Aprilia: la moto que se mueve como ninguna en la resbaladiza pista de Termas de Río Hondo

Circuito Termas de Río Hondo (Argentina)-. Maverick Viñales primero por la mañana con Aleix Espargaró segundo, Aleix Espargaró primero por la tarde, con Maverick Viñales segundo. Este terminó siendo el resumen del primer día de entrenamientos en el Circuito de Termas de Río Hondo, en la primera prueba con fuego real de lo que va a ser MotoGP en 2023. Porque aquí, a diferencia de en Portugal, los pilotos y los equipos llegaron sin pruebas previas. Y el premio lo recogieron los que mejor se han adaptado, los dos que lideraron el top 10 que ha permitido el pase directo a la Q2 de este sábado, jornada en la que llegará la prueba al sprint.

Un 1-2 de Aprilia que se ha dado en tres ocasiones. ¿Y cuándo fue la tercera, o siendo exactos, la primera? Pues el año pasado, en 2022, en el fin de semana en el que Espargaró firmó su primera y única victoria mundialista, la primera de Aprilia, en un gran premio del que salió también con la pole y con la vuelta rápida de carrera. Y este año, a esa fiesta, se quiere sumar Viñales, segundo en la general del campeonato tras Pecco Bagnaia, el dominador de la prueba inaugural de la temporada. "La verdad es que estamos muy satisfechos, pero hay que tener los pies en el suelo porque sólo es viernes, pero confirmamos nuevamente las buenas sensaciones de Argentina de Aprilia y de Aleix, incluso de Maverick este año, así que estamos satisfechos de arrancar así pero, como digo, es sólo viernes", interpretaba Espargaró con un punto de cautela.

Con un curioso análisis sobre por qué la moto italiana casa tan bien con el circuito sudamericano. "No va tan bien la moto", espetaba a la pregunta de Relevo. "El asunto está en que la moto va mejor que las de los demás, eso está claro, porque mira cómo está sufriendo Fabio e incluso las Ducati no están a nuestro nivel; no tenemos nada de grip, se mueve mucho de delante y no va tan bien. En Portugal la moto iba muchísimo mejor que aquí, pero quizás es cierto que va menos mal que las de los demás". Es decir, la menos mala en una pista que arrancó muy sucia, como suele suceder cada año, y que ofreció poco nivel de agarre a los competidores, convirtiendo la jornada en una carrera en busca de la buena interpretación de unas condiciones que no deberían de cambiar mucho en los dos días restantes de gran premio.

"Lo que he notado es que la goma de atrás es muy dura y depende del pilotaje que tengas se adapta mejor o peor", explicaba por su parte Viñales, que está buscando mantener una línea calma que le saque de aquel piloto que era capaz de meterse en una montaña rusa en función de sus sensaciones en la pista, con lo que eso puede generar de frustración. "Yo levanto la moto mucho más rápido, soy más brusco. Así que creo que en situaciones como estas él se defiende un poco mejor. Pero ahí estoy, copiando, copiando, viendo dónde mejorar", añadía con una sonrisa. "Mañana nada más salir FP3, oficial y carrera. Aquí el tiempo es oro, y tener hoy ya tantos datos y tanta información. Hemos dado muchas vueltas con goma usada, sufriendo, y eso nos ha ayudado mucho".

La competencia planteada dentro de un mismo box, sin olvidar a la competencia. Porque las Ducati, pese a no asustar como en la pretemporada y como en Portimao, volvieron a rendir bien: Marco Bezzecchi tercero, Luca Marini cuarto, Johann Zarco quinto, Pecco Bagnaia sexto, Jorge Martín séptimo… Y Alex Márquez que se quedó fuera por un problema de tráfico en su último intento. "Estoy contento con el ritmo, y no tanto con el time attack", explicaba el líder Bagnaia, que se sentía muy cercano en ritmo a las Aprilia. Eso sí, esa falta de agarre hace que la Ducati no saque ventaja en inclinación, uno de sus puntos fuertes, mientras que la Aprilia es más potente en ese aspecto cuando la moto está recta.

Y si las Ducati mantuvieron el tipo ante el poderío de las Aprilia, mucho más complicado fue interpretar lo que le ocurrió al resto de marcas. Sin KTM entre las diez mejores, después del gran viernes de Jack Miller en Portimao y su buen domingo y el de su compañero Brad Binder; con dos Honda dentro, pero no la única del equipo oficial, la de Joan Mir; pero, por encima de todo, sin Fabio Quartararo, aunque con su compañero Franco Morbidelli… "No sabemos por qué y ese es el gran problema de que hoy hayamos tenido un muy mal día. Lo peor es que el feeling no es tan malo, pero hay muchas cosas en la parte de atrás que no van. No tenemos velocidad en las curvas y es algo que especialmente hemos perdido. Me siento súper rígido en la moto, no piloto normal. Y sí, tenemos que entender por qué". Un lamento, el del francés, que empieza a encender las alarmas en Yamaha, tras el mal inicio mundialista.