de Jerez-Ángel Nieto-. El equipo de pruebas de Honda, con Stefan Bradl como piloto, había salido muy satisfecho del trabajo realizado en los diferentes entrenamientos en Jerez, pruebas compartidas con uno de los triunfadores en el Gran Premio de España finalizado este domingo, Dani Pedrosa. En unas condiciones algo diferentes, con menos temperatura, Bradl conseguía ser rápido y consistente en el ritmo, no muy lejos de Pedrosa. Una señal esperanzadora, que no se confirmó en ningún momento a lo largo de este fin de semana, que rozó el desastre para Joan Mir (una vez más) y para Alex Rins, el brillante ganador en Austin.

Y es que de tocar el cielo en Estados Unidos, en Honda pasaron a vivir otra pesadilla, un hecho que, en realidad, confirma un problema (doble) que vienen viviendo desde hace mucho tiempo: la línea para que la moto funcione es tan fina que es muy fácil salirse de ella y fallar; y cuesta encontrar el por qué a este fenómeno que han sufrido en los últimos años pilotos como Jorge Lorenzo, antes el propio Pedrosa, Pol Espargaró, Alex Márquez, y ahora sobre todo Mir, y en menor medida Rins, que gestiona estas cosas de una manera particular. De la ecuación se suele excluir a Marc Márquez, aunque la lesión que le mantiene apartado de la competición vino provocada por la ansiedad por suplir los déficits de su moto, lo que incrementa las opciones de que llegue el error.

En la parrilla de Jerez Rins era decimoctavo y Mir vigésimo. En el sprint, Rins terminó decimotercero y Mir, por los suelos. En la carrera se cayeron los dos. La cara la dio Takaaki Nakagami, undécimo en el entrenamiento oficial y noveno el domingo (se había ido al suelo el sábado), aunque el japonés acostumbra a aparecer cuando menos se le espera, o cuando los demás tienen problemas. "Ha sido un poco inexplicable lo que me ha pasado. Hemos mirado la información y no entendemos el por qué de la caída", explicaba Rins el domingo, después de no terminar el primer giro.

De hecho, Rins probó un embrague nuevo en carrera, y un guardabarros agujereado para intentar que se calentase menos el neumático delantero, que no había probado nunca antes, otra muestra de las dificultades de su marca para encontrar un camino. Tampoco Bradl está probando grandes novedades, más allá de una nueva aerodinámica aparentemente poco revolucionaria. "Los pilotos de Honda a menudo corremos el peligro de caernos, lo que provoca calambres al conducir, lo que provoca tensión en los antebrazos. Estamos todo el rato tensos con esta moto, esperando que se nos vaya la rueda delantera", reconocía el probador alemán este sábado, en un gran premio en el que ha vuelto a competir.

En este sentido, el que vive la situación más desesperada, sin ninguna duda, es Mir, que ha alcanzado el nivel de frustración que ya se le había visto a otros pilotos antes (los casos más cercanos son los de Pol Espargaró y Alex Márquez) en mucho menos tiempo. "Cuando hace tanto calor todos los problemas se agravan y entonces se ve dónde falta. Falta mucho en el paso por curva, en la aceleración. Ahí sufro bastante. ¿Qué hago? Freno fuerte y puedo recuperar mucho tiempo, pero me sale bien una vuelta, dos, tres, cuatro, cinco o seis, pero no veinte, o doce, y acabo cometiendo un error".

El discurso del mallorquín, campeón del mundo de MotoGP en 2020 con Suzuki, empieza a repetirse y a agravarse, mostrando evidentes señales de desesperación. "Esto para la confianza es fatal. Tengo una falta de confianza bestial. A veces cuesta tener la confianza y la motivación de siempre", reconocía en Jerez, en un escenario en el que llegó a acumular hasta cuatro caídas. "Cuando entras en la curva quieres tener un poquito más de velocidad, tumbas un poquito más para girar un poco más y, ¡pum!, se te va. Y luego ves que pierdes en velocidad en curva. Y, claro, ¿cómo hago para tener esa velocidad en curva si no puedo inclinar porque me caigo?", se cuestionaba este viernes, tras caer dos veces en una misma sesión.

"¿Cómo consigo que no se vaya la motivación? No lo consigo. Es difícil. Lo intentas, porque lo que a mí me mueve a dar el cien por cien y a arriesgarme es el poder ganar, esa sensación que tienes cuando lo has hecho bien. A mí me mueven más los resultados que la pasión. Yo disfruto montando en moto en casa, me encanta, y es mi día a día, pero en MotoGP es estrés y trabajo, y cuando se sufre no se disfruta. Yo hace tiempo que no disfruto". Una situación muy complicada que agrava aún más el mal estado de Honda, que apenas ha tenido quince días para respirar y disfrutar, pero que en estos días ha vuelto a su agujero. Y es probable que ahora vuelvan a agarrarse al regreso de su estrella, Marc Márquez, y que este sea en el próximo Gran Premio de Francia.